El Papa cuenta a su biógrafo, Austen Ivereigh, por qué lo dejó sin sueldo ni piso en el Vaticano ¿Por qué Francisco retiró los privilegios cardenalicios a Burke?: "Los usaba contra la Iglesia"

El cardenal Raymond Burke
El cardenal Raymond Burke

"Tras los ríos de tinta vertidos sobre esta filtración, aparecida con gran estruendo en medios tradicionalistas que abonan a diario la oposición inmisericorde al papa Francisco, su biógrafo, Austen Ivereigh, fue directamente a la fuente para contrastar lo que intuía de antemano que se trataba de un montaje para hacer pasar por una víctima a quien ha sido y es uno de los principales críticos del Pontífice argentino"

Daba pie a este análisis la citada filtración de un funcionario vaticano de la reunión de Francisco, el 20 de noviembre, con los jefes de los dicasterios. Según la misma, el Papa había decidido retirarle el sueldo mensual de unos 5.000 euros como cardenal, así como el apartamento de unos 400 metros cuadrados que disfrutaba Burke en el Vaticano (aunque pasa largas temporadas en su Wisconsin natal) porque “el cardenal Burke es mi enemigo, así que le quito el apartamento y el estipendio”

“Me reuní con el papa Francisco la tarde del 27 de noviembre. Fue una reunión breve debido a su inflamación pulmonar, lo que le implicó un cierto esfuerzo para hablar. (La noche siguiente, su viaje a Dubái fue cancelado porque no había mejorado lo suficiente). En el curso de nuestra conversación, Francisco me dijo que había decidido quitarle los privilegios cardenalicios al cardenal Burke (su apartamento y su salario) porque había estado usando esos privilegios. contra la Iglesia. Me dijo que, si bien la decisión no era un secreto, no tenía intención de hacer un anuncio público, pero ese mismo día (lunes) se había filtrado”.

Tras los ríos de tinta vertidos sobre esta filtración, aparecida con gran estruendo en medios tradicionalistas que abonan a diario la oposición inmisericorde al papa Francisco, su biógrafo, Austen Ivereigh, fue directamente a la fuente para contrastar lo que intuía de antemano que se trataba de un montaje para hacer pasar por una víctima a quien ha sido y es uno de los principales críticos del Pontífice argentino, apoyándose para ello, precisamente, en esos mismo medios que ahora le otorgaban sin rubor la palma del martirio.

No pocos medios habían mordido el anzuelo del despótico castigo al cardenal estadounidense siguiendo la ‘línea dura’ que el Papa había trazado dos semanas antes con la destitución del obispo de Tyler (también en los Estados Unidos), Joseph Strickland, quien, en la misma senda de ataques al Papa Bergoglio, llegó a acusarlo de socavar el depósito de la fe.

Müller y Burke
Müller y Burke

Daba pie a este análisis la citada filtración de un funcionario vaticano de la reunión de Francisco, el 20 de noviembre, con los jefes de los dicasterios. Según la misma, el Papa había decidido retirarle el sueldo mensual de unos 5.000 euros como cardenal, así como el apartamento de unos 400 metros cuadrados que disfrutaba Burke en el Vaticano (aunque pasa largas temporadas en su Wisconsin natal) porque “el cardenal Burke es mi enemigo, así que le quito el apartamento y el estipendio”.

La cita, como era de esperar, no se quedó en los márgenes de los portales informativos antifrancisco. “El martes por la mañana, le escribí una nota al Papa Francisco alertándole sobre esta cita y ofreciéndole corregirla con la verdad tal como él me la había dicho. Dio la casualidad de que otros que estuvieron en la reunión del 20 de noviembre ya lo habían hecho, hablando bajo condición de anonimato con periodistas acreditados”, narra ahora el propio Ivereigh en el portal wherepeterist.

El martes por la tarde, el biógrafo, autor de 'El gran reformador. Francisco, un papa radical', recibió una nota del Papa. “Nunca utilicé la palabra 'enemigo' ni el pronombre 'mi'. Simplemente anuncié el hecho en la reunión de los jefes de los dicasterios, sin dar explicaciones específicas". “Me agradeció por dejar esto claro”, finaliza Ivereigh.

En todo caso, cualquier observador atento podrá darse cuenta de que no suelen ser la prisa ni la indignación del momento los principales factores que mueven la acción de Francisco. Burke llevaba años en su oposición dura y frontal contra Francisco. Lo mismo que hizo el cardenal Müller o el propio cardenal Sarah. Los mayores ejemplos de quiebra en la comunión de unos cardenales que han jurado obediencia “al bienaventurado Pedro en la persona del sumo Pontífice” sólo fueron apartados de sus cargos cuando rebasaron la edad canónica preceptiva. No antes. Las segundas oportunidades de quien están convencido de la siempre necesaria “conversión personal y pastoral”.

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