Libertad, dignidad y esperanza son las tres grandes aportaciones de la religión a la civilización occidental

Jonathan Sacks, exlíder de la comunidad judía en el Reino Unido, habló de ciencia y religión en el Aula de Opinión

El rabino Lord Jonathan Sacks, Jefe emérito de la Unión de Congregaciones Hebreas de la Commonwealth, visitó Comillas para participar en el Aula de Opinión con la conferencia "Ciencia y religión en el siglo XXI", dentro de las actividades programadas por la universidad para la XIII Semana de la Ciencia. El Rector, Julio L. Martínez, SJ, presentó la conferencia, que moderó Javier Leach, SJ, miembro de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión. Isaac Querub, Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España y antiguo alumno de Comillas ICADE, estuvo también en la mesa. Libertad, dignidad y esperanza son las tres grandes aportaciones de la religión a la civilización occidental, aseguró el rabino durante su intervención, en la que defendió la compatibilidad, e incluso necesidad, de fe y ciencia.


Jonathan Sacks comenzó su intervención reflexionando sobre la crisis económica. Bajo su punto de vista, tenemos un problema de confianza y de falta de crédito y, curiosamente, "la confianza es muy similar a la fe" [en inglés trust significa confianza, pero también creer en algo]. "Nos hemos convertido en personas prósperas, hemos alcanzado los sueños de nuestros abuelos, pero nuestros hijos no son felices", afirmó, lo que se explica porque la felicidad no depende solo de lo material, sino que también necesita de lo espiritual. "Parece que lo sabemos todo y, sin embargo, hay algo que nunca sabremos: lo que nos deparará el mañana", dijo.


El que fuera líder de la comunidad judía en el Reino Unido alabó la labor de Comillas, cuya Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión facilita la investigación y el diálogo entre ciencia y teología. En su país, explicó, este debate apenas tiene sitio en las universidades, mediatizadas por el ateísmo científico, que calificó de "evangelizador". Su postura es que no existe contradicción entre ciencia y fe, ya que responden a preguntas diferentes: "La ciencia desmonta las cosas para saber cómo funcionan, mientras que la religión las une para saber lo que significan". Cuando los científicos hayan respondido todas las preguntas, aún quedarán tres cuestiones por resolver: quién soy, por qué estoy aquí y cómo debo vivir. "El futuro no es un hecho, sino una decisión, elegimos donde vamos, y la ciencia no puede explicar eso", afirmó.



Para Sacks, las religiones monoteístas le dieron significado de la vida, "la belleza de escuchar la música bajo el ruido". ¿Qué le pasaría a Europa si se secularizara totalmente?, se preguntó. En un principio nada, tardaría un par de generaciones, pero al final se habrían perdido la libertad, la dignidad y la esperanza, las grandes aportaciones de la religión a la civilización occidental. Reconoció que muchos científicos creen que el libre albedrío, la libertad personal, es una ilusión pero, si aceptamos eso, surge una pregunta: "¿Si no somos libres como individuos, por qué ser libres como sociedad?". "Nosotros creemos que Dios, que es libre y nos ha creado a su imagen y semejanza, nos ha hecho libres también", respondió.

Cultura de esperanza

Habló también de optimismo y esperanza, el primero es pasivo y la segunda, activa, indicó. "Puedes tener una cultura trágica o una cultura de esperanza, pero a nosotros la Biblia nos dio esperanza", señaló. Es más, llamó la atención sobre el hecho de que los judíos, pese a siglos de vivencias trágicas, no tienen una palabra hebrea para designar la tragedia.

De vuelta al Reino Unido, aseguró que los ateos evangelizadores defienden su postura con la frase "probablemente, Dios no existe", en diversos soportes publicitarios. Pero, cómo de probables son las cosas, se cuestionó. Nada interesante es probable, así que la frase de sus anuncios es verdad, bromeó. Para él, "la verdad definitiva es que las religiones suponen la derrota de la probabilidad en nombre de la posibilidad". "Religión y ciencia no deben negarse, deben ser compañeras, como ocurre en esta universidad", concluyó.

Tras su ponencia, se abrió un interesante debate en el que se plantearon las más variadas cuestiones, a las que el rabino respondió con sinceridad. Preguntado sobre la importancia del amor para los cristianos dijo que "el significado del universo es amor y perdón, no podemos vivir sin ellos". No dudó del carácter moral de la crisis: "La gente cree que después de leer La riqueza de la naciones, de Adam Smith, ya no necesita moralidad en los mercados"; y defendió que uno de los problemas entre ciencia y religión es que nunca se han relacionado en condiciones de igualdad: "Respetemos y honremos sus diferencias", pidió. Retrató al Papa Francisco como "una extraordinaria bendición, no solo para la Iglesia, sino para el mundo entero". "¿Dónde quedan la libertad, la dignidad y la esperanza después de la shoá"?, le preguntó Isaac Querub, y Sacks admitió haber reflexionado mucho sobre el tema. "La pregunta es dónde estaba la humanidad en Auschwitz, no dónde estaba Dios", añadió.


En la presentación previa a la conferencia, el Rector había recordado el llamamiento papal a los jesuitas y sus instituciones para que estén en las fronteras, una tarea que con la visita de Sacks se cumple doblemente, ya que sitúa de nuevo la universidad en la reflexión sobre ciencia y religión, al tiempo que la acerca a la religión judía. También señaló la importancia que tiene encontrar a Dios en todas las cosas y ofrecer el trabajo que se realiza a su mayor gloria, dos máximas que cumple el invitado. Por su parte, el profesor Leach destacó el valor de un acto que era a la vez académico e interreligioso: "El diálogo entre fe y ciencia es importante para todas las religiones", dijo. Recordó también las palabras del Papa Francisco, que en su carta publicada por el diario La Repubblica, elogió a los judíos por mantener su fe pese al holocausto y reafirmó al judaísmo como la "raíz sagrada" del cristianismo.
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