Semeraro presidió la ceremonia en el mismo lugar en que fue asesinada, 21 años antes Apuñalada en un rito satánico, perdonando a sus asesinas: Maria Laura Mainetti ya es beata

Marcello Semeraro, durante la beatificación
Marcello Semeraro, durante la beatificación

Mainetti, de las Hijas de la Cruz, fue asesinada “por tres chicas influenciadas por una secta satánica. Esa es la crueldad”, recordó este domingo, tras el rezo del Angelus, el Papa Francisco

La monja salió del convento esa noche, tras recibir la llamada de una chicas diciéndoles que una de ellas había sido violada y había quedado embarazada. El relato era un engaño para atraer a la monja, quien fue golpeada con un ladrillo o piedra grande y luego apuñalada 19 veces en un callejón oscuro

Semeraro: "Hoy, quizás, es necesario recordar esto: el terreno para el florecimiento de la santidad no es lo excepcional, sino la fidelidad en la vida cotidiana. En ella se hace presente el momento oportuno".

Asesinada a puñaladas por tres chicas, como parte de un rito satánico. La hermana Maria Laura Mainetti perdió la vida el 6 de junio del año 2000 en el poblado de Chiavenna, perdonando a sus asesinas, que acaban de salir de la cárcel. Ayer, veintiún años después de su martirio, fue beatificada en Como por el cardenal Semeraro.

Mainetti, de las Hijas de la Cruz, fue asesinada “por tres chicas influenciadas por una secta satánica. Esa es la crueldad”, recordó este domingo, tras el rezo del Angelus, el Papa Francisco. Según el relato de la beatificación, la monja salió del convento esa noche, tras recibir la llamada de una chicas diciéndoles que una de ellas había sido violada y había quedado embarazada. El relato era un engaño para atraer a la monja, quien fue golpeada con un ladrillo o piedra grande y luego apuñalada 19 veces en un callejón oscuro.

El lugar donde fue asesinada la religiosa

Perdonó mientras agonizaba

"La Iglesia reconoce hoy a la beata mártir María Laura Mainetti", señaló durante la ceremonia, celebrada en Chiavenna el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. "Mientras agonizaba, perdonó y rezó por los que procuraron su muerte".

Es, de hecho, perdonando, como se perdona. Al final de su vida, mientras la mataban, sor María Laura volvió a hacerlo", recalcó el purpurado, quien señaló que “la santidad no es fruto de un esfuerzo humano, sino que simplemente brota como una flor en el prado".

Sor María Laura Mainetti

"Hoy, quizás, es necesario recordar esto: el terreno para el florecimiento de la santidad no es lo excepcional, sino la fidelidad en la vida cotidiana. En ella se hace presente el momento oportuno". Y, en este sentido, el ejemplo de la religiosa es oportuno en nuestro día de hoy.

Por su parte, el obispo de Como, Oscar Cantoni, destacó el "estilo de vida evangélico, vivido con fidelidad diaria” de la religiosa, que sirve de ejemplo para que “los cristianos cambien el mundo".

Al trazar la vida de esta Hija de la Cruz, Cantoni recordó cómo su martirio "no es más que la coronación suprema de una vida enteramente dedicada a vivir el Evangelio en el don total de sí misma". Una vida que "despertó un vivo asombro y una intensa emoción en nuestro santo pueblo porque, dentro de su debilidad, surgió la fuerza victoriosa de Dios".

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