¡No al trabajo negro y precario!

| Ana Bou
Cuando vemos películas sobre la esclavitud de los negros, cómo los trataban, como estaban sometidos al hombre blanco. Tratados como auténticos animales porque nosotros siempre hemos ido conquistando, arrasando, imponiendo, parece que estoy hablando de hace un siglo, pero no, ahora de manera diferente, pero sigue pasando, sigue siendo actualidad.
A penas podemos hablar ya de “la clase media” poco a poco va desapareciendo para ser o ricos o pobres, sin embargo, gracias a esa clase media, de la mayoría de las personas, es la que siempre ha sostenido al país, pero poco a poco los recursos, los derechos ganados por nuestros antepasados se van perdiendo. Aunque muchos políticos se encarguen de decirnos lo contrario, los ciudadanos no somos tontos aunque a veces nos traten como tal…
Esa esclavitud de la que hacía mención al inicio de este compartir, hoy, en pleno S. XXI, sigue existiendo, agazapada y de manera diferente, pero ahí está…
Seguimos con una explotación laboral, con trabajos más que precarios, jóvenes con 40 años imposible de emanciparse, con el impacto social que eso supone, personas obligas a realizar jornadas interminables, sin ningún tipo de derechos.
El egoísmo de las personas, el dios dinero, el tener y aprovecharme al máximo del otro para beneficio propio dejando a un lado la dignidad de las personas, el derecho a un trabajo digno para ganarte el pan y no para mendigar.
Cada día vemos como hermanos nuestros mueren en este mar mediterráneo, buscando esa dignidad, esa subsistencia como un derecho junto con una vivienda, algo que debería de estar al alcance de cualquier persona en una sociedad en la que se nos llena la boca de ser Europa y pertenecer al primer mundo, ¡ qué primer mundo! Se nos debería de caer la cara de vergüenza…
Ojalá que en algún momento seamos conscientes de que remando todos en la misma dirección, las cosas pueden cambiar para todos. Ojalá que dejemos de amasar dinero y nos preocupemos del hermano, porque un día podemos ser cualquiera de nosotros. Ojalá dejemos de gasta millones en cosas innecesarias y empecemos a ser algo coherentes con la sociedad y el mundo en el que vivimos…