"Acompaño con mi oración y bendigo a los novios y enamorados" Papa: "Gracias a Colombia, gracias por implementar el estatuto de protección temporal para los emigrantes venezolanos"

Gracias a Colombia
Gracias a Colombia

"Bravo por los confesores que no están con el látigo en la mano, sino para escuchar y recordar que Dios no se cansa de perdonar. Para todos los confesores misericordiosos pido un aplauso en la plaza todos juntos"

"No puedo olvidar las tres palabras que hacen comprender el estilo de Dios: Cercanía, compasión y ternura. ¿Lo decimos juntos?”

"Jesús nos anuncia que Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino Aquel que se "contamina" con nuestra humanidad herida"

"Tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus herida"

Desde la cátedra de la ventana revisitada, el Papa Francisco explica la catequesis del pasaje en el que Jesús toca y cura a un leproso. Bergoglio asegura que “Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino Aquel que se 'contamina' con nuestra humanidad herida”, no el Dios castigador, sino el Padre misericordioso. De ahí la importancia de imitarle e “implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus herida”, cosa que no solemos hacer en demasía, advierte Francisco. En los saludos, agradeció a Colombia el que acoja a los emigrante svenezolanos, recordó a los enamorados en el día de San Valentín y pidió un aplauso para los que "buscan ideas nuevas para evangelizar" y para "los confesores que no están con el látigo en la mano, sino para escuchar y recordar que Dios no se cansa de perdonar. Para todos los confesores misericordiosos pido un aplauso en la plaza todos juntos"

Catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Es bella la plaza con el sol. Es bella.

El Evangelio de hoy (cf. Mc 1,40-45) nos presenta el encuentro entre Jesús y un hombre enfermo de lepra. Los leprosos eran considerados impuros y, según las prescripciones de la Ley, debían permanecer fuera de los lugares habitados. Eran excluidos de toda relación humana, social y religiosa. No podían entrar en las sinagogas o en el Templo. Jesús, en cambio, deja que se le acerque aquel hombre, se conmueve, incluso extiende la mano y lo toca. Algo impensable en aquel tiempo. De este modo, realiza la Buena Noticia que anuncia: Dios se ha hecho cercano a nuestra vida, tiene compasión de la suerte de la humanidad herida y viene a derribar toda barrera que nos impida vivir nuestra relación con Él, con los demás y con nosotros mismos. Cercanía, compasión y ternura, tres palabras que indican el estilo de Dios. En este episodio podemos ver que se encuentran dos "transgresiones": el leproso que se acerca a Jesús y Jesús que, movido por la compasión, lo toca para curarlo. Los dos son transgresores.

La primera transgresión es aquella del leproso: a pesar de las prescripciones de la Ley, sale del aislamiento y se acerca a Jesús. Su enfermedad era considerada un castigo divino, pero en Jesús él pudo ver otro rostro de Dios: no el Dios que castiga, sino el Padre de la compasión y del amor, que nos libera del pecado y que nunca nos excluye de su misericordia. Así, aquel hombre puede salir de su aislamiento, porque en Jesús encuentra a Dios que comparte su dolor. La actitud de Jