A un año de la publicación de la encíclica de Francisco Fratelli tutti desde Cuba

Iglesia católica de Cuba
Iglesia católica de Cuba

Uno de los eventos de mayor trascendencia para el 2021 en el ámbito católico es la Asamblea Eclesial de  América Latina y el Caribe a celebrarse en México del 21 al 28 de noviembre de este año

Entre los retos que tiene por delante la Iglesia en Cuba está el pensar cómo ser artífice de la reconstrucción del tejido social de nuestra nación

En una sociedad altamente polarizada, se hace oportuno diseñar espacios de reconciliación donde se genere hermandad entre todos los cubanos

Uno de los sueños del ENEC (17-21.02.1986) era ser una Iglesia encarnada. Para eso es importante bajarnos de los 'conventillos existenciales' y tocar la realidad que no suele desayunar en las mañanas.


Uno de los eventos de mayor trascendencia para el 2021 en el ámbito católico es la Asamblea Eclesial de  América Latina y el Caribe a celebrarse en México del 21 al 28 de noviembre de este año. Para este evento se ha organizado un proceso de escucha con el objetivo de generar diálogos que conduzcan a una reflexión al interior de las Iglesias locales.

En Cuba, esta consulta por internet resultó difícil de organizar en razón del alto costo de la comunicación digital. No obstante, este artículo busca sumar ideas a esta propuesta que tiene una  imbricación directa con la encíclica del papa Francisco Fratelli tutti (“Hermanos todos”, FT).



Fratelli tutti hace una crítica en torno a las grietas de la modernidad. Una de las claves planteadas es que los tres puntales de nuestra era se desprenden de los anhelos de la Revolución Francesa: igualdad, libertad y  fraternidad. En este sentido, el Papa dice que las luchas sociales del siglo XXI se ubican, en su mayoría, en los reclamos de igualdad y libertad, pero queda descuidado el concepto de fraternidad.

Entre los retos que tiene por delante la Iglesia en Cuba está el pensar cómo ser artífice de la reconstrucción del tejido social de nuestra nación. Pues en una sociedad altamente polarizada entre los que están “dentro” de la Revolución (alineados  con los parámetros ideológicos del sistema revolucionario) y los que han decidido vivir al margen (en otras  coordenadas de pensamiento sociopolítico), se hace oportuno diseñar espacios de reconciliación, donde se genere hermandad entre todos los cubanos.

Dios en su creación nos dio a los seres humanos, por igual, sin distinción ideológica, la oportunidad de ser coprotagonistas de nuestro futuro.

 La encíclica nos dice que cada ser humano tiene un valor único e inalienable; el papa Francisco lo describió como “infinito”, porque proviene del amor infinito de Dios. 

Para la Iglesia en Cuba se hace importante rescatar esa relación intrínseca entre la institución eclesial y la sociedad, evitando caer en lo que el papa Francisco llama  un “universalismo abstracto”, gente que se la pasa viajando como turista en medio de su realidad para no tocar la pobreza de su contexto.

Uno de los sueños del ENEC (17-21.02.1986) era ser una Iglesia encarnada. Tenemos el deber de abrir los ojos para ver la condición de inhumanidad de nuestro prójimo, los problemas que a diario se le presentan y producen un aplastamiento de su dignidad; para eso es importante bajarnos de los “conventillos existenciales” y tocar la realidad que no suele desayunar en las mañanas.



Fratelli tutti y el proceso de escucha propuesto como preparación para la Asamblea, nos dirigen una invitación a replantearnos nuestro modo de ser Iglesia en la Cuba de hoy. Una propuesta interesante sería impulsar una nueva Reflexión Eclesial Cubana. Sé que esta idea es un grito que ha salido de un miembro del pueblo de Dios.

El gran tema de Fratelli tutti es el Amor, y es preciso terminar estas líneas haciendo ver a nuestros lectores que será imposible construir la Iglesia o la sociedad que soñamos si no lo hacemos desde el Amor, sobre todo, por aquellos que yacen al lado del camino.




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