Estoy segura de que alguna vez habéis tenido momentos nostálgicos en los que nos hemos puesto a soñar despiertos, recordando un pasado que hubiéramos querido que siempre hubiera permanecido, personas que pasaron por nuestra vida, momentos o acontecimientos…

Según van pasando los años cada vez son más los recuerdos, personas o vivencias que se han ido acumulando en nuestro corazón… eso significa que vamos siendo adultos, y  que podemos empezar a echar la mirada atrás. Es entonces cuando empezamos a descubrir que hay heridas que pensábamos que habían cicatrizado pero que siguen latentes, empezamos a evocar momentos y personas que dejaron huella en nuestra vida, rostros, palabras, nostalgia…

Nuestra historia empieza a estar escrita con palabras como gratitud, perdón, nostalgia… el puzle poco a poco empieza a encajar, las piezas se van re-colocando…

Nuestro equipaje empieza a llenarse de nombres concretos con pequeñas y grandes historias que van escribiendo las páginas de nuestro libro y que nos va convirtiendo poco a poco en personas únicas con nuestras virtudes y defectos…

A veces es bonito soñar despiertos aunque el despertar no siempre sea fácil…