Quizá es ahora cuando más nos damos cuenta de lo que de verdad significa vivir, tener salud. Ahora que todo es tan diferente y que parece que nada tiene sentido porque nada es normal…

Nunca nos hubiéramos imaginado que no podríamos despedirnos de quien más queremos. Las perdidas siempre son dolorosas y la mayoría de las veces injusta, pero hoy día mucho más porque nada tiene sentido, porque parece que estamos metidos en un mal sueño en el que ni si quiera pellizcándonos somos capaces de salir…

Sigo buscándote, pero ya no estás,

Te busco en mi interior pero no te encuentro.

Echo de menos abrazarte, mirarte a los ojos, saber que estás ahí. Poderte dar las gracias y pedirte perdón, pero eso ya no sucederá…

La ausencia se transforma en silencio, un silencio que lo abarca todo, en el que te busco y no estás, en el que te hablo y no respondes porque ya nada será igual… sencillamente porque ya no estás…

Qué injusto es todo, demasiados por qué sin respuesta… demasiado vacio en el corazón…

Pero sabemos que la muerte no tiene la última palabra si se deja paso a la esperanza. Ella será la que nos mantenga unidos a aquellos que ya no están…

Alguien muy cercano a mí siempre me dice: No recemos POR ellos, sino CON ellos porque ahora se encuentran en la VIDA con mayúsculas…