Estamos en plena semana de la Unidad de los Cristianos y cuyo lema, como de sobre sabréis es: “Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo (Lc 10,27)

Vivimos momentos complicados y álgidos en los que ni entre nosotros mismos, no somos capaces de ponernos de acuerdo, llegando a difamar e insultar al que es la cabeza de nuestra Iglesia: El Papa Francisco. Ante esto, yo me pregunto: si tanto nos cuesta aceptarnos y respetarnos, ¿Qué unidad de los cristianos pretendemos? Creo que esto debería interrogarnos…

Se nos invita a amar al prójimo “como a ti mismo”. Eso conlleva un dialogo, una escucha, un entender que tu forma de pensar no es mejor ni peor que la mía y que podemos complementarnos y dialogar dejando a un lado las divisiones y discordias.

Es muy fácil querer a los que nos quieres, a los que son y piensan como nosotros, pero la Iglesia es madre de todos y como tal, nos pide dar un paso más y  reconocer que el amor de Dios no tiene puertas, porque también ha sido revelado a nuestros hermanos y es nuestro deber acercarnos a ellos estableciendo una mayor unión.

Abrámonos al resto de Iglesias y confesiones sin rechazar al que piensa diferente porque a media que nos unamos y conozcamos, estaremos más dispuestos a unificar criterios y empezar a caminar como verdaderos hermanos hacia la solidaridad y la paz en común-unión.