Este martes, se cumplen seis meses del fallecimiento del primer Papa latinoamericano León XIV presidirá una misa por Francisco

León XIV reza ante la tumba de Francisco
León XIV reza ante la tumba de Francisco Vatican Media

La historia, a través del Cónclave, quiso que al primer Papa latinoamericano de la historia le siguiera otro pontífice, también con alma latina (peruano, aunque nacido en EEUU), también religioso (agustino, mientras Bergoglio era jesuita), estrecho colaborador de su antecesor. Robert Francis Prevost, que hoy rezará por el Papa, y que el próximo 3 de noviembre celebrará una misa por su alma

Este martes, se cumplen seis meses de la muerte del Papa Francisco. Un lunes de Pascua, a las 7,25 de la mañana, Jorge Bergoglio abandonaba este mundo, después de 'despedirse' del santo pueblo de Dios en un último paseo por la plaza de San Pedro tras la bendición Urbi et Orbi. 

La historia, a través del Cónclave, quiso que al primer Papa latinoamericano de la historia le siguiera otro pontífice, también con alma latina (peruano, aunque nacido en EEUU), también religioso (agustino, mientras Bergoglio era jesuita), estrecho colaborador de su antecesor. Robert Francis Prevost, que hoy rezará por el Papa, y que el próximo 3 de noviembre celebrará una misa por su alma.

Creemos. Crecemos. Contigo

Se trata de la tradicional ceremonia conmemorativa, posterior al Día de los Fieles Difuntos. Así, a las 11.00 horas, en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre León XIV presidirá la celebración eucarística en memoria del difunto Romano Pontífice Francisco y de los cardenales y obispos fallecidos durante el año.

Será un buen momento para recordar al pontífice de la primavera, cuyos ecos siguen resonando en las palabras, y decisiones, del Papa Prevost. Lo hemos visto en Dilexi Te, y en sus primeras decisiones, desde mantener, y ampliar, el proceso sinodal, nombrar mujeres en puestos de responsabilidad, reforzar la lucha contra el cambio climático y proseguir la lucha contra la pederastia clerical. Todo ello, con un esitlo propio. Porque el de Francisco era inimitable. Y profético.

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