El Papa agradece su trabajo y avala la reforma de la Curia emprendida por Francisco León XIV reclama a la Secretaría de Estado "que este lugar no sea contaminado por las ambiciones y antagonismos"

"Podremos ser un centro promotor, comprometido en la construcción de la comunión entre la Iglesia de Roma y las Iglesias locales, así como con las relaciones de amistad dentro de la comunidad internacional"
"Gracias por las competencias que ponen a disposición de la Iglesia, por su trabajo casi siempre escondido y por el espíritu evangélico que lo inspira. Y permítanme, precisamente por este reconocimiento que hago, dirigirles una exhortación refiriéndome una vez más a san Pablo VI: que este lugar no sea contaminado por las ambiciones y antagonismos"
"Me consuela saber que no estoy solo y que comparto la responsabilidad de mi ministerio universal junto con ustedes". Así arrancó León XIV su encuentro con la Secretaría de Estado del Vaticano, uno de los órganos con los que más está llamado a colaborar el nuevo Papa.
A la espera de la sustitución del cardenal Parolin (algunas fuentes señalan que su sucesor será el filipino Tagle, rompiendo con la norma no escrita que afirma que Papa o secretario de Estado deben ser italianos), Prevost trazó dos caminos: "encarnación y catolicidad", necesarios para un trabajo en equipo en la Terza Logia, donde cada vez más, como recordó, son laicos y mujeres. Un camino a seguir. Con un aviso a navegantes: "Que este lugar no sea contaminado por las ambiciones y antagonismos".
En su discurso, Prevost agradeció "la continua colaboración que me está ofreciendo mientras realizo los primeros pasos de mi Pontificado", y destacó cómo "ofrecen un precioso servicio a la vida de la Iglesia ayudándome a sacar adelante la misión que me ha sido confiada".
"En efecto, como afirma la Praedicate Evangelium, la Secretaría de Estado, en cuanto secretaría papal regida por el Secretario de Estado, ayuda de cerca al Romano Pontífice en el ejercicio de su suprema misión", subrayó el Pontífice.

Tras hacer un repaso a la historia de la institución, que "ha ido asumiendo un rostro cada vez más universal y se ha ampliado considerablemente, con una progresión que la ha llevado a asumir nuevas tareas, a causa de las nuevas exigencias tanto en el ámbito eclesial como en las relaciones con los Estados y las Organizaciones internacionales", el Papa destacó cómo "casi la mitad de ustedes son laicos. Y las mujeres, laicas y religiosas, son más de cincuenta".
Ello ha logrado que "hoy la Secretaría de Estado refleje en sí misma el rostro de la Iglesia". "Se trata de una gran comunidad que trabaja junto con el Papa: juntos compartimos las interrogantes, las dificultades, los desafíos y las esperanzas del Pueblo de Dios, presentes en el mundo entero", recordó, animándoles a hacerlo siguiendo dos dimensiones: "la encarnación y la catolicidad".

"Estamos encarnados en el tiempo y en la historia, porque si Dios ha elegido el camino humano y el lenguaje de los hombres, también la Iglesia está llamada a seguir esta senda, de manera que la alegría del Evangelio pueda alcanzar a todos y sea transmitida a las culturas y a los lenguajes actuales", recalcó Prevost, quien insistió en "mantener siempre una mirada católica, universal, que nos permita valorar las diversas culturas y sensibilidades".
"De este modo podremos ser un centro promotor, comprometido en la construcción de la comunión entre la Iglesia de Roma y las Iglesias locales, así como con las relaciones de amistad dentro de la comunidad internacional", recordó. También, dentro del trabajo de la Curia, reformada desde tiempos de San Pablo VI y ampliada por Francisco. "Mientras que la encarnación nos lleva a lo concreto de la realidad y a temas específicos y particulares, tratados por los distintos organismos de la Curia, la universalidad, recordando el misterio de la unidad multiforme de la Iglesia, nos pide un trabajo de síntesis que pueda ayudar a la acción del Papa".
"Y el vínculo de conjunción y de síntesis, es precisamente la Secretaría de Estado", añadió, señalando las tareas designadas en Praedicate Evangelium para Asuntos Generales, las Relaciones con los Estados, las relaciones diplomáticas y el personal de Nunciaturas. "Sé que estas tareas son muy exigentes y, algunas veces, pueden ser incomprendidas. Por ello, quisiera expresarles mi cercanía y, sobre todo, mi profunda gratitud", finalizó León XIV, citando de nuevo a Pablo VI para advertir de la contaminación de ambiciones y antagonismos. "Al contrario, sean una verdadera comunidad de fe y de caridad, «de hermanos y de hijos del Papa», que se desviven generosamente por el bien de la Iglesia".
Etiquetas