Centenares de miles de fieles se agolpan en el santuario mariano para escuchar al Papa Francisco, en Transilvania, invita a los rumanos a "tejer juntos el futuro" y "transitar los senderos de la reconciliación"

El Papa, recibido por cientos de miles de fieles en el santuario mariano
El Papa, recibido por cientos de miles de fieles en el santuario mariano

"Al que arriesga, el Señor no le defrauda"

"Peregrinar es saber que venimos, como pueblo, a nuestra casa. Un pueblo cuya riqueza son sus mil rostros, culturas, lenguas y tradiciones"

Invita a "transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión"

"Luchar para que los rezagados de ayer, sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana"

"Caminemos y caminemos juntos dejando que sea el Evangelio la levadura que lo impregne todo y regale a nuestros pueblos la alegría de la salvación". Madrugó Francisco, y madrugaron los periodistas. Les esperaba un duro camino, en avión y helicóptero (el segundo tramo la prensa la hizo en avión, 200 km), hasta llegar al santuario mariano de Sumuleu-Ciuc, la cuna de los católicos de habla húngara.

En Transilvania, la tierra de Drácula, Bergoglio hizo un llamado a la unidad en la diversidad, para "tejer juntos el futuro". Más de 150.000 personas esperaban, bajo una lluvia intermitente, la llegada de Bergoglio. El Papa no defraudó en el valle santo. Un impresionante escenario natural, rodeado por el bosque y donde la espiritualidad se vive de una forma distinta. El Papa tuvo verdaderos problemas para llegar al altar, pues el camino desde la improvisada sacristía estaba repleto de barro.

Miles de fieles reciben a Francisco en Sumuleu-Sibiu

En su homilía, Francisco hizo un llamamiento a la valentía, al riesgo, al deseo de anunciar el Evangelio. "Al que arriesga, el Señor no le defrauda", subrayó el Papa. 

"Somos peregrinos"

El Papa quiso referirse a la tradición del santuario de Sibiu, un lugar "casi sacramental de una Iglesia hospital de campaña", que guardan "la memoria del pueblo fiel que en medio de sus tribulaciones no se cansa de buscar la fuente de agua viva donde refrescar la esperanza".

"Somos peregrinos", recordó el Papa a los fieles, muchos de los cuales llegan cada año, en el sábado de Pentecostés "para honrar el voto de vuestros antepasados y para fortalecer la fe en Dios y la devoción a la Virgen". Una devoción de la que participan "de forma conjunta las tradiciones religiosas rumanas y húngaras, en la que participan también fieles de otras confesiones, y es un símbolo de diálogo, unidad y fraternidad".

La multitud, con el Papa Francisco

¿Qué es peregrinar?, se preguntó Francisco. "Es saber que venimos como pueblo a nuestra casa. Un pueblo cuya riqueza son sus mil rostros, culturas, lenguas y tradiciones", pese a las dudas, el sufrimiento y "las heridas que alimentan la división y fragmentación". "

Los complejos y tristes acontecimientos del pasado no se deben olvidar o negar, pero tampoco pueden constituir un obstáculo o un motivo para impedir una anhelada convivencia fraterna"

, clamó el Papa.

Mezclarnos, encontrarnos, ayudarnos

Pero, también, "peregrinar significa sentirse convocados e impulsados a caminar juntos pidiéndole al Señor la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión; es desinstalarse de nuestras seguridades y comodidades en la búsqueda de una nueva tierra que el Señor nos quiere regalar".

En este sentido, el Papa hizo un llamamiento a "descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos". Una invitación a 'caminar juntos' como reza el lema de este viaje, y como representa el alma misma de Rumanía.

Impresionante estampa del santuario, a la espera del Pontífice

Y, también, peregrinar "es el compromiso de luchar para que los rezagados de ayer, sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana", para lo que es preciso "el trabajo artesanal de tejer juntos el futuro. Por eso estamos aquí para decir juntos: Madre enséñanos a hilvanar el futuro", y a "transitar los senderos de la reconciliación".

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