Un santo para cada día: 16 de febrero Santa Juliana (o Santa Illana, Patrona de Santillana del Mar)

Santa Juliana: ¿embajadora del mejor feminismo?
Santa Juliana: ¿embajadora del mejor feminismo?

Sus reliquias, una vez lograda la paz de Constantino, comenzaron un peregrinaje y después de muchas vicisitudes y de estar repartidas en varios lugares, parece ser que llegaron a Cantabria, al lugar que hoy conocemos como Santillana (Santa Illana) del Mar

La historia de esta santa comienza siendo emperador de Roma Diocleciano, tristemente recordado porque durante su reinado tuvo lugar una de las más feroces persecuciones a los cristianos que duraría diez años, con un sinnúmero de mártires y también de apóstatas, según nos cuenta Eusebio. En realidad, la persecución no fue iniciativa de Diocleciano, que siempre pensó que la masacre de los cristianos no era beneficiosa para el Imperio, por aquello de que la sangre de los mártires era semilla de cristianos, pero tuvo que claudicar ante las pretensiones de Galerio, general victorioso que había obtenido la victoria sobre germanos y partos. El caso es que en medio de esta turbulencia se vio envuelta Juliana con el agravante de que la situación familiar tampoco le era favorable.  

Esta bella joven, cuyo nombre era Illana, había nacido a finales del siglo III en Nicomedia (en la actual Turquía), donde estaba la corte del emperador Diocleciano, en el seno de una familia distinguida perteneciente al Senado, de padre pagano, perseguidor de los cristianos y madre agnóstica. Llegado el momento Illana se hizo bautizar en secreto y renunció al matrimonio para entregarse totalmente a Cristo.

El apuesto senador Eleusio quiso casarse con ella y su padre concertó el matrimonio, comprometiendo en ello su honorabilidad, pero Illana, o Juliana, como se la conoce en los ambientes cristianos, puso la condición de que no le aceptaría hasta que llegara a ser juez y prefecto de la ciudad, pensando que de este modo retrasaría la boda. El joven lo logró, pero entonces ella le puso otra condición, que no le aceptaría hasta que se hiciera cristiano. Ante esto, su padre dijo que prefería verla muerta antes que cristiana.

Ante esta negativa por parte de la joven fue encarcelada y sometida a tortura. Finalmente, con 18 años, fue decapitada el 16 de febrero del año 304. Según las Actas de su martirio habría sido torturada cruelmente derramando plomo derretido sobre su cuerpo, como puede verse en una pintura anónima perteneciente al siglo XVII. Estando en la cárcel recibe la visita de un ser luminoso, quien en tono complaciente trata de disuadirla para que cambie de actitud y se someta a las exigencias del Imperio, pudiendo así disfrutar de una prometedora libertad y de los goces del matrimonio, sin que por ello se sintiera ofendido Dios, que comprendería su situación y en cualquier caso la perdonaría fácilmente, pero a Juliana, aunque era joven, no se las daban con queso y pronto se dio cuenta del engaño, descubriendo a este falso emisario  y no solo se puso en guardia sino que con las propias cadenas que la aprisionaban trató de estrangular a quien no era otro sino el diablo, que había venido a embaucarla y que una vez desenmascarado tomó la  forma de un monstruo  y es así como a veces se la representa, humillando a la bestia que tiene bajo sus pies.

Santa Juliana: ¿embajadora del mejor feminismo?
Santa Juliana: ¿embajadora del mejor feminismo?

Sus reliquias, una vez lograda la paz de Constantino, comenzaron un peregrinaje y después de muchas vicisitudes y de estar repartidas en varios lugares, parece ser que llegaron a Cantabria, al lugar que hoy conocemos como Santillana (Santa Illana) del Mar, donde reposan en el centro de la Colegiata, en un sepulcro de piedra. Inicialmente lo que se construyó fue un pequeño y modesto monasterio de piedra cubierta de madera con una pequeña ermita para albergar las reliquias de Sta. Juliana (Sta. Illana) lo que daría nombre al emplazamiento donde se encontraba. Sobre ella se levantaría la actual colegiata, paso importante en el Camino de Santiago, en cuya fachada principal se encuentra una hornacina con la imagen de Sta Juliana, venerada desde hace mucho tiempo, tanto por la Iglesia Católica como por la Iglesia Ortodoxa.

  Reflexión desde el contexto actual:

Es de alabar la firmeza de su fe y el tesón por defenderla, oponiéndose incluso al deseo de su padre. Estas jóvenes llenas de fortaleza y audacia como Juliana y en el naciente cristianismo hay muchas, fueron mujeres de cuerpo entero y sin duda las más auténticas y creíbles defensoras de la dignidad de la mujer y excelentes embajadoras también del mejor feminismo, pues aun siendo muy jóvenes, demostraron tener fortaleza y voluntad propia.

Volver arriba