Francisco busca acabar con los malos usos que generen escándalos como el del palacio de Londres El Papa aclara a la Curia que "todos los bienes" que compren o utilicen pertenecen a la Santa Sede

La Santa Sede
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La decisión, según algunas fuentes, busca acabar con malos usos en algunos sectores de la Curia, que llevaban a considerar al prefecto o responsable correspondiente que un piso comprado durante su época curial era de su propiedad, o podía hacer uso del mismo sin consultar

La medida, entonces, buscaría evitar escándalos como los producidos por el famoso 'ático' del cardenal Bertone o, mucho más recientemente, con la compra-venta del palacio en Sloane Avenue (Londres), cuya gestión está siendo investigada dentro del macrojuicio vaticano en el que están implicadas una decena de acusados, entre ellos, el cardenal Becciu

Francisco estableció que "todos los bienes muebles e inmuebles" comprados por la Curia o por entes vinculados pertenecen al patrimonio "público" de la Santa Sede "no fraccionable y soberano". En un Motu Proprio titulado 'El derecho nativo', Bergoglio aclara el carácter público eclesiástico de los bienes adquiridos por las instituciones y entidades curiales vinculadas a la Santa Sede. 

La decisión, según algunas fuentes, busca acabar con malos usos en algunos sectores de la Curia, que llevaban a considerar al prefecto o responsable correspondiente que un piso comprado durante su época curial era de su propiedad, o podía hacer uso del mismo sin consultar. La medida, entonces, buscaría evitar escándalos como los producidos por el famoso 'ático' del cardenal Bertone o, mucho más recientemente, con la compra-venta del palacio en Sloane Avenue (Londres), cuya gestión está siendo investigada dentro del macrojuicio vaticano en el que están implicadas una decena de acusados, entre ellos, el cardenal Becciu.

"Todos los bienes, muebles e inmuebles, incluidos la disponibilidad en efectivo o títulos, que hayan sido o serán comprados, en cualquier modo, por Instituciones Curiales o entes vinculados a la Santa Sede, son bienes públicos eclesiásticos y, como tales, propiedad, en su titularidad u otro derecho, de la Santa Sede en su totalidad",



"Todos los bienes, muebles e inmuebles, incluidos la disponibilidad en efectivo o títulos, que hayan sido o serán comprados, en cualquier modo, por Instituciones Curiales o entes vinculados a la Santa Sede, son bienes públicos eclesiásticos y, como tales, propiedad, en su titularidad u otro derecho, de la Santa Sede en su totalidad", se lee en el primer artículo del documento papal, que explica cómo "el destino universal de los bienes de la Santa Sede les atribuye una naturaleza pública eclesiástica".

60 Sloane Square de Londres
60 Sloane Square de Londres

En nombre del Romano Pontífice

Por ello, "los entes de la Santa Sede los adquieren y utilizan, no para sí mismos, como el propietario privado, sino, en nombre y bajo la autoridad del Romano Pontífice, para la consecución de sus fines institucionales, que son igualmente públicos, y por tanto para el bien común y al servicio de la Iglesia universal".

En otras palabras, las entidades e instituciones que han adquirido y a las que, en aras del cumplimiento de las normas civiles, se han registrado estos bienes, deben cuidarlos “con la prudencia que requiere la gestión de la cosa común y según las normas y competencias que la Santa Sede se ha dado”, en línea con lo establecido en Praedicate Evangelium.

Plaza de San Pedro


Estos bienes, según alega Francisco en su disposición, se integran en "el patrimonio unitario, no fraccionable y soberano" del Vaticano, por lo que las instituciones vaticanas que compren bienes pueden administrarlos, pero "no son sus propietarios" pues deberán siempre actuar en nombre y bajo la autoridad del pontífice.

El Motu Proprio llega en medio de un juicio por supuestas irregularidades financieras en la ruinosa compraventa de un edificio en Londres por parte de la Secretaría de Estado del Vaticano. En un comunicado, la Secretaría de Economía de la Santa Sede subrayó que el escrito papal quiere "ser una guía para la acción de toda la Santa Sede e insta a todos a seguir el bien común y la responsabilidad que la administración de la cosa pública eclesiástica requiere". Y así evitar, como apunta el artículo 2, que "ninguna institución o ente puede reclamar su propiedad privada y exclusiva".


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