Lucharán juntos contra la trata de personas y por la solución negociada en Siria, Ucrania o Irak Obama y Francisco ponen las bases para un mundo en paz

"Rece por mí y por mi familia". El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue recibido esta mañana por el Papa Francisco, en un histórico primer encuentro -que se prolongó durante más de 50 minutos- y en el que ambos mandatarios dialogaron sobre la solución negociada de los conflictos en Siria, Ucrania o Irak, el respeto al derecho humanitario, la erradicación de la trata de personas y la reforma migratoria.

Según informó la Santa Sede, durante las conversaciones, que han transcurrido en una atmósfera de cordialidad, se han intercambiado pareceres sobre algunos temas concernientes a la actualidad internacional y se ha manifestado el deseo de que en las zonas de conflicto se respeten el derecho humanitario y el derecho internacional y se llegue a una solución negociada entre las partes interesadas.

En el contexto de las relaciones bilaterales y de la colaboración entre la Iglesia y el Estado, se han tratado cuestiones de relieve especial para la Iglesia en ese país, como el ejercicio de los derechos a la libertad religiosa, a la vida y a la objeción de conciencia y también se ha hablado de la reforma en materia de emigración. Por último, se ha expresado el compromiso común para la erradicación de la trata de seres humanos en el mundo.

"Su santidad es quizá el único en el mundo que debe sufrir un protocolo peor que el mío". Así se despidió el presidente Obama, del papa, arrancándole una sonrisa. El primer encuentro entre el presidente de Estados Unidos y el papa Francisco había comenzado con el rigor y la seriedad del protocolo, pero el buen humor del mandatario estadounidense y sus frases consiguieron arrancar la sonrisa al pontífice argentino.

Obama obsequió al papa con un estuche con algunas semillas de especies que crecen en el jardín de la Casa Blanca "Es maravilloso conocerle. Muchas gracias", dijo un Obama feliz, que se manifestó honrado por volver a estar en el Vaticano.

La reunión con el papa duró 50 minutos, mucho más de la media hora habitual en las conversaciones del pontífice con los jefes de Estado y de Gobierno que le visitan. Tras la reunión, los dos salieron más relajados.

Y finalmente se pudo ver al papa sonreír. Primero por el regalo original que le entregó Obama: un estuche con algunas semillas de árboles y especies que crecen en el jardín de la Casa Blanca y que podrán ser plantadas en la residencia pontificia del Castel Gandolfo. "Si tiene la posibilidad de venir a la Casa Blanca podrá también visitar el jardín", dijo Obama, en lo que significó una invitación informal al pontífice, quien contestó en español con un "claro".

Bergoglio regaló a Obama su primera exhortación apostólica, "Evangelii Gaudium" (La alegría del Evangelio) y un medallón artístico que representa al "Ángel de la Paz", como el mismo papa explicó. "Seguro que la voy a leer en el Despacho Oval cuando esté frustrado y espero que me tranquilice", afirmó Obama mientras ojeaba el documento ante la mirada divertida del papa. El papa contestó: "Eso espero".

Las sonrisas pasaron a risas cuando Francisco entregó a Obama una colección de monedas de su pontificado, pero que se cayeron hasta dos veces en el intento de mostrarlas al presidente de Estados Unidos.

El papa utilizó el español, y algunas frases en inglés, para dirigirse al presidente de Estados Unidos, por lo que siempre tuvieron que ser ayudados por dos intérpretes. Obama también explicó que esta vez no había podido venir con sus hijas y su mujer, como en 2009 cuando visitó a Benedicto XVI. Por ello, al saludarse, Obama y Francisco se estrecharon durante largo tiempo las manos. El mandatario estadounidense le pidió que rezase por él y por su familia, añadiendo, que le tienen que "aguantar".

Obama, acompañado por el Prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Ganswein, fue escoltado en el palacio pontificio por los "gentilhombres" del papa y la Guardia Suiza y una amplia delegación de la que formaba parte también el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry.

Francisco recibió a Obama en la Sala del Tronetto, anexa a la Biblioteca Privada, acompañado por Ganswein. Después pasaron a la Biblioteca privada, donde se sentaron uno frente a otro delante de un escritorio y tras algunos minutos de conversación informal, los fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas abandonaron la Biblioteca Privada y comenzó el coloquio privado, con la ayuda de intérpretes.

(RD/Agencias)

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