El 4 de marzo, en el Palacio Apostólico Consistorio para la canonización de los beatos Titus Bradsma, Maria Rivier y Carolina Santocanale

Consistorio Ordinario publico
Consistorio Ordinario publico

El Papa presidirá en el Palacio Apostólico el rito del voto final que llevará a la veneración de la Iglesia a Tito Brandsma, mártir en Dachau, y a dos fundadoras que vivieron entre los siglos XIX y XX

Serán los cardenales con Francisco quienes decidirán la fecha de canonización de estos tres beatos, cuyos decretos fueron autorizados por el Papa entre noviembre y diciembre pasados

El acto final tendrá lugar el 4 de marzo, a las 10.30 horas, en el Palacio Apostólico, durante el Consistorio Ordinario Público

(Vatican News).- Serán los cardenales con Francisco quienes decidirán la fecha de canonización de tres beatos, cuyos decretos fueron autorizados por el Papa entre noviembre y diciembre pasados.

El acto final tendrá lugar el 4 de marzo, a las 10.30 horas, en el Palacio Apostólico, durante el Consistorio Ordinario Público precedido por la celebración de la Hora Tercia, que concierne al carmelita Tito Brandsma, y a las beatas María Rivier, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María, y María de Jesús, fundadora de la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada de Lourdes.

Titus Bandsma

Un ángel en Dachau

Titus Bradsma, holandés, sacerdote profeso de la orden de los carmelitas, docente durante muchos años, vive el apogeo de su ministerio durante la época nazi, que también hizo estragos en los Países Bajos. Como asistente eclesiástico de la Asociación de Periodistas Católicos, visita las redacciones del país y las anima a resistir al régimen. Es detenido en enero de 1942 y asesinado el 26 de julio siguiente, a la edad de 61 años, mediante una inyección de ácido fénico en el campo de concentración de Dachau, Alemania. El milagro reconocido para su canonización se refiere a la curación de un padre carmelita de un "melanoma metastásico de los ganglios linfáticos", ocurrido en 2004 en Palm Beach, Estados Unidos.

Más fuerte que el dolor

Maria Rivier, una francesa de un pequeño pueblo del este del país, a la edad de un año y medio una caída de la cama le provoca lesiones que perjudican su crecimiento. Es 1770 y ocho años después, siendo aún una niña, siente el deseo de consagrarse.

María Rivier

Su salud hizo que la rechazaran en un Instituto y, más tarde, Marie decide abrir una escuela para dedicarse al cuidado de los enfermos y los pobres. Al estallar la Revolución Francesa, a pesar de la hostilidad de los insurgentes hacia las comunidades religiosas, funda una en 1796, que cinco años después toma el nombre de Congregación de las Hermanas de la Presentación de María.

Rivier muere el 3 de febrero de 1838, Juan Pablo II la beatifica en mayo de 1982. El milagro reconocido para su próxima beatificación y atribuido a su intercesión se refiere a la recuperación de la vida de un niño nacido en "ausencia prolongada de actividad cardíaca, respiratoria y neurológica". El evento tuvo lugar en Meru, Kenia, en 2013.

Intrepidez franciscana

Los pobres y los enfermos también están en el corazón de Carolina Santocanale, siciliana, nacida en una familia patricia de Palermo en 1852. Recibe una refinada educación y cuando siente la atracción por la vida consagrada, un matrimonio ya concertado, que sin embargo no se celebra, cambia los planes de la joven y en 1873 ingresa en la Pía Unión de las Hijas de María de la parroquia de San Antonio Abad. Este fue el primer paso hacia la vida que Carolina sentía para sí misma.

Algunas experiencias maduraron en ella la convicción de que era la vida activa y no la contemplativa a la que Dios la llamaba y en 1887 se hizo terciaria franciscana regular, con el nombre de María de Jesús. Con algunas compañeras creó un orfanato, una guardería, una escuela de bordado para jovencitas hasta que en 1909 toda la obra fue reconocida como Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada de Lourdes. El milagro atribuido a su intercesión se refiere a dos embarazos llevados a término, entre 2016 y 2017, de una mujer siciliana que padecía una grave enfermedad que le había causado infertilidad.

Carolina Santocanale

Primero, Religión Digital
Volver arriba