En el Día contra el racismo, Zampini invita a la cultura del encuentro Francisco: "El racismo es un virus que en vez de desaparecer se esconde"

Cartel contra la discriminación racial
Cartel contra la discriminación racial

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, el Pontífice subraya en un tweet que "las expresiones de racismo renuevan la vergüenza en nosotros"

El Vaticano celebra una Misa para acompañar al Día internacional contra el racismo, que, como señala el Papa Francisco en su encíclica social Fratelli Tutti "es un virus que muta fácilmente y en lugar de desaparecer se disimula, pero está siempre al acecho"

(Vatican News).- "El racismo es un virus que muta fácilmente y en lugar de desaparecer se esconde, pero siempre está al acecho. Las expresiones de racismo renuevan la vergüenza en nosotros, demostrando que el progreso de la sociedad no está asegurado de una vez por todas". Esto es lo que escribe el Papa Francisco en su perfil de twitter en el día en que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.

Día 21 de marzo

Este día se celebra cada año el 21 de marzo. Esta fecha fue elegida para recordar cuando el 21 de marzo de 1960, en Sudáfrica, en pleno apartheid, la policía abrió fuego contra un grupo de manifestantes negros, matando a sesenta y nueve e hiriendo a 180. Un episodio dramático conocido como la Masacre de Sharpeville.

Al proclamar este día internacional en 1966, con la Resolución 2142, la Asamblea General subrayó la necesidad de un mayor compromiso con la eliminación de todas las formas de discriminación racial.

Masacre de Sharpeville

Manifestaciones en Estados Unidos

En Estados Unidos, cientos de personas salieron ayer a las calles de Atlanta (Georgia) para protestar contra la masacre de ocho personas, seis de ellas mujeres de origen asiático, a manos de un hombre blanco de 21 años. Entre los manifestantes había muchas pancartas en las que se leía "Stop al odio asiático" y "El racismo es un virus".

Algunos valores y creencias fundamentales - dijo el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su discurso en la Universidad de Emory en Atlanta - deberían unirse a los estadounidenses" en su "lucha contra el odio y el racismo, el veneno que durante mucho tiempo ha perseguido y plagado a nuestra nación". "El odio y la violencia - añadió Biden - a menudo se esconden a la vista. Y a menudo se asocian con el silencio".

Misa en el Palazzo San Calisto, presidida por el Cardenal Turkson, y concelebrada por el Padre Augusto Zampini

La Misa ha sido organizada por la Embajada Argentina ante la Santa Sede y el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, y ha tenido lugar en el Palazzo San Calisto, sede de dicho Dicasterio. Ha sido presidida por el Prefecto, el Cardenal ghanés Peter A. Turkson, y concelebrada por su Secretario Adjunto, el Padre Augusto Zampini, quien pronunció una extensa homilía.

El padre Zampini destacó que, para sanar el virus del racismo, es preciso una “cultura del encuentro” basada en el respeto de la dignidad humana, pues todos somos hermanos y hermanas, hijos de un mismo Padre.

También explicó que la Iglesia, como comunidad de discípulos de Jesús, siempre ha tenido un papel fundamental en facilitar a la gente el encontrarse con Dios, mostrando dónde Él habita en este mundo. Y para encontrarlo en una comunidad diversa en culturas, razas y lenguas, pero con un mismo origen, una misma sangre y un mismo destino – dice Zampini – “es preciso escapar de actitudes de condena y superioridad, y promover actitudes de perdón constante y de servicio a los demás, especialmente a los más vulnerables”.

“En el Evangelio la gente pregunta por Jesús, quiere ver a Jesús. Jesús responde con la imagen del grano de trigo que cae en la tierra y muere, para poder así dar fruto”. Por lo tanto, si queremos ver a Jesús hoy - explicó Zampini – “debemos buscar los granos de trigo caídos que nos rodean, es decir, los enfermos y empobrecidos, los abusados y oprimidos, las víctimas de la pobreza, de abuso, de violencia, de discriminación, especialmente por racismo”.

El Secretario Adjunto asegura que “verlos y reconocer sus sufrimientos” nos conecta profundamente con Cristo crucificado y resucitado. Además, señala que vale la pena trabajar tanto en el plano personal, cultural, legal y de lenguaje “para que personas inmersas en la oscuridad de situaciones espantosas como el racismo, puedan emerger a la luz de una vida diferente”. Por último, pide a Dios para que, a partir de nuestros encuentros con Cristo, “podamos dar la vida de nuestra semilla y así convertirnos en fruto para los demás”. 

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