Gallagher ante el OIEA : "Es posible eliminar las armas nucleares" Francisco: "El uso bélico de la energía atómica es criminal y debería repugnar a las conciencias"

Bomba atómica
Bomba atómica

Vaticano se alza contundente contra las armas nucleares, contra la irremisbilidad de la guerra, a favor del uso de la energía nuclear como herramienta pacíifca, claro en su advertencia, "la paz es indivisible"

En la novena Jornada Mundial por la Eliminación de las Armas Nucleares, el Papa reitera en un tweet que "hoy más que nunca" el uso "con fines bélicos" de este tipo de recursos va "no sólo contra el hombre y su dignidad, sino contra cualquier posibilidad de futuro en nuestra casa común"

"Los que hacen la guerra se olvidan de la humanidad", reiteró, y subrayó que "la paz es indivisible y, para ser verdaderamente justa y duradera, debe ser universal"

Por su parte, el Secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados al intervenir en Viena en la asamblea del Organismo Internacional de Energía Atómica pidió "no abandonar nunca la búsqueda del diálogo". "Un mundo libre de armas nucleares es necesario y posible"

(Vatican News).- Un uso criminal. El Papa es claro al condenar el uso de la energía nuclear para fines no pacíficos. Desde su cuenta @Pontifex un tweet a última hora de la mañana resumía su pensamiento: Deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad, sino también contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común. #Paz#DesarmeNuclear#TiempoDeLaCreación

El mensaje de Francisco llega con motivo del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares y subraya una vez más la urgencia de una solución alternativa e inmediata a la disuasión producida por este tipo de armamento que la comunidad internacional está llamada a encontrar. La guerra en Ucrania ha exacerbado un sistema en el que las armas nucleares han jugado, y siguen jugando, un papel importante en el tablero geopolítico mundial. Un camino que puede llevar a toda la humanidad al abismo de la autodestrucción. Y la jornada de hoy, que se celebra a instancias de las Naciones Unidas cada 26 de septiembre desde 2013, es un estímulo más para acelerar la reflexión.

Una actualidad desarmante

Nunca antes el desarme nuclear había estado tan de actualidad como en 2022. Hace dos días se conmemoró el séptimo mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, país que, además, renunció a su tercer arsenal nuclear en el 94. Un conflicto en el que, tras el referéndum deseado por el Kremlin en las regiones ucranianas ocupadas y no reconocido por la mayoría de la comunidad internacional, el uso de las armas nucleares ha vuelto a ser amenazado por Moscú.

En un mundo en el que los hombres y las mujeres viven "bajo presión", en la proyección de un futuro hecho de máquinas y robots que dan la ilusión de la "eterna juventud", gana terreno la idea de "una catástrofe final que nos extinguirá", y esto es "lo que ocurre con una eventual guerra atómica", dijo el Papa durante su catequesis en la audiencia general del pasado 16 de marzo, en referencia a las reiteradas amenazas nucleares surgidas en las primeras semanas del conflicto en Ucrania. "El 'día siguiente'-si es que todavía hay días y seres humanos- habrá que empezar de cero. Destruir todo para empezar de nuevo desde cero", añadió Francisco.

El desarme no es una debilidad

Tres meses después, el 21 de junio de 2022, el Papa reiteró su llamamiento en un mensaje dirigido al embajador Alexander Kmentt, presidente de la primera reunión de los Estados miembros del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que se celebraba en ese momento en Viena. En esa ocasión, Francisco volvió a pedir que "se silencien todas las armas y se eliminen las causas de los conflictos recurriendo incansablemente a las negociaciones". "Los que hacen la guerra se olvidan de la humanidad", reiteró, y subrayó que "la paz es indivisible y, para ser verdaderamente justa y duradera, debe ser universal". Es un razonamiento engañoso y contraproducente pensar que la seguridad y la paz de unos está desconectada de la seguridad y la paz colectivas de otros".

