En la conmemoración del 10º aniversario del abrazo en el Vaticano entre Peres y Abbas Francisco vuelve a clamar por un alto el fuego en Gaza y pide un estatuto especial para Jerusalén "garantizado internacionalmente"

Francisco, bajo el olivo que plantó hace diez años con Bartolomé I, Peres y Abbas
Francisco, bajo el olivo que plantó hace diez años con Bartolomé I, Peres y Abbas Vatican Media

Difícil imaginar, cuando asistimos a una devastadora escalada en el conflicto israelopalestino, con una guerra de exterminio en Gaza que deja ya alrededor de 40.000 muertos tras el salvaje atentado cometido por Hamás en territorio israelí -que el 7 de octubre dejó también más de mil víctimas inocentes- que el 8 de junio de hace diez años, los principales líderes de Israel y Palestina, junto con el papa Francisco y el patriarca Bartolomé, participaron en los Jardines Vaticano en una oración por la paz

Por ese motivo, esta tarde, en el mismo lugar y ante el olivo, ya frondoso, que entonces plantaron, junto con el Papa y el patriarca Bartolomé, los presidente de Israel y la Autoridad Palestina, Simón Peres y Mahmoud Abbas, Francisco ha vuelto a reclamar La Paz en Tierra Santa, ha pedido un alto el fuego entre Israel y Palestina, ha instado a la comunidad internacional a acrecentar sus esfuerzos en favor de la paz "en un tiempo marcado por trágicos conflictos" y ha invitado a unirse en la misma oración que recitaron todos ellos hace una década

Difícil imaginar, cuando asistimos a una devastadora escalada en el conflicto israelopalestino, con una guerra de exterminio en Gaza que deja ya alrededor de 40.000 muertos tras el salvaje atentado cometido por Hamás en territorio israelí -que el 7 de octubre dejó también más de mil víctimas inocentes- que el 8 de junio de hace diez años, los principales líderes de Israel y Palestina, junto con el papa Francisco y el patriarca Bartolomé, participaron en los Jardines Vaticano en una oración por la paz, que dejó como testigo un olivo que plantaron mano a mano con Simón Peres, presidente de Israel, y Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina. Esta tarde ha querido recodarlo, en el mismo lugar, y con la misma oración, el papa Bergoglio, haciendo, de nuevo, una invocación por la paz en Tierra Santa.

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"Guardo en mi corazón mucha gratitud al Señor por ese día, mientras conservo el recuerdo de aquel emotivo abrazo que se dieron los dos Presidentes, también en presencia de Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico, y de los representantes de las comunidades cristianas, judías y musulmanas de Jerusalén", recordó el Papa en su intervención.

Francisco, Bartolomé, Abbas y Peres, plantando hace diez años en olivo de la paz
Francisco, Bartolomé, Abbas y Peres, plantando hace diez años en olivo de la paz

"Hoy es importante hacer memoria de ese acontecimiento, de manera especial a la luz de lo que lamentablemente está sucediendo en Israel y en Palestina. Desde hace meses asistimos a una creciente estela de hostilidad y vemos morir ante nuestros ojos a tantos inocentes. Todo este sufrimiento, la brutalidad de la guerra, las violencias que esta desencadena y el odio que siembra también en las generaciones futuras deberían convencernos de que 'toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal'", indicó, citando uno de los puntos de su encíclica Fratelli tutti.

"En un tiempo marcado por trágicos conflictos, se necesita un renovado compromiso para construir un mundo pacífico. A todos, creyentes y personas de buena voluntad, quisiera decirles, ¡no dejemos de soñar con la paz ni de construir relaciones de paz!", prosiguió el Pontífice, quien aseguró que "cada día rezo para que esta guerra termine".

"Pienso en todos los que sufren, en Israel y Palestina, en los cristianos, los judíos y los musulmanes. Pienso en la urgencia de que desde los escombros de Gaza se tome por fin la decisión de detener las armas y, por ello, pido un alto el fuego. Pienso en los familiares y rehenes israelíes y pido que sean liberados lo antes posible. Pienso en la población palestina y pido que esté protegida y reciba toda la ayuda humanitaria necesaria. Pienso en todos los desplazados por los combates, y pido que sus casas sean pronto reconstruidas para que puedan volver en paz. Pienso también en los palestinos e israelíes de buena voluntad que, entre lágrimas y sufrimientos, no dejan de aguardar con esperanza la llegada de un día nuevo y se esfuerzan por anticipar el alba de un mundo pacífico".

"Todos debemos trabajar y comprometernos para que se alcance una paz duradera, donde el Estado de Palestina y el Estado de Israel puedan vivir uno al lado del otro, derribando los muros de la enemistad y del odio; todos debemos preocuparnos por Jerusalén, para que se convierta en la ciudad del encuentro fraterno entre cristianos, judíos y musulmanes, tutelada por un estatuto especial garantizado a nivel internacional".

"La paz no se consigue solamente con acuerdos de papel o en las mesas de compromisos humanos y políticos. Nace de corazones transformados, surge cuando cada uno de nosotros es alcanzado y tocado por el amor de Dios, que disuelve nuestros egoísmos, rompe nuestros prejuicios y nos da el gusto y la alegría de la amistad, de la fraternidad y de la solidaridad recíproca", afirmó Francisco.

Igual que hace diez años, el Papa mostró su deseo de renovar la oración de todos por la paz, y, ante el el árbol que juntos plantaron aquel día, pidió a Dios "que continúe haciendo crecer el olivo que aquel día plantamos; ya se ha vuelto fuerte y frondoso, porque estuvo al reparo de los vientos y fue regado con cuidado. Del mismo modo, debemos pedir a Dios que la paz pueda brotar en el corazón de cada hombre, de cada pueblo y nación, en todo rincón de la tierra, al abrigo de los vientos de guerra e irrigado por quienes cada día se comprometen a vivir en la fraternidad".

"No dejemos de soñar con la paz, que nos regala la alegría inesperada de sentirnos parte de una única familia humana. Esta alegría la vi hace unos días en Verona, en el rostro de aquellos dos padres, un israelí y un palestino, que se abrazaron delante de todos. Esto es lo que necesitan Israel y Palestina, ¡un abrazo de paz!", señaló el Papa, quien, tras pedir de nuevo "que los responsables de las naciones y las partes en conflicto puedan encontrar el camino de la concordia y de la unidad", invitó a rezar la misma oración que invocaron en aquel día de hace diez años.

La oración por la paz

Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: “¡Nunca más la guerra!”; “con la guerra, todo queda destruido”. Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz.

Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino. Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nuestras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra.

Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre “hermano”, y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén.

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