Más transparencia El IOR se 'tienta los bolsillos': Economía sostenible y en coherencia con la ética católica
El Instituto para las Obras de Religión se alinea con los más altos principios internacionales de información exigidos a las entidades financieras, proporcionando información sobre su adecuación patrimonial, su exposición al riesgo y las características de los sistemas encargados de identificar, medir y gestionar los riesgos
(Vatican News).- El Instituto para las Obras de Religión (IOR) eleva aún más sus estándares de transparencia ante el público, poniendo a disposición la primera edición del Informe de Sostenibilidad, publicado con referencia específica a los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza, y la primera Información equivalente al Tercer Pilar de la normativa de Basilea («Pilar III»), destinada a representar el nivel de adecuación patrimonial y el sistema de gestión de riesgos.
Con el Informe de Sostenibilidad, el Instituto ilustra el camino emprendido hacia un modelo de economía sostenible y coherente con la ética católica. En concreto, el Instituto ha desarrollado una matriz de doble materialidad para identificar los temas de sostenibilidad más relevantes, inspirándose en la normativa europea Directiva sobre la divulgación de información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD), y ha informado sobre los temas surgidos utilizando los Estándares GRI.
La misión del Instituto se lleva a cabo mediante inversiones responsables y conformes con los principios católicos, la integridad en el comportamiento y la conciencia del papel que desempeña en la protección del medio ambiente y el progreso social.
En pleno respeto de la ética católica
En 2024, el IOR siguió orientando su actividad hacia la optimización de los rendimientos, respetando plenamente los principios de la ética católica y excluyendo cualquier inversión en empresas que participen en actividades perjudiciales para la vida humana, el medio ambiente o la sociedad. Todos los productos de la gestión patrimonial han resultado plenamente conformes con los criterios éticos católicos del Instituto, lo que confirma un proceso de inversión riguroso y coherente con su misión.
Con un beneficio neto de 31 millones de euros, el IOR generó un valor económico total de 50 millones, distribuido entre el Papa (27 %), los empleados (30 %) y los proveedores (18 %), reteniendo el resto para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. A través de la gestión del patrimonio de sus clientes, el Instituto también ha creado un valor de 157 millones de euros, reforzando así su doble vocación social y financiera: apoyar a la Iglesia Universal y aumentar el valor de los patrimonios que se le confían.
Educación y alfabetización financiera
El compromiso con la Iglesia también se expresa en la promoción de la educación y la alfabetización financiera. A lo largo del año, el IOR organizó seis jornadas de formación, en las que participaron más de 200 clientes, en su mayoría congregaciones religiosas, y que recibieron comentarios muy positivos. El IOR también invierte en la formación del personal para garantizar un comportamiento siempre correcto, ético y coherente con los valores de la institución. En 2024 se impartieron 1.060 horas de formación sobre temas éticos y religiosos y 1.570 horas de formación sobre temas como la lucha contra el blanqueo de capitales, la seguridad y la continuidad, las finanzas, la sostenibilidad y el cumplimiento normativo.
Evaluaciones positivas de Moneyval
A lo largo de los años, el Instituto ha consolidado un sistema de prevención contra la corrupción, el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, en línea con las normativas internacionales y vaticanas, recibiendo valoraciones positivas de Moneyval. También cumple con las normas fiscales internacionales, entre ellas la FATCA y el convenio fiscal con Italia.
En materia de ciberseguridad, el IOR ha adoptado una Política de Seguridad Informática que define los principios, las responsabilidades y las medidas para proteger los activos tecnológicos, los datos sensibles y la privacidad de los clientes, inspirándose en las normas ISO 31000, 27001 y 27005 e incluyendo también indicaciones sobre los aspectos de continuidad operativa necesarios para mantener la resiliencia de los servicios.
Transición ecológica
Por último, el Instituto continúa su proceso de digitalización y transición ecológica, con el objetivo de reducir el consumo y el impacto medioambiental. En 2024, la desmaterialización de los documentos ha permitido reducir el uso de papel en un 20 % con respecto al año anterior, mientras que el 98,9 % de la energía utilizada procede de fuentes renovables. En conjunto, estas acciones dan testimonio del compromiso del IOR con una financiación sostenible, basada en los principios de la ética católica y orientada al cuidado de la Creación.
