Un santo para cada día: 9 de octubre San Luis Beltrán. (Modélico maestro de jóvenes novicios, patrono de Colombia)

San Luis Beltrán. ( Modélico maestro de jóvenes novicios)
San Luis Beltrán. ( Modélico maestro de jóvenes novicios)

De carácter serio, rudo y violento, hombre de austerísimas penitencias, arrastraba más por la integridad de su vida que por sus atractivos personales, hombre de voluntad inquebrantable y firme. Es patrón de los noviciados dominicos

De carácter serio, rudo y violento, hombre de austerísimas penitencias, arrastraba más por la integridad de su vida que por sus atractivos personales, hombre de voluntad inquebrantable y firme. Es patrón de los noviciados dominicos.

Nació en Valencia el 1 de enero de 1526, en pleno Siglo de Oro. Su padre, Don Juan Beltrán era notario del reino, en cuyo hogar pacífico, honrado, austero y de principios cristianos, cada noche se leían las vidas de los santos. Esto marcaría profundamente al pequeño Luis, quien pronto se sintió impulsado a imitarlos manifestando sus deseos de llegar a ser un día dominico, por lo que con frecuencia visitaba al convento de Santo Domingo en Valencia. Un día, contra la voluntad de sus padres, ingresa en el convento, pero el padre convence al prior de que la salud de su hijo no aguantará allí. Al cabo de tres años, lo vuelve a intentar con un nuevo prior y esta vez de nada valieron los ruegos de su padre, quien acabaría rindiéndose ante la inquebrantable vocación de su hijo.

Sus austerísimas penitencias comienzan a ser conocidas en todo el convento. A los 23 años es ordenado sacerdote y le hacen maestro de novicios, pero eso a él le parece poco y quiere combatir la herejía protestante. Con permiso del Padre General emprende un día el camino hacia Salamanca y tiene que ser Dios quien le salga al paso para hacerle ver que su sitio no está allí sino en el convento de Valencia como maestro de novicios. Meses más tarde se presentan en el convento unos Padres Misioneros, en busca de voluntarios para evangelizar en el Nuevo Mundo y el carácter fogoso y aventurero de Luis vuelve a salir a flote. Se ofrece ante el prior como primer voluntario y es aceptado.

En 1562 parte hacia Sevilla para embarcar rumbo a las Américas. Siete años permanecerá entre los indios que habitaban en lo que ahora es Colombia. Sobrevive a varios ataques e intentos de envenenamiento, pero él tiene las ideas muy claras: un indio es un alma que hay que salvar y no un mero instrumento de trabajo al que hay que explotar. En esto estaba muy de acuerdo con su compañero de hábito Fray Bartolomé de las Casas. Durante ocho años recorre los caminos intransitables, los espesos bosques vírgenes y las oscuras selvas, pero al fin se ve obligado a regresar a España, cansado de no poder remediar estos males.

 Vuelve a asumir el cargo de maestro de novicios. Es rígido y duro con ellos. Cuando hay que reprender es inexorable, algunos decían que aquello parecía el “juicio final”. Tan eficiente fue su labor en este sentido que la Orden le considera “patrón de los maestros de novicios”. Siete veces fue maestro de novicios y otras tres, prior en distintos conventos. Como prior se esforzó por implantar las reformas promovidas por el Concilio de Trento. Tuvo muchas dificultades y oposiciones hasta llegar a verse destituido temporalmente de su cargo, pero él era decidido y logra salir victorioso. En la puerta de su celda colocó esta frase de San Pablo: “Si quisiera agradar a los hombres no sería siervo de Cristo”.

San Luis Beltrán. ( Modélico maestro de jóvenes novicios)
San Luis Beltrán. ( Modélico maestro de jóvenes novicios)

Después de muchas enfermedades murió el 9 de octubre de 1581, un año antes que Santa Teresa, con la que mantuvo correspondencia. El Papa Paulo V lo beatificó en 1608 y Clemente X lo canonizó el 12 de abril de 1671.

Reflexión desde el contexto actual:

La educación viene a ser un proceso encaminado a la conformación de la personalidad en consonancia con el ideal humano propuesto, lo cual no se consigue sin esfuerzo y disciplina. De ello fue totalmente consciente “el patrón de los maestros de novicios”, tildado de exigente, que es lo que debe ser un buen educador. ¿A dónde nos está llevando la pedagogía omnipermisiva si no es a crear sujetos blandengues y caprichosos? ¿Es que acaso en nuestros días no están trayendo consecuencias nefastas las prácticas educativas presididas por la ley del menor esfuerzo y del “dejar hacer a cada cual lo que le dé la gana?”

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