La alfabetización mediática y la nueva ley audiovisual, las mejores herramientas para proteger a los niños ante la TDT

La Cátedra Santander de Derecho y Menores de la Universidad Pontificia Comillas y la Plataforma de Infancia, con el patrocinio del Ministerio de Sanidad y Política Social y de la propia cátedra, han organizado la "III Jornada sobre infancia y comunicación: Tecnología digital... ¿Apagón de derechos?". Los investigadores y profesionales convocados abarcaron distintos aspectos del futuro de la televisión infantil en el contexto del apagón digital y la expansión de la televisión digital terrestre (TDT). La futura ley del audiovisual, que incluirá la creación de un organismo independiente de control y, sobre todo, la alfabetización mediática fueron destacadas por los expertos como las mejores herramientas para proteger a los niños en la época de la televisión digital y los nuevos medios.

José Manuel Pérez Tornero, catedrático de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, abrió la jornada con una ponencia marco sobre las oportunidades y riesgos que presenta la TDT para la infancia y la adolescencia. "Éste es el momento de actuar", fueron sus primeras palabras, ya que la futura ley general del audiovisual, actualmente en el Congreso en forma de anteproyecto, y la expansión de la tecnología digital marcan puntos de inflexión que deben aprovecharse para iniciar la acción. Según el profesor Pérez Tornero habrá más canales pero menos posibilidades de elección por la homogeneización de los contenidos, por lo que "hay que exigir más producción específica para niños, que además servirá para desarrollar una industria cultural"."Tenemos que movernos entre el control y la acción y promoción", añadió, por eso propuso la participación cívica, a través de un diálogo constructivo entre empresas, profesionales de la comunicación y usuarios: "Se necesita una alfabetización mediática que nos haga más ciudadanos y, a los niños, ciudadanos activos".

En la primera de las mesas redondas se trató el impacto que tienen las nuevas tecnologías en la protección de la infancia. "El final de la televisión clásica nos exige afinar la regulación", afirmó Alfonso Morales, asesor de la Secretaría de Estado de Comunicación del Ministerio de Presidencia. Con la futura ley audiovisual se transpondrá a la legislación española la directiva de servicios del sector audiovisual, explicó; por eso "quizás la clave reside en la aplicación de mecanismos realmente eficaces, que se combinen con el desarrollo de la alfabetización mediática y los mecanismos de control parental".



En opinión de Manuel Aguilar Belda, Adjunto Segundo al Defensor del Pueblo, las acciones de autorregulación desarrolladas hasta ahora han sido un "sonoro fracaso", y la nueva autoridad independiente reguladora de carácter estatal podría mejorar la situación. Reconoció también que la mayoría de las quejas que se reciben en su institución, relativas a menores y contenidos televisivos, proceden de adultos. Por eso, resulta fundamental saber qué piensan los niños sobre la televisión, cuestión en la que ya están trabajando.

Clara Martínez, profesora de la Facultad de Derecho (ICADE), aportó luz a la situación desde la perspectiva jurídico-administrativa. El nuevo texto tiene que servir para que haya un sector moderno y tecnológicamente avanzado; pero también para que se otorgue la protección debida a los menores, tal y como exige la Constitución: "Estamos en el momento de elegir cómo debe hacerse la regulación y cuáles son los límites", apuntó.

Otro de los focos se puso en los efectos de la publicidad para la infancia. José Domingo Gómez, Director General de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol), puso sobre la mesa que la responsabilidad final en el cumplimiento de la ley es de los reguladores, no de los agentes de autorregulación, aunque aseguró que su asociación ha intervenido con éxito en más de 35.000 casos en el ámbito de la publicidad.

Andrés Casero, Vicedecano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Jaume I de Castellón, expuso lo que él llama "la paradoja digital": más que nunca el público infantil puede eludir los contenidos publicitarios con cierta facilidad, pero la "sociedad multipantalla" y la convergencia de medios exponen a los menores a todo tipo de contenidos, incluso de riesgo, dificultando enormemente los límites. "Los nuevos escenarios exigen nuevas respuestas, el control y la protección no son las únicas herramientas posibles, por eso es necesaria una autonomía crítica procedente de la alfabetización mediática".

"El niño no percibe la diferencia entre lo que es y no es publicidad", empezó diciendo Álvaro Pérez-Ugena, profesor de Estructura de la Comunicación en la Universidad Rey Juan Carlos. A continuación, realizó un análisis comparativo de la legislación sobre publicidad e infancia en otros países y llamó especialmente la atención sobre la publicidad alimentaria. "Lo que deberíamos hacer todos es reducir los valores de consumo", concluyó.

La mesa redonda que cerró la jornada abordó las características del nuevo formato digital para la creación de contenidos. Jacqueline Sánchez, representante del Grupo Comunicar, enumeró los formatos actuales y posibles que llegan al espectador infantil desde la TDT, "que será un valor añadido en la medida que los programas tengan un carácter positivo y educativo". Además, destacó que en los canales temáticos se segmenta más la edad del público infantil, favoreciendo cada vez más el visionado de contenidos adaptados y poco agresivos.

Adolfo Fraile, Director de Marketing de Impulsa TDT, la Asociación para la Implantación y el Desarrollo de la TDT en España, puso de manifiesto que los programas infantiles y juveniles dominan día a día el ranking de las emisiones más vistas en la nueva plataforma. Los niños se han adaptado con mayor intensidad que el resto de la población porque con los nuevos canales han aparecido contenidos específicos para ellos que no tenían sitio en la parrilla tradicional.
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