Un santo para cada día: 23 de junio Beata María Oignies: las beguinas o el empoderamiento de la mujer medieval

Beata María Oignies: las beguinas o el empoderamiento de la mujer medieval
Beata María Oignies: las beguinas o el empoderamiento de la mujer medieval

El movimiento fue bien recibido por parte de la nobleza que aportó su ayuda para la construcción de  estas zonas de “beguinajes”, en los que también se saciaban las ansias de conocimiento de las mujeres que querían aprender a leer  e interpretar la Biblia

Desde nuestra perspectiva histórica cabe sospechar  que tal vez en esas persecuciones inquisitoriales contra las brujas de la Edad Media  no hubiera también algunas santas de Dios

En un momento de la Europa medieval asistimos a una forma de entender la vida religiosa  circunscrita fundamentalmente a los antiguos Paises Bajos que venía a ser una alternativa a la vida monástica  regularizada. Se trataba de un movimiento místico religioso que colmaba las aspiraciones de unas mujeres denominadas “beguinas” las cuales querían vivir una vida  contemplativa  compaginable con una vida de acción dedicada a obras sociales y caritativas, en unos tiempos de hambres, de guerras y de enfermedades. Los tres objetivos principales en estas comunidades eran oración, trabajo y caridad; pero sin un reglamento o estatuto alguno que les atara. 

Aunque ubicadas dentro del mismo entorno cada cual tenía su casita donde se organizaba de forma autónoma, a su aire, sin tutelajes masculino de  ninguna clase, en   una especie de eremitismo urbano.  Estos  complejos urbanísticos llegaron a extenderse hasta en más de cien ciudades europeas, donde acudían solteras, viudas generalmente adineradas, aunque otras mujeres se ganaban la vida cosiendo, bordando, tejiendo o haciendo manualidades, cualquier mujer podía ingresa en los beguinajes o salirse cuando quisiera. El movimiento fue bien recibido por parte de la nobleza que aportó su ayuda para la construcción de  estas zonas de “beguinajes”, en los que también se saciaban las ansias de conocimiento de las mujeres que querían aprender a leer  e interpretar la Biblia. Ni que decir tiene que todos estos componentes despertaron recelos en la Iglesia. 

Beata María Oignies

En este singular mundillo religioso va a  tener lugar gran parte de la experiencia mística  de Maria  Oignies, siendo ella la que intentó reglamentar en cierta manera  esta forma de vida . María había nacido en  el año  1177 en Nivelles, (Bélgica) perteneciente a la nobleza. Cuando solamente tenía 14 años fue desposada con un  joven distinguido y piadoso de buen corazón y nobles sentimientos. De común acuerdo hicieron un pacto los dos de vivir en castidad y no compartir lecho, dedicando su vida a ayudar a los demás. El joven matrimonio vivía entregado  a ayudar a los demás de modo especial a los enfermos, cuidaban a los pacientes, curaban sus heridas, les asistían por las noches; su casa llegó a ser un pequeño hospital, frecuentaban también  la leprosería de Willambroux, donde derrochaban cariño y abnegación sin límites, por si fuera poco distribuían sus bienes a manos llenas  entre los más necesitados, protagonizando hermosos gestos de caridad cristiana. Ello no impedía a María llevar una vida presidida por la austeridad y sacrificio, donde no faltaban las disciplinas, los ayunos y mortificaciones acompañadas naturalmente de oraciones y plegarias      

Un día  María  cuando ya tenía 30 años  sorprendió a Luis con algo inesperado, le abre su corazón, le dice que se siente atraída por  la contemplación y que la gustaría retirarse vivir en soledad; pero que necesitaba de su consentimiento, otra vez más el bondadoso marido accedió a sus deseos porque  quería lo mejor para ella. Su destino a partir de ahora hasta el final de sus días iba a ser el beguinaje  de Oiginies, donde en solitario estaba llamada a vivir en soledad su vocación de mística contemplativa. Si en su vida anterior había tenido visiones y éxtasis, a partir de ahora estas experiencias se  iban a intensificar.  Entre los favores y gracias místicas concedidas de lo alto a María están los estigmas, veía con claridad lo que pasaba en otros lugares a muchos kilómetros de distancia y era certera en las premoniciones. Fue favorecida con el don de lágrimas  que derramaba copiosamente ante la devoción que sentía por la Pasión de Nuestro Señor.  Otra de las devociones intensamente vivenciadas  por María fue la de Cristo sacramentado  en unos tiempos en que tal devoción no se conocía, mucho antes de que fuera instituida la festividad del Corpus Christi  “Recibir el cuerpo de Cristo, nos dice su biógrafo, era para ella lo mismo que vivir y, en su mente morir era apartarse de su Señor al no participar en su bendito Sacramento. Su fama de santidad atrajo a muchos peregrinos que se acercaban a su refugio en busca de consuelo y de consejo. Todo esto lo conocemos a través de su biógrafo Jacques Viry (Vita Mariae Oiginiacensis )  personaje autorizado, pues se trata de alguien  que llegó    a ser cardenal, hombre riguroso y serio del que nos podemos fiar puesto que la conocía bien, toda vez  que  había sido su amigo y confidente. 

Tal como ella misma había presagiado, cayó enferma y como ensimismada pasaba las horas en las que su mente se proyectaba sobre el  cielo que iba a ser su próxima morada a la que partió un 23 de Junio de 1213 

Reflexión desde el contexto actual

La condición de “beguina” ha restado proyección a  esta santa mujer que apenas es conocida. Yo tengo la impresión que en una sociedad más abierta como la nuestra, donde tanto se valora la autonomía,  la independencia y emancipación femenina, una mujer  tan liberal y tan entregada a los demás  como María Oginia necesariamente tendría que resultar enormemente atractiva y quién sabe si también podría ser considerada como un banderín de enganche a tantas mujeres de hoy día que quieren vivir su religiosidad de una forma más personalizada de como se ha venido haciendo hasta ahora. Desde nuestra perspectiva histórica cabe sospechar  que tal vez en esas persecuciones inquisitoriales contra las brujas de la Edad Media  no hubiera también algunas santas de Dios

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