Tendrá tres fases (diocesana, continental y mundial) y dos Instrumentum Laboris Francisco pisa el acelerador de la plena sinodalidad y revoluciona el itinerario del próximo Sínodo de Obispos

Sínodos y sinodalidad
Sínodos y sinodalidad

La Santa Sede ha lanzado el nuevo itinerario sinodal para el Sínodo de Obispos, previsto inicialmente para octubre de 2022, pero que se ha adelantado un año. “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, es el tema de la Asamblea, que contará con un nuevo itinerario sinodal, sumamente novedoso, y destinado precisamente a fomentar la participación y la pluralidad

Esta articulación “hará posible la escucha real del Pueblo de Dios y se garantizará la participación de todos en el proceso sinodal”, asegura Roma en un comunicado, insistiendo en que “no se trata solo de un evento, sino de un proceso que involucra en sinergia al Pueblo de Dios, al Colegio episcopal y al Obispo de Roma, cada uno según su propia función”

Francisco pisa el acelerador, y se lanza, definitivamente, a construir una Iglesia sinodal. Este mediodía, la Santa Sede ha lanzado el nuevo itinerario sinodal para el Sínodo de Obispos, previsto inicialmente para octubre de 2022, pero que se ha adelantado un año. “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, es el tema de la Asamblea, que contará con un nuevo itinerario sinodal, sumamente novedoso, y destinado precisamente a fomentar la participación y la pluralidad.

Así, tal y como explica la Santa Sede en un comunicado, se ha “propuesto una modalidad inédita”, que se articulará en torno a tres fases, entre octubre de 2021 y octubre de 2023, pasando por una fase diocesana y otra continental, “que darán vida a dos Instrumentum Laboris distintos, antes de la fase definitiva a nivel de Iglesia Universal”.

Esta articulación “hará posible la escucha real del Pueblo de Dios y se garantizará la participación de todos en el proceso sinodal”, asegura Roma en un comunicado, insistiendo en que “no se trata solo de un evento, sino de un proceso que involucra en sinergia al Pueblo de Dios, al Colegio episcopal y al Obispo de Roma, cada uno según su propia función”. Un cambio radical que marcará un antes y un después en la participación en la Iglesia.

La sinodalidad, la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe y tantos desafíos pendientes
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Fase diocesana

Así, el camino sinodal será abierto por el Papa el 9 y el 10 de octubre. El 17 de octubre se abrirá la fase diocesana, que llevará hastaabril de 2022. “El objetivo de esta fase es la consulta al Pueblo de Dios”, para que “el proceso sinodal se realice en la escucha de la totalidad de los bautizados”.

Para facilitar la participación de todos, el Vaticano presentó un itinerario, según el cual la Secretaría General del Sínodo enviará un Documento preparatorio, acompañado por un cuestionario y de un Vademecum con propuestas para realizar la consulta en cada diócesis. También se enviará este Documento a los Dicasterios de la Curia Romana, a las Uniones de  Superiores y Superioras Mayores y otras uniones, a las federaciones de la vida consagrada, a los  movimientos internacionales de laicos, a las Universidades y Facultades de Teología. 

Al tiempo, cada obispo nominará un responsable (eventualmente un equipo) diocesano para la  consulta sinodal, que pueda servir como punto de referencia y de contacto con la Conferencia  Episcopal, que nombrará, a su vez, sus propios contactos con las diócesis y con la Secretaría General del Sínodo.

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Tras la clausura de la fase diocesana, cada diócesis enviará sus contribuciones a la Conferencia  Episcopal, que elaborará una síntesis, que habrá de ser enviada antes de abril de 2022.

Otras contribuciones

Junto a las opiniones de los episcopados, se recibirán también contribuciones enviadas por los Dicasterios de la Curia Romana, de las  Universidades, Facultades de teología, de las Uniones de Superiores y Superioras Generales (USG UISG), de otras uniones, de las federaciones de la Vida Consagrada, y de los movimientos  internacionales de laicos (antes de abril 2022). 

Con toda esa información, la Secretaría General del Sínodo procederá a la redacción del primer Instrumentum Laboris , siempre antes de septiembre 2022, cuando se abrirá la segunda fase, la continental, que se prolongará hasta marzo de 2023.

Fase continental

La finalidad de esta fase, explica la Secretaría General del Sínodo, “es dialogar a nivel continental sobre el testo del primer Instrumentum  Laboris, realizando un ulterior acto de discernimiento a la luz de las particularidades culturales  específicas de cada continente”. 

La difícil sinodalidad
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Se busca, pues, un “discernimiento pre sinodal en las Asambleas continentales”, que concluirá con la redacción de un documento final, que será enviado, en marzo de 2023, a la Secretaría General. “Se recomienda que también se desarrollen asambleas internacionales de especialistas, que puedan enviar sus contribuciones a la Secretaría General del Sínodo”. Con todo ello, se elaborará un segundo Instrumentum Laboris, antes de junio 2023.

Finalmente, en octubre de 2023, tendrá lugar la Asamblea Sinodal tradicional, de la que saldrá, previsiblemente, un documento que marcará el futuro de la estructura y funcionamiento de la Iglesia, que cumpla con los ambiciosos objetivos de su lema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

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