El Papa hace un llamamiento a una "teología en solidaridad con todos los náufragos de la historia” Francisco denuncia la “supuesta pureza racial o doctrinal” de “quienes se llaman a sí mismos cristianos”

Francisco, durante su intervención en el congreso de Teología del Mediterráneo en Nápoles
Francisco, durante su intervención en el congreso de Teología del Mediterráneo en Nápoles

El Papa aboga en Nápoles por “un estilo de vida y una proclamación sin un espíritu de conquista, sin la voluntad de hacer proselitismo”

“Con los musulmanes estamos llamados a dialogar para construir el futuro de nuestras sociedades y nuestras ciudades, a considerarlos socios para construir una coexistencia pacífica, incluso cuando hay episodios impactantes de grupos fanáticos enemigos del diálogo, como la tragedia de la Pascua pasada en Sri Lanka”

Invita a “construir una 'gran carpa de paz' en toda la cuenca mediterránea, donde los diferentes hijos del padre común Abraham pueden vivir juntos en mutuo respeto”

“Es importante que los teólogos sean hombres y mujeres compasivos, tocados por la vida oprimida de muchos, por la esclavitud de hoy, por las heridas sociales, por la violencia, por las guerras y de las enormes injusticias sufridas por tantos pobres que viven en las orillas de este mar común”

“Necesitamos teólogos (hombres y mujeres, presbíteros, laicos y religiosos) que, en un profundo arraigo histórico y eclesial y, al mismo tiempo, abiertos a las inagotables innovaciones del Espíritu, sepan cómo escapar de la lógica autorreferencial, competitiva y, de hecho, cegadora. que a menudo también existen en nuestras instituciones académicas”. El Papa Francisco lanzó, desde Nápoles, un llamamiento a una teología de puertas abiertas en todo el arco mediterráneo.

Durante su intervención en la Facultad Pontificia de Teología del Mediterráneo, Bergoglio lanzó una advertencia contra “todas las actitudes agresivas y bélicas” que han marcado la vida en las orillas del Mare Nostrum por parte de “los pueblos que se llamaban a sí mismo cristianos”. Ayer y hoy, “tanto las actitudes y prácticas coloniales que han dado forma a la imaginación y las políticas de estos pueblos, como las justificaciones de todo tipo de guerras, y de todas las persecuciones en nombre de una religión o una supuesta pureza racial o doctrinal”, siguen vivas, y a ellas hay que contraponer una “teología de la compasión”.

"Estas persecuciones las estamos viviendo hoy también, ¿eh?" advirtió Bergoglio, recordando las viejas y falaces doctrinas de los conquistadores mediterráneos ('O Bautismo o muerte').

Compasión para no perder el alma

“Es importante que los teólogos sean hombres y mujeres compasivos, tocados por la vida oprimida de muchos, por la esclavitud de hoy, por las heridas sociales, por la violencia, por las guerras y de las enormes injusticias sufridas por tantos pobres que viven en las orillas de este "mar común"”, explicó el Papa, quien añadió que “sin comunión y sin compasión, la teología no solo pierde su alma, sino que pierde su inteligencia y su capacidad para interpretar la realidad de una manera cristiana”.

“Sin compasión -advirtió- , los teólogos corren el riesgo de ser tragados en los privilegios de aquellos que se ubican prudentemente fuera del mundo y no comparten los riesgos con la Humanidad”. Frente a ello, postuló una “teología en red, en solidaridad con todos los náufragos de la historia” que, en ese inmenso cementerio en que se ha convertido el Mediterráneo, son más actuales que nunca, “alentando a las poblaciones mediterráneas a rechazar cualquier tentación de reconquistas y cerrar su identidad”.

Por ello, el trabajo de los teólogos contribuye, según Francisco, a “la construcción de una sociedad justa y fraterna, en la que el cuidado de la creación y la construcción de la paz son el resultado de la colaboración entre instituciones civiles, eclesiales e interreligiosas”.

