Posiblemente no sea lo más adecuado, pero también os puedo decir que es necesario. ¿Quién no ha tenido alguna vez un conflicto en su vida y se ha visto abocado a actuar así?
Es verdad que lo normal sería intentar buscar soluciones de una manera lo mas consensuada posible, pero esto, no siempre es posible. A veces la persona que tenemos delante no nos da esa opción.
Es bueno discutir, saber pedir explicaciones y que estén dispuestos a dártelas, aunque no siempre son las mejores. Esto lo que hace es conducirnos a una frustración y desazón difícil de explicar.
Creo que es importante intentar tender puentes, agotar todas las posibilidades antes de llegar a la desesperación, pero también es verdad, que estos puentes a veces nos conducen a grandes muros difíciles de atravesar y es entonces, cuando creo que llega el momento de empezar a pensar que la batalla está perdida e intentar encontrar un punto de equilibrio si es que existiese.
Me he encontrado con situaciones así. Personas difíciles de tratar y os puedo asegurar que no es nada fácil, acabando por tirar la toalla.
Cuando llegamos a un límite, lo mejor que podemos hacer es abrir una ventana, si es que la tenemos cerca, e intentar expulsar toda la adrenalina que llevamos dentro para volver a coger aire. Un aire cargado de paciencia…