Un santo para cada día: 24 de julio Santa Cristina de Bolsena

Santa Cristina de Bolsena
Santa Cristina de Bolsena

No hay la menor duda de que Cristina de Bolsena existió, ni tampoco  se puede dudar de la intrepidez de esta niña cristiana que supo luchar contra todo y contra todos por  mantener intacta su fe

Existe una exuberante literatura en torno a Cristina de Bolsena escrita desde distintas perspectivas y no con idéntica finalidad. Como suele suceder con todos aquellos personajes lejanos en la historia se va entremezclando la realidad con la fabulación , por lo que se hace necesario saber discernir e interpretar con buen criterio, colocando cada relato en el lugar que le corresponde. Comenzaremos distinguiendo en Cristina el “què” y el “como”. En cuanto a su existencia real disponemos de sobrados argumentos  que así nos lo atestiguan. En Bolsena ha aparecido un sepulcro del siglo IV que así lo confirma al igual que su veneración,  por otra parte está el mosaico de S. Apolinar de Ravena donde aparece junto al cortejo de vírgenes . Lo que no está claro  su procedencia . Según unos seria oriunda de Bolsena ( Viterbo)   en Italia y según otros procedentes de Tiro al sur del Libano . En cualquier caso es  considerada como una santa del siglo III venerada por la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia anglicana

¿Quién fue y qué hizo esta niña que se la conoce con un nombre de ascendencia cristiana?  Muy probablemente se trate de la hija de un gobernador, hombre recto llamado Urbano, que para preservarla de los peligros del mundo, la recluyó en una lujosa mansión repleta de divinidades paganas y asistida por una corte de esclavas que cuidaban de ella. Estas no tardaron en observar que la niña no prestaba  el menor interés por las estatuillas , incluso un buen día las hizo añicos. La cosa era lo suficientemente grave como para tener informado al padre, quien al saberlo monta en cólera y trata por todos los medios de disuadirla infligiéndola severos castigos; pero todo fue en vano, por lo que acabó planteándose  la cuestión en estos términos ¿ salvar a la niña  o renunciar a su religión? ¿ Dejarse llevar por el sentimiento paternal o ser fiel al emperador? Grave dilema que  al final  se resolvió  encerrando a su hija en una cárcel para  que fuera juzgada como cualquier otro reo, poniendo en boca de Urbano estas sentidas palabras :"No se ha decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni que estos hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de mi propia familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre". A partir de aquí aparecen los relatos del martirologio que datan  del siglo IX ,en los  que seguramente con fines didácticos se introducen elementos novelados  carentes de interés histórico, si bien pueden tener su importancia en orden a la iconografía posterior que la representa de variadas formas y también con miras a suscitar sentimientos piadosos de admiración hacia la santa mártir    

Cristina de Bolsena

Vamos a asistir a toda clase de torturas de la que el Señor supo librarla milagrosamente. El gobernador se olvida de su condición de padre y manda que sea azotada y se le apliquen al cuerpo brasas ardientes, finalmente se la introduce en una inmunda mazmorra para que el hambre y la sed acaben por doblegarla; pero los ángeles de Dios cuidan de Ella.  En vista de que el padre no consigue nada de Cristina ponen el caso en manos del gobernador Dión a quien se le ocurre la cruel idea de una bañera hirviendo con aceite; pero la heroica niña también sale ilesa de esta prueba, motivo por el cual muchos testigos se convierten.  Los magistrados siguen obcecados en que la niña tiene que apostatar de  su religión  y  se lo trasmiten al gobernados Juliano, quien después de estudiar el caso llega a la conclusión que se trata de una bruja con poderes y encantamientos  por lo que pensó para ella un nuevo procedimiento consistente en encerrarla en un horno durante siete días, más al ver que tampoco con ello se conseguía nada, prueban encerrarla en un cuarto oscuro con serpientes, culebras y alacranes de  donde también sale indemne. Ya no quedaba lugar para imaginar otro lugar de horrores por lo que desesperados deciden atarla a un tronco para que fuera aseteada. Es así como Cristina con los ojos mirando al cielo pide que sea recibida en su reino.  Naturalmente nada de esto es históricamente creíble aun con todo tiene un sentido simbólico  a través del cual se trata de enviar  mensaje  de que Dios cuida de sus justos y cuando todo parece perdido aparece su fuerza.

Reflexión desde el contexto actual

No hay la menor duda de que Cristina de Bolsena existió, ni tampoco  se puede dudar de la intrepidez de esta niña cristiana que supo luchar contra todo y contra todos por  mantener intacta su fe. Su testimonio llega hasta nuestros días como una oleada de viento fresco que aviva la esperanza y nos hace pensar  que mientras haya personas así el mundo podrá salvarse.

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