Francisco, con el cardenal Sepe
Francisco, con el cardenal Sepe

Hacer teología es una acto de misericordia

Una red que tenga en cuenta que “la teología nace en medio de seres humanos concretos, reunidos con la mirada y el corazón de Dios”. “Hacer teología es un acto de misericordia”, subrayó el Pontífice, quien destacó que “la libertad teológica es necesaria. Sin la posibilidad de experimentar nuevos caminos, no se crea nada nuevo, y no queda espacio para la novedad del Espíritu del Resucitado”. Por ello, pidió “estructuras livianas y flexibles” para las facultades de teología, que “reflejen la apariencia de una Iglesia en salida”.

¿Cómo podemos mantenernos unos a otros en la única familia humana? ¿Cómo alimentar una convivencia tolerante y pacífica que se traduzca en auténtica fraternidad?, se preguntó Francisco. ¿Cómo pueden las religiones ser formas de hermandad en lugar de muros de separación? “Se trata de generar procesos”, repitió, en una de las muchas improvisaciones en un discurso largo pero intenso.

Fundamentalmente, a través “de la aceptación y el diálogo” con las instituciones civiles y sociales, los líderes religiosos “y con todas las mujeres y hombres de buena voluntad, para construir en la paz de una sociedad inclusiva y fraterna y para la custodia de la creación”.

Y es que el diálogo, para el Papa, “es ante todo un método de discernimiento y proclamación de la Palabra del amor” dirigida a cada persona, un gesto “de ese Dios que se manifiesta cada vez y dentro de cada contradicción, mayor en el amor y en la capacidad de recuperar el mal”.

Así, pidió llegar como “'etnógrafos espirituales' del alma de los pueblos, para poder dialogar en profundidad y, si es posible, contribuir a su desarrollo con el anuncio del Evangelio del Reino de Dios, cuyo fruto es la maduración de una fraternidad cada vez mayor, dilatada e inclusiva”.

El proselitismo es la "peste"

“Esta docilidad al Espíritu implica un estilo de vida y una proclamación sin un espíritu de conquista, sin la voluntad de hacer proselitismo(es la peste) y sin una intención agresiva de refutación”, clamó el Papa, quien invitó a seguir los “ejemplos luminosos”, desde Charles de Foucald a los monjes de Tibhirine, de Martin Luther King y Lanza del Vasto a don Peppino Diana, asesinado por la Camorra.

Una “teología de la hospitalidad” donde el diálogo “no es una fórmula mágica, pero que puede ayudar a la renovación” y al encuentro con otras religiones, especialmente con el judaísmo y el Islam. Así, pidió que los estudiantes de teología sean “educados en diálogo con el judaísmo y el islamismo para comprender las raíces y diferencias comunes de nuestras identidades religiosas”, para “construir una sociedad que valore la diversidad y fomente el respeto, la fraternidad y la convivencia pacífica”.

“Con los musulmanes estamos llamados a dialogar para construir el futuro de nuestras sociedades y nuestras ciudades; estamos llamados a considerarlos socios para construir una coexistencia pacífica, incluso cuando hay episodios impactantes de grupos fanáticos enemigos del diálogo, como la tragedia de la Pascua pasada en Sri Lanka”

El Mar del Mestizaje

Especialmente en el Mediterráneo, que hoy no se podrá leer si no es “como puente humano, geográfico, humano, entre Europa, África y Asia”, y así “construir una gran carpa de paz" en toda la cuenca mediterránea, donde los diferentes hijos del padre común Abraham pueden vivir juntos en mutuo respeto”.

El Mediterráneo es precisamente el mar del mestizaje, un mar cerrado geográficamente con respecto a los océanos, pero culturalmente siempre abierto al encuentro, al diálogo y la inculturación mutua”, recordó Francisco, quien insistió en “la necesidad de escuchar a la gente, y los textos de las grandes religiones monoteístas”, y también a los jóvenes.

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