Un santo para cada día: 29 de febrero San Hilario: el Papa del arrianismo

San Hilario: el Papa del arrianismo
San Hilario: el Papa del arrianismo

Con buen criterio en todos estos espinosos asuntos, solía proceder de forma colegiada, teniendo en cuenta el parecer y las opiniones de quienes él creía personas autorizadas, de aquí que convocara frecuentes reuniones y facilitara encuentros entre obispos, para que entre todos se pudiera encontrar la solución más idónea y justa  a los problemas que estaban sobre la mesa

En la festividad  de S. Alejandro de Alejandría que se celebra el 26 de Febrero tuvimos ocasión de hablar del naciente  arrianismo que motivó la celebración del Concilio de Nicea, donde esta doctrina fue condenada solemnemente, ello no impidió que la herejía  continuara propagándose  por lo que desde la Iglesia  de Roma  se le siguiera combatiendo después de haber  pasado más de un siglo. Hilario  fue el hombre involucrado en esta tarea  incluso después de haber sucedido en la sede  de Roma a  León Magno. Tuvo pues que  enfrentarse al arrianismo, aunque bien a su pesar  se vio obligado a tolerar una iglesia arriana en Roma. Lo que sí  pudo impedir fue la construcción de un segundo templo que habría de ser destinado a idéntica función y no solamente tuvo que combatir a Arrio, sino  también al macedoniano Filoteo. 

Aunque nacido en Cerdeña  su  brillante carrera eclesiástica habría de realizarla en la ciudad eterna. Siendo solamente diácono actuó como delegado de León Magno en el concilio de Efeso y desde este mismo ministerio desplegó una intensa actividad de carácter litúrgico y con sus  buenos servicios  a la Iglesia  fue ganándose la confianza de León Magno, a quien acabaría sucediendo, convirtiéndose en  el papa Nº 46  entre  años 461-468

Durante su pontificado tuvo que resolver conflictos diocesanos en materia de disciplina y jurisdicción, como por ejemplo los concernientes a la  Galia y España, también los  existentes entre la sede de Embrun  y las diócesis de los Alpes, actuando con acierto. Hilario, penetrante observador del espíritu humano  y conocedor de los entresijos de la curia romana, pues no en vano  había pasado muchos años al servicio de León Magno, supo  gestionar bien, sobre todo aquellos asuntos referentes a la disciplina, pues sabía muy bien que las aspiraciones e interés espurios podían comprometer la pureza de intenciones  y que el afán de poder y la ambición  podía apartar, incluso a los jerarcas, de la rectitud religiosa , fue por ello por lo que estuvo muy atento a que nadie se desviara de su fidelidad al evangelio, tal y como se desprende de  estas palabras que se pueden leer en una carta dirigida al arzobispo Leoncio : “En pro de la universal concordia de los sacerdotes del Señor, procuraré que nadie se atreva a buscar su propio interés, sino que todos se esfuercen en promover la causa de Cristo”

San Hilario Papa

Con buen criterio en todos estos espinosos asuntos, solía proceder de forma colegiada, teniendo en cuenta el parecer y las opiniones de quienes él creía personas autorizadas, de aquí que convocara frecuentes reuniones y facilitara encuentros entre obispos, para que entre todos se pudiera encontrar la solución más idónea y justa  a los problemas que estaban sobre la mesa.

Por fin habría que reconocer al papa Hilario su labor a favor del culto, construyendo 2 oratorios  y una  capilla  junto a la iglesia de San Lorenzo Extramuros, donde fue enterrado.

Reflexión desde el contexto actual

En la gestión del papa  Hilario al frente de la Iglesia podemos encontrar  dos comportamientos que no han perdido actualidad. Uno  es la pureza de intención que impulsa a buscar el reino de Dios por encima de cualquier otra consideración y el otro es  abrir cauces para que quienes tengan algo que aportar puedan hacerlo. 

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