Recuerda a los mártires de Córdoba y pide "fortaleza para a los cristianos perseguidos en diversas partes del mundo" El Papa pide que "se abandone la vía de la violencia, que es siempre perdedora, que es una derrota para todos"

Papa y servicio
Papa y servicio

"La gloria de Dios es amor  que se hace servicio, no poder que aspira a la dominación"

"La búsqueda del prestigio personal se  puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose detrás de buenas intenciones"

"La lógica de Jesús: en vez de elevarse por encima de los demás, bajar del pedestal para servirlos; en vez  de emerger sobre los otros, sumergirse en la vida de los otros"

"Dios es amor y el amor es humilde, no se eleva, sino que desciende abajo, como la lluvia que cae  sobre la tierra y trae vida"

Desde la cátedra de la ventana, el Papa Francisco en su catequesis antes del ángelus, explica el paso que tiene que dar todo cristiano: de la lógica “del emerger a la del sumergirse”. La primera, es la búsqueda del prestigio personal, que “se puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose detrás de buenas intenciones”. La segunda es la lógica de Jesús que, “ en vez de elevarse por encima de los demás, bajar del pedestal para servirlos; en vez  de emerger sobre los otros, sumergirse en la vida de los otros”. Porque “la gloria de Dios, es amor  que se hace servicio, no poder que aspira a la dominación”.

En sus saludos tras el ángelus, Francisco condena los atentados de Afganistán, Inglaterra y Noruega y pide que "se abandone la vía de la violencia, que es siempre perdedora, que es una derrota para todos", porque "la violencia genera violencia". También recuerda a los mártires de Córdoba, beatificados ayer, y pide "fortaleza para a los cristianos perseguidos en diversas partes del mundo".

Muere el diputado británico David Amess
Muere el diputado británico David Amess

Las palabras del Papa en la oración del Ángelus 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 

El Evangelio de la Liturgia de hoy (Mc 10,35-45) cuenta que dos discípulos, Santiago y Juan,  piden al Señor sentarse un día junto a Él en la gloria. Como si fuesen primeros ministros. Pero los otros discípulos los escuchan y se indignan.  A este punto Jesús, con paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene  elevándose sobre los otros, sino viviendo el mismo bautismo que Él recibirá, dentro de poco tiempo, en  Jerusalén: la cruz.

¿Qué quiere decir esto? La palabra “bautismo” significa “inmersión”: con su Pasión, Jesús se  sumergió en la muerte, ofreciendo su vida para salvarnos. Por tanto, su gloria, la gloria de Dios, es amor  que se hace servicio, no poder que aspira a la dominación. Por eso Jesús concluye diciendo a los suyos y  también a nosotros: «el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor» (Mc 10,43). 

Estamos frente a dos lógicas diferentes: los discípulos quieren emerger y Jesús quiere sumergirse.  Detengámonos sobre estos dos verbos. El primer es emerger. Expresa esa mentalidad mundana por la que  siempre somos tentados: vivir todas las cosas, incluso las relaciones, para alimentar nuestra ambición,  para subir los peldaños del éxito, para alcanzar lugares importantes. La búsqueda del prestigio personal se  puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose detrás de buenas intenciones; por  ejemplo cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad nos buscamos solo a nosotros  mismos y nuestra afirmación. Y esto lo vemos incluso en la Iglesia.

Por eso, siempre necesitamos verificar las verdaderas intenciones del  corazón, preguntarnos: “¿Por qué llevo adelante este trabajo, esta responsabilidad? ¿Para ofrecer un  servicio o para hacerme notar, ser alabado y recibir cumplidos?”. A esta lógica mundana, Jesús  contrapone la suya: en vez de elevarse por encima de los demás, bajar del pedestal para servirlos; en vez  de emerger sobre los otros, sumergirse en la vida de los otros.  Estaba viendo en el programa “A su imagen', lo que Caritas hace. Preocuparse del hambre de los demás de tantos necesitados después de la pandemia.

Y ahí está el segundo verbo: sumergirse. Jesús nos pide que nos sumerjamos con compasión en la  vida de quien encontramos, como ha hecho Él con nosotros. Hay gente que trabaja y no consigue tener la comida suficiente para todo el mes. Miramos al Señor Crucificado, sumergido  hasta el fondo en nuestra historia herida, y descubrimos la manera de hacer de Dios. Vemos que Él no se  ha quedado allí arriba en los cielos, a mirarnos desde arriba hacia abajo, sino que se ha abajado a lavarnos  los pies. Dios es amor y el amor es humilde, no se eleva, sino que desciende abajo, como la lluvia que cae  sobre la tierra y trae vida.

¿Pero qué hay que hacer para ponerse en la misma dirección que Jesús, para  pasar del emerger al sumergirse, de la mentalidad del prestigio a la del servicio? Requiere compromiso,  pero no es suficiente. Solos es difícil, pero tenemos dentro una fuerza que nos ayuda. Es la del Bautismo,  de esa inmersión en Jesús que hemos recibido por gracia y que nos dirige, nos impulsa a seguirlo, a no  buscar nuestro interés sino a ponernos al servicio. Es una gracia, es un fuego que el Espíritu ha encendido  en nosotros y que debe ser alimentado. Pidamos hoy al Espíritu Santo que renueve en nosotros la gracia  del Bautismo, la inmersión en Jesús, en su forma de ser, en el servicio. Pars er servidores.

Ángelus

Y rezamos a la Virgen: Ella, incluso siendo la más grande, no ha tratado de emerger, sino que ha  sido la humilde sierva del Señor, y está completamente inmersa a nuestro servicio, para ayudarnos a  encontrar a Jesús.

Saludos tras el ángelus

Ayer, en Córdoba (España) fueron beatificados el sacerdote Juan Elías Medina y 126compañeros mártires, sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos, asesinados por odio a la fe durante la violenta persecución religiosa de los años 30 en España. Su fidelidad nos dé fuerzas a todos nosotros, especialmente a los cristianos perseguidos en diversas partes del mundo. La fuerza de testimoniar con valentía el Evangelio. Un aplauso a los nuevos beatos.

Atentado en Noruega

Varios atentados han tenido lugar lal semana pasada en Noruega, Afganistán e Inglaterra, que provocaron numerosos muertos y heridos. Expreso mi cercanía a los familiares de las víctimas y pido por favor que se abandone la vía de la violencia, que es siempre perdedora, que es una derrota para todos. Recordemos que violencia genera violencia

Primero, Religión Digital

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