Vivir de apariencias

Vivir de apariencias
Vivir de apariencias

Cada vez parece que vivimos en una sociedad donde el aparentar, el ser el mejor, el parecer que yo nunca tengo problemas, nunca estoy enfermo, siempre todo es perfecto en mi vida y así es como quiero que me vean los demás… eso es “vivir de apariencias”.

Hay personas que se meten tanto en ese bucle, que cuando quieren salir, ya no saben, porque no reconocen estar ahí. Son incapaces de expresar y dejar ver la debilidad, la mortalidad, que todo llevamos queramos a no.

Inconscientemente eso hace sufrir, porque tienen que mantener un status: “Siempre estoy bien, siempre estoy feliz”. Esa actitud, a lo que nos lleva es a frenar nuestro crecimiento personal, a aparentar algo que no siempre podremos sostener, y cuando eso suceda, la caída será tan grande que no sabrán salir de esa situación. No olvidemos que tarde o temprano, la vida nos pone a cada uno en su sitio porque somos barro y limitados.

Cuando queremos que los demás vean que en mi vida todo va fenomenal, que no existen problemas, lo que haces es convertirte en un muñeco para los demás que solo sirve para alagar, aplaudir y decirle lo que quiere oír.

Frente a ello, frente a ese orgullo, se nos pone de cara la humildad. Saber reconocer nuestras limitaciones, saber que no somos perfectos, que no siempre tenemos la razón y que también nos equivocamos, aunque para quienes no saben asumir sus fragilidades, pensaran que esta reflexión de hoy no va con ellos, porque eso les pasa a los demás, siempre a los demás…

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