Un santo para cada día: 20 de mayo San Bernardino de Siena: patrón de anunciantes, publicistas y medios de comunicación

San Bernardino de Siena: patrón de anunciantes, publicistas y medios de comunicación
San Bernardino de Siena: patrón de anunciantes, publicistas y medios de comunicación

Murió entrando, a lomos de su borriquillo, en la ciudad de Aquila, el 20 de mayo de 1444, a los 63 años. Fue canonizado en 1450 por el Papa Nicolás V

San Bernardino de Siena es uno de los más grandes Santos del Siglo XV. Gran  predicador, humilde y caritativo. Es patrón de anunciantes, publicistas y medios de comunicación.

Nació el 8 de septiembre de 1880 en Massa, cerca de Siena, de la noble familia de los Albieschi. Su padre era gobernador de la ciudad. Movido por su gran amor hacia los necesitados, a los 20 años ayudaba en el hospital de Siena, atendiendo a los apestados. Allí había prestado sus servicios 30 años antes Santa Catalina de Siena. ¡Buen ejemplo para Bernardino! Unos biógrafos dicen que se contagió de la peste, pero que se curó, otros en cambio dicen que fue un milagro que no se contagiara.

En 1402 vistió el hábito de los Frailes Menores de San Francisco de Asís y en 1404 fue ordenado Sacerdote. Un año después comenzó a predicar por Siena y sus alrededores. Así durante años, hasta que, cuando ya tenía casi 40 años lo envían a predicar a la Lombardía. Entonces los milaneses se dan cuenta del gran predicador que había en ese frailecito del hábito tosco.

Comienza a revelarse como un orador popular, de cualidades extraordinarias. Esto unido al gran ascetismo de su vida, que muchos conocían y también a algunos milagros, hizo que su fama se extendiera por toda Italia. Era impresionante la maestría de su oratoria, manifiestamente popular y a la vez profundamente teológica y cristiana.

San Bernardino de Siena

Pero no todo iba a ser un camino de rosas, también surgieron las espinas y en Roma tuvo que pasar momentos difíciles, pues sus “enemigos” le acusaron de charlatán, agitador de conciencias, irrespetuoso, incluso de “hereje”. En el año 1427 consiguieron que el Papa Martino V le prohibiera hablar en público. Bernardino lo acepta humildemente y se retira a su convento. Entonces el Papa reúne una comisión de cardenales y estudia el caso, llegando a la conclusión de que ni en sus escritos ni en sus predicaciones hay nada reprensible.

Así pues continuó recorriendo Italia con sus predicaciones y en 1438 es nombrado por su Orden Vicario General de los conventos. Con este nuevo cargo viaja aún más: Génova, Milán, Bolonia, etc., pero en 1442 renuncia al cargo, porque lo suyo era predicar y decide seguir con su predicación itinerante.

Por tres veces le ofrecen la mitra episcopal, primero en Siena, en 1427, luego en Ferrara, en 1431 y por último en Urbino, en 1435 y las tres veces renunció. No se consideraba digno de este cargo. Esta es la razón por la que algunos pintores, como El Greco, lo han pintado con tres mitras a sus pies y en su mano una vara con un Crismón, con las 3 letras alusivas a Jesús JHS, despidiendo rayos de luz, porque era el emblema que él portaba en una tablilla de madera en sus predicaciones. Así se le representa también en las esculturas.

Murió entrando, a lomos de su borriquillo, en la ciudad de Aquila, el 20 de mayo de 1444, a los 63 años. Fue canonizado en 1450 por el Papa Nicolás V.

Reflexión desde el contexto actual:

A lo largo de la historia han surgido muchos hombres como San Bernardino, que con su palabra y con el ejemplo de su vida han removido conciencias. Falta hacen ahora misioneros como el, para despertar las conciencias dormidas y avivar una llama que parece que se va extinguiendo.

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