Un santo para cada día: 22 de junio Santo Tomás Moro: patrón de los políticos y los gobernantes

Santo Tomás Moro: patrón de los políticos y los gobernantes
Santo Tomás Moro: patrón de los políticos y los gobernantes

Tomás Moro era decapitado en Ower Hill el 6 de Julio de 1535 después de haberse despedido con estas palabras: “Muero siendo el buen servidor del rey, pero de Dios primero”

Estamos ante un personaje singular, que mantuvo su dignidad en unos tiempos exigentes  porque estaba dotado de unos valores humanos y religiosos por encima de lo normal. Cuando el rey al que servía le puso a prueba, él prefirió seguir la voz de la conciencia y mantenerse firme frente al Consejo de Estado de la nación sabiendo  que ello iba a tener como precio, nada menos, que verter su propia sangre. Tomás Moro será siempre ese hombre que frente a todas las presiones de los poderosos  escogió  cumplir  con su deber  y ser fiel a su conciencia.   

Tomás había nacido en Londres un  7 de febrero de 1478, fue el hijo mayor del matrimonio  entre el jurista John More y Agnes Graunger. Tal como correspondía a la familia de su rango tuvo una esmerada educación destinada a seguir los pasos de su padre, acabando por ingresar en el colegio de abogados en 1501. Cuatro años más tarde se casó con Jane Colt con la que tendría cuatro hijos,  siendo la primogénita Margaret por la que sentiría una especial predilección. Muerta su esposa a los cinco años de casarse volvió a contraer matrimonio con  Alice Middleton con la que tendría varios hijos, llegando a ser un gran señor admirado, respetado y sobre todo un hombre cultísimo experto en leyes, humanista, filósofo, estadista y escritor, autor de esa joya literaria titulada “La Utopía”. Aún con todo, la vida de este gran hombre hay que centrarla en los servicios prestados en la corte de Enrique VIII de Inglaterra donde llegó a alcanzar el alto cargo de Canciller.

En 1517  vemos ya a Moro trabajando para el rey Enrique VIII como miembro del Consejo Real al que se le confiaban misiones diplomáticas en países europeos. Como ambos compartían un gran amor por las humanidades no tardó en surgir entre ambos una buena relación amistosa. En1520 los vastos conocimientos del gran humanistas fueron de gran utilidad al rey que por aquel entonces estaba  escribiendo una obra teológica titulada “En defensa de los siete sacramentos”. Su apreciada colaboración fue recompensada con favores y cargos muy estimables. Los nombramientos fueron sucediéndose hasta que en 1529 llegaba a ser designado Lord Canciller siendo después de mucho tiempo, el primer laico que ostentara este cargo.

Santo Tomás Moro

La valoración que se puede hacer de la actuación de Moro como Canciller, sobre todo en lo que se refiere al trato dispensado  a los protestantes, es algo que está sometido a una crítica rigurosa. ¿Se comportó Moro como cabía esperar de un humanista como él?.  En cualquier caso, cabe decir que siempre es arriesgado juzgar los comportamientos de ayer con los criterios de hoy. Por ironías del destino él habría de pasar también por ese trance.

Enrique VIII había tomado la determinación de repudiar a Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena  y después de haber sido condenado por Roma, a toda costa quería obtener el beneplácito de su Canciller; pero el Canciller no estaba por esas y se negó a dar su consentimiento y a prestar juramento antipapista a favor del rey como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, ello supuso que fuera encarcelado en la Torre de Londres.  Posteriormente fue juzgado y condenado a muerte por alta traición. De nada iba a servir que el Papa y Carlos V intercediera para que la condena a la pena capital fuera conmutada por otra. La condena se mantuvo y Tomás Moro era decapitado en Ower Hill el 6 de Julio de 1535 después de haberse despedido con estas palabras: “Muero siendo el buen servidor del rey, pero de Dios primero”.

Reflexión desde el contexto actual

Santo Tomás Moro ha sido declarado patrono de los políticos y los gobernantes y  con la autoridad que le confiere el haber dado la vida por sus convicciones es por lo que puede dirigirse a ellos para decirles que por encima de la voluntad de los hombres y los parlamentos está la voluntad de Dios. Este mártir de la política lo fue porque antepuso la honradez y la decencia éticas al oportunismo político. ¿No es esto ciertamente lo que debieran aprender nuestros políticos de hoy?

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