Creo que así empezaba una de las canciones de Luis Miguel: “detén el tiempo en tus manos….”

¡Cuánto nos gustaría poder hacer eso! Creo que es lo único que el hombre hasta ahora no ha conseguido, por mucho que se lo haya propuesto…. Detener el tiempo…

Nos despertamos con el reloj, desayunamos con el reloj, o mejor: “contra reloj” toda nuestra vida está condicionada desde por la mañana a la noche por el tiempo… si paseo, si leo, si rezo, si tomo un café… todo me lo condiciona el reloj… si nos parasemos un momento a pensar, ¿podríamos enumerar algo que no hagamos con el reloj delante de nosotros? No pongamos la excusa de: “es que no tengo tiempo” porque nosotros somos el tiempo… Es lo más valiosos que tenemos y el mayor regalo que nos podemos hacer a nosotros y a los demás, porque es algo que ni pobres ni ricos podemos comprar…ahora más que nunca, vivimos el tiempo de la inmediatez. Cuando quiero algo ya no digo, dentro de media hora, sino ya, ahora… ¿no os parece que la vida ya tiene su afán cada día como para añadir nosotros mas agobios?, ¿Qué lugar de nuestra vida ocupa la palabra libertad?, quizá ninguno…

Estoy segura que aquellos que han salido de las grandes urbes y viven en el campo, sí saben lo que es dejar a un lado el reloj y VIVIR de verdad. Nosotros no pertenecemos al tiempo, es el tiempo el que nos pertenece a nosotros. El reloj nos desgasta, por eso hoy nadie tiene tiempo de pararse, de escuchar a nadie… Creo que aprender a esperar es importante porque nos ayuda a asentar nuestras ideas, nuestra vida. No olvidemos que el ahora es lo que realmente tenemos, el ayer pasó y el mañana no existe. Aprovechemos este momento y gastemos la vida en la familia, en el amigo, en el otro…