"Tratar de defender y garantizar la estabilidad y la paz a través de una falsa sensación de seguridad y un equilibrio de terror, sostenido por una mentalidad de miedo y desconfianza, termina inevitablemente por envenenar las relaciones entre los pueblos y obstaculiza cualquier forma posible de diálogo real"

Para el Papa, pues, la energía nuclear bien puede definirse como un "multiplicador de riesgos" que "sólo proporciona la ilusión de una paz de cualquier tipo: tratar de defender y garantizar la estabilidad y la paz a través de una falsa sensación de seguridad y un equilibrio de terror, sostenido por una mentalidad de miedo y desconfianza, termina inevitablemente por envenenar las relaciones entre los pueblos y obstaculiza cualquier forma posible de diálogo real". La posesión de armas atómicas, además, conduce fácilmente a la amenaza de su uso: se convierte entonces en "una especie de chantaje", dijo Francisco, "que debería repugnar a las conciencias de la humanidad".

Oración a María

Más recientemente, en su discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, el Papa recordó la invocación que San Juan Pablo II dirigió a la Virgen María para que el planeta no conociera el horror del conflicto nuclear: Los numerosos conflictos armados en curso son muy preocupantes. Dije que era una tercera guerra mundial "en pedazos". Hoy quizá podamos decir "total", y los riesgos para las personas y el planeta son cada vez mayores. San Juan Pablo II dio gracias a Dios porque, por la intercesión de María, el mundo se había salvado de la guerra atómica. Por desgracia, debemos seguir rezando por este peligro, que debería haberse evitado hace tiempo.

A continuación, el Pontífice subrayó que "los logros científicos de este siglo deben estar siempre guiados por las exigencias de la fraternidad, la justicia y la paz, contribuyendo a resolver los grandes desafíos que se plantean a la humanidad y a su hábitat".

"La paz es indivisible y, para ser verdaderamente justa y duradera, debe ser universal". Es un razonamiento engañoso y contraproducente pensar que la seguridad y la paz de unos está desconectada de la seguridad y la paz colectivas de otros"

Un uso pacífico de la energía nuclear

Han sido innumerables las ocasiones en las que la Santa Sede ha expresado su firme no al uso y posesión de armas nucleares. Hace poco menos de un año, por ejemplo, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin recordaba cómo la pandemia "nos está enseñando una valiosa lección", a saber, que "es necesario reconsiderar nuestro concepto de seguridad", que "no puede basarse en la amenaza de la destrucción mutua y el miedo, sino que debe encontrar su fundamento en la justicia, el desarrollo humano integral, el respeto de los derechos humanos, el cuidado de la Creación, la promoción de las instalaciones educativas y sanitarias, el diálogo y la solidaridad". Lo hizo inaugurando con un videomensaje la conferencia "¿La conversión de las armas nucleares? ¡Conviene!", organizado por el "Comité para una Civilización del Amor", celebrado en la sala de prensa del Sacro Convento de Asís.

La Academia Pontificia de las Ciencias publicó en abril de 2022 una larga declaración sobre la prevención de la guerra nuclear, en la que se enumeran los riesgos que ésta conllevaría para toda la humanidad. Nueve puntos de acción y cuatro llamamientos a los dirigentes nacionales y religiosos, a los científicos y a los hombres y mujeres de todo el mundo para que la ciencia ayude a vivir en paz, para frenar la perversión de sus logros.

Recientemente, el Vaticano ha hecho un llamamiento a los Estados para que cooperen en la búsqueda de usos pacíficos de la energía nuclear. En su intervención del 8 de agosto en Nueva York en la conferencia de la ONU para la revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el arzobispo Gabriele Caccia, jefe de la delegación de la Santa Sede, reiteró su convicción de que la energía atómica sólo debe utilizarse con fines pacíficos.

Los constantes llamamientos de Francisco

"El uso de la energía atómica con fines bélicos es inmoral, del mismo modo que lo es la posesión de armas atómicas, como ya dije hace dos años. Seremos juzgados por ello". Este es sin duda uno de los pasajes más fuertes del discurso del Papa en el Memorial de la Paz de Hiroshima. Ya en la audiencia de 2017 a los participantes en la conferencia "Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y para el desarme integral", el Papa subrayó cómo el uso de las armas nucleares, así como su "misma posesión", deben ser "firmemente condenados", y palabras similares pronunció ese mismo año en la rueda de prensa del vuelo de regreso del viaje apostólico a Myanmar y Bangladesh.

También, con motivo de la 53ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero de 2020, Francisco volvió a referirse al peligro de las armas nucleares. "No podemos pretender mantener la estabilidad del mundo por miedo a la aniquilación, es un equilibrio muy inestable, suspendido al borde del abismo nuclear y - escribió -  encerrado entre los muros de la indiferencia, donde se toman decisiones socioeconómicas que abren el camino a los dramas del despilfarro humano y creativo, en lugar de protegerse".

Gallagher ante el OIEA: un mundo libre de armas nucleares es posible

Por su parte, el Secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados al intervenir en Viena en la asamblea del Organismo Internacional de Energía Atómica pidió "no abandonar nunca la búsqueda del diálogo", incluso ante "la continua escalada de la guerra en Ucrania". La Santa Sede aprecia la contribución del OIEA "al desarme nuclear" y al "uso seguro y pacífico de la tecnología nuclear".
"Un mundo libre de armas nucleares es necesario y posible" y de esto la Santa Sede no tiene dudas. En medio de los terribles conflictos y revueltas "de los que somos testigos en muchas partes del mundo, y ante la continua escalada de la guerra en Ucrania, con palabras y acciones que corren el riesgo de dejar menos espacio a las soluciones diplomáticas, nunca debemos abandonar la búsqueda del diálogo".
Así lo expresó el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados y las Organizaciones Internacionales, en una declaración pronunciada esta mañana en Viena, en la primera jornada de los trabajos de la 66ª Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que se celebra del 26 al 30 de septiembre, en Viena (Austria)

Gratitud por el compromiso de la OIEA con la planta de Zaporizhzhia

En este momento de gran incertidumbre, "en el que el mundo parece encontrarse en una encrucijada y en el que la amenaza del uso de las armas nucleares ha vuelto a asaltarnos -continuó Gallagher-, la Santa Sede hace un llamamiento a todas las naciones para que silencien todas las armas y eliminen las causas de los conflictos mediante el recurso incansable al diálogo y la negociación".

Al abrir su discurso, el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados expresó la gratitud de la Santa Sede al director general de la agencia, Rafael Mariano Grossi, por sus "incansables esfuerzos" para "ayudar a garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares en Ucrania y evitar lo que el Papa Francisco llamó recientemente "un desastre nuclear"".

Rafael Mariano Grossi

El Papa: La bomba atómica "al servicio de una mentalidad de miedo"

A continuación, el arzobispo Gallagher recordó la advertencia del Papa Francisco a principios de este año: "¡Los que hacen la guerra se olvidan de la humanidad!". A continuación, citando el videomensaje del Papa a la Cumbre Virtual de Alto Nivel sobre la Ambición Climática del 12 de diciembre de 2020, el arzobispo Gallagher recordó que las armas nucleares están "al servicio de una mentalidad de miedo que afecta no sólo a las partes de un conflicto, sino a toda la raza humana".

Por ello, añadió el prelado vaticano "las relaciones internacionales no pueden ser prisioneras de la fuerza militar, la intimidación mutua y la exhibición de arsenales de armas". Todas las armas de destrucción masiva "no crean más que una falsa sensación de seguridad". No pueden constituir la base de la coexistencia pacífica entre los miembros de la familia humana, que debe inspirarse más bien en una ética de la solidaridad".

No perder la esperanza en el camino del desarme nuclear

Tras recordar que la Santa Sede ha firmado y ratificado el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, "con el objetivo de ir más allá de la disuasión nuclear hacia un mundo completamente libre de armas nucleares, afirmando que las armas nucleares son armas de destrucción masiva y del medio ambiente", el alto representante de la Santa Sede instó a no perder la esperanza "ante los lentísimos progresos realizados en el programa de desarme, en particular, en el desarme nuclear".

Por el contrario, prosigue, "debemos avanzar con perseverancia y determinación en nuestros esfuerzos comunes para lograr la eliminación de las armas nucleares". Y "hacer todo lo posible para evitar el desmantelamiento de la arquitectura internacional de control de armas, especialmente en el ámbito de las armas de destrucción masiva".

"las relaciones internacionales no pueden ser prisioneras de la fuerza militar, la intimidación mutua y la exhibición de arsenales de armas"

Los acuerdos de salvaguardia de la OIEA para frenar la proliferación

El mundo, añadió el arzobispo Gallagher, "debe encontrar la manera de evitar que se desate el poder destructivo de las armas nucleares", permitiendo al mismo tiempo que "todos los pueblos compartan los grandes beneficios derivados de los usos pacíficos de la tecnología nuclear, en la atención sanitaria, la producción de alimentos y muchos otros ámbitos".

La Santa Sede "reconoce la importante contribución del OIEA para ayudar a conseguir un mundo libre de armas nucleares". Y aquí el Secretario de Relaciones con los Estados recordó cómo "los acuerdos de salvaguardias globales entre el OIEA y cerca de 180 países, muchos de los cuales también están aplicando protocolos adicionales, ayudan a garantizar que estos países no estén trabajando en programas clandestinos de armas nucleares".

Reactivación de las negociaciones con Corea del Norte

La Santa Sede alaba "los continuos y pacientes esfuerzos de la comunidad internacional para relanzar las negociaciones sobre el programa nuclear de la República Popular de Corea del Norte, que amenaza la integridad del régimen de no proliferación". No puede haber, advirtió Gallagher, "una solución militar a estos problemas". Por ello, "el sistema único de salvaguardia del OIEA es una herramienta importante para lograr el objetivo de un mundo sin armas nucleares".

La OIEA y el fomento del uso pacífico de la energía nuclear

El arzobispo concluyó destacando el aprecio de la Santa Sede por los esfuerzos del OIEA en la promoción del "uso seguro y pacífico de la tecnología nuclear", ayudando a "los países en desarrollo a utilizar la tecnología nuclear para curar el cáncer, cultivar más alimentos y gestionar los escasos recursos hídricos". Así, el OIEA "desempeña un papel único en la promoción del desarrollo integral, mejorando nuestra administración de la creación de Dios".

"La Santa Sede aprecia especialmente el trabajo de la Agencia para permitir a los países de ingresos bajos y medios desarrollar estrategias globales de control del cáncer y garantizar que, a su debido tiempo, todos los pacientes tengan acceso a la radioterapia y la medicina nuclear"

Ante las emergencias relacionadas con el cambio climático y la pandemia de Covid, Gallagher afirma que "el apoyo del OIEA a los países que utilizan la ciencia y la tecnología nuclear para controlar la contaminación ambiental" también es de agradecer. La asistencia de los expertos de la Agencia "está ayudando al mundo a adaptarse a las nuevas realidades climáticas, incluida la escasez de alimentos y agua y la pérdida de ecosistemas". Por último, "la Santa Sede aprecia especialmente el trabajo de la Agencia para permitir a los países de ingresos bajos y medios desarrollar estrategias globales de control del cáncer y garantizar que, a su debido tiempo, todos los pacientes tengan acceso a la radioterapia y la medicina nuclear".

Grossi: Reanudar las reuniones Kiev-Moscú sobre Zaporizhzhia

También en Viena, el director general del OIEA, Rafael Grossi, se mostró dispuesto a "continuar las consultas" con Ucrania y Rusia para garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporizhzhia y "evitar un accidente nuclear" debido a los combates en la zona, que añadirían "tragedia al sufrimiento". Si ocurre algo, dijo, "no podremos culpar a una catástrofe natural, sino que tendremos que reconocer nuestra propia inacción", reiterando así su llamamiento a la creación de una zona de seguridad alrededor del emplazamiento. Grossi confirmó entonces el inicio de "conversaciones detalladas" con Kiev y Moscú para llegar a un acuerdo. Es posible conseguirlo – explicó- estoy dispuesto a continuar las consultas esta semana con ambos países para que podamos proteger esta instalación".

"También en Viena, el director general del OIEA, Rafael Grossi, se mostró dispuesto a "continuar las consultas" con Ucrania y Rusia para garantizar la seguridad de la central nuclear de Zaporizhzhia y "evitar un accidente nuclear"

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