Un santo para cada día: 15 de mayo San Isidro Labrador: patrón de Madrid y de los labradores

San Isidro labrador
San Isidro labrador

Juan XXIII, en 1.960, lo declaró patrón de los agricultores españoles, por eso el día 15 de mayo celebran su festividad muchos pueblos de España

La ciudad de Madrid, con sus modernos edificios, sus grandes avenidas llenas de coches y su avanzada tecnología, considera como la mayor de sus glorias tener como santo patrón a un humilde y sencillo labrador, con sus manos encallecidas y sus abarcas polvorientas.

No se sabe con certeza el año de su nacimiento, dando como probable el 1080 o 1082. Se cree por tradición que nació en el Madrid musulmán, de padres mozárabes, con buena formación cristiana y que es posible que fuera bautizado en la Parroquia de San Andrés, en cuyo cementerio estuvo en un principio sepultado su cuerpo.

En 1504 se encontró en la Iglesia de San Andrés un antiguo códice, denominado como códice de Ysidorus Agrícola, escrito parece ser por un diácono llamado Juan, que consigna por escrito datos recopilados de la tradición oral que existía sobre él. Su nombre de Isidro parece ser una síncopa de Isidoro, el santo sevillano, Tampoco sabemos sus apellidos, se dan como probables Merlo Quintana. En este códice se mencionan 5 milagros, pero la tradición popular le atribuye muchos más.

Solo sabemos que desde muy joven  se debió dedicar a las labores agrícolas. Parece ser que después va a Torrelaguna y allí conoce a una joven, que han dado en llamar María de la Cabeza, con la que se casa y tienen un hijo. Después regresan a Madrid y él se emplea como jornalero en las tierras de un tal Iván (Juan) de Vargas. Dicen que nunca se iba al trabajo sin haber oído la Santa Misa y que incluso mientras trabajaba elevaba con frecuencia sus plegarias al Cielo, de ahí viene la conocida “historia” de que mientras él oraba, los ángeles le araban la tierra.

Es seguro que tendría muchas reticencias entre sus propios compañeros, que le acusaban ante el amo de abandonar sus tareas. El mundo no comprende ni soporta a aquellos que hacen bien las cosas y jamás se quejan por las críticas.

Osoro, en la pradera de San Isidro
Osoro, en la pradera de San Isidro

Murió hacia 1130, a la avanzada edad de 90 años y fue sepultado en el cementerio que había junto a la Iglesia de San Andrés. El 15 de mayo de 1163 fue visto y examinado su cuerpo por delegados de la Sede Apostólica y a pesar de haber estado expuesto a las inclemencias del tiempo, lo hallaron incorrupto. El gremio de plateros de Madrid costeó la rica urna de plata en la que reposan actualmente sus restos, junto a los de Santa María de la Cabeza, en la Colegiata de San Isidro.

A instancias de Felipe III, Paulo V lo beatificó y 3 años más tarde, el 14 de marzo de 1622, por delegación de  Gregorio XV, fue canonizado en la Plaza Mayor de Madrid, juntamente con San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y San Felipe Neri.

Juan XXIII, en 1.960, lo declaró patrón de los agricultores españoles, por eso el día 15 de mayo celebran su festividad muchos pueblos de España.

Reflexión  desde el contexto actual:

Con frecuencia solemos pensar que solo pueden llegar a ser santos aquellas personas que han deslumbrado con una vida extraordinaria, haciendo cosas importantes; hoy tenemos aquí el ejemplo de un humilde y sencillo labrador, que simplemente se puso en las manos de Dios, limitándose a hacer, con toda naturalidad, lo que tenía que hacer. La Iglesia no confunde la santidad con las excelencias de relumbrón.

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