"Os doy las gracias a todos: he sentido mucho vuestra cercanía y el apoyo de vuestras oraciones. Gracias de todo corazón" Ángelus desde el balcón del hospital: Francisco reivindica "un sistema sanitario que garantice un buen servicio accesible para todos"

El Papa, en el balcón del Gemelli
El Papa, en el balcón del Gemelli

Además del "aceite" de la Unción, el Papa pide también el de "la escucha, la cercanía, la atención, la ternura de quien cuida a la persona enferma: es como una caricia que hace que nos sintamos mejor, que calma el dolor y anima"

"Tarde o temprano todos necesitamos esta "unción", y todos podemos dársela a alguien, con una visita, una llamada telefónica, una mano tendida a quien necesita ayuda"

"He experimentado lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un sistema sanitario que garantice un buen servicio accesible para todos"

"Que no se deje a nadie solo en la enfermedad"

Los ojos del mundo pendientes de la ventana de un hospital. Como ya hiciera en múltiples ocasiones Juan Pablo II, ahora también el Papa Francisco se va asomar a la ventana de la décima planta del hospital Gemelli de Roma, donde se recupera de una operación de colon. Para saludar al mundo desde la casa del dolor, compartir sus sufrimientos y bendecir sus sueños. A Bergoglio se le ve frágil, pero animoso como siempre.

Frágil, con una voz trémula y con carraspeos, ante miles de personas congregadas en el patio del hospital, en una catequesis más corta de lo que suele ser habitual, Bergoglio comenzó dando las "gracias de corazón" y aprovechó el Evangelio del día, que habla del aceite con el que ungían los discípulos enviados por Jesús, para alabar la Unción de los enfermos, pero también el "aceite" de la escucha, la atención y la ternura. Porque, "tarte o temprano todos los necesitamos".

El Papa aprovechó asimismo su experiencia directa del paso por el hospital, para pedir "un sistema sanitario que garantice un buen servicio accesible para todos", como el que hay en "Italia y en otros países", y para pedir que "no se deje a nadie solo en la enfermedad.

Gente en el Gemelli
Gente en el Gemelli

En los saludos, tras el ángelus, el Papa recordó especialmente al "querido pueblo haitiano" y pidió la paz para sus gentes. También recordó a las gentes del mar y provechó para proclamar: "Nada de plásticos en el mar. Cuidar la salud del mar". Y, por último, felicitó a los benedictinos y benedictinas en el día de San Benito, abad y patrón de Europa.

Texto íntegro de la catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Gente en el Gemelli
Gente en el Gemelli

Me alegra poder mantener la cita dominical del Ángelus también aquí desde el Hospital Gemelli. Os doy las gracias a todos: he sentido mucho vuestra cercanía y el apoyo de vuestras oraciones. Gracias de todo corazón.

El Evangelio de hoy dice que los discípulos de Jesús, enviados por Él, "ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban" (Mc6,13). Este "aceite" es ciertamente el sacramento de la Unción de los enfermos, que da consuelo al espíritu y al cuerpo. Pero este "aceite" es también la escucha, la cercanía, la atención, la ternura de quien cuida a la persona enferma: es como una caricia que hace que nos sintamos mejor, que calma el dolor y anima.

El Papa, en el balcón del Gemelli
El Papa, en el balcón del Gemelli

Tarde o temprano todos necesitamos esta "unción", y todos podemos dársela a alguien, con una visita, una llamada telefónica, una mano tendida a quien necesita ayuda.

En estos días de hospitalización, he experimentado lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un sistema sanitario que garantice un buen servicio accesible para todos. No debemos perder este bien tan precioso . ¡Tenemos que mantenerlo! Y para ello debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de todos.

Captura de pantalla 2021-07-11 a las 12.10.03
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Quiero expresar mi aprecio y mi aliento a los médicos y a todo el personal sanitario y hospitalario. Y recemos por todos los enfermos, especialmente por los que se encuentran en las condiciones más difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha,de la cercanía y del cuidado. Lo pedimos por intercesión de María, nuestra Madre, Salud de los Enfermos.

El Papa saluda desde el Gemelli
El Papa saluda desde el Gemelli

Francisco se unió así espiritualmente a una práctica que Juan Pablo II ya había experimentado muchas veces durante sus repetidas estancias en el hospital romano. La primera vez que Karol Woytjla ingresó en el Policlínico Gemelli como paciente fue tras el atentado que sufrió por parte de Ali Agcà en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981. Desde entonces, el "Vaticano número tres", como lo llamó el Papa polaco en uno de los Angelus del Gemelli (13 de octubre de 1996), se convirtió en su refugio habitual tras enfermedades, accidentes y operaciones. Nada menos que 22 veces se asomó el papa polaco a la ventana del Gemelli.

El Papa, en el Gemelli
El Papa, en el Gemelli

Pero, al contrario de la época del Papa Wojtyla, cuando fulgía como su portavoz el español Joaquín Navarro Valls y tanto él como los médicos daban toda clase de informaciones sobre las enfermedades del Papa, en esta ocasión Francisco quiso evitar a toda costa la espectacularización de la enfermedad. Son tiempos de transparencia, pero también de respeto a la intimidad de un anciano enfermo. Ni una sola entrevista de sus médicos. Sólo un escueto parte diario del jefe de prensa vaticano, Matteo Bruni. Sin una soal foto que se haya filtrado, a la espera de la instantánea de la ventana.

Juan Pablo II desde la ventana del Gemelli
Juan Pablo II desde la ventana del Gemelli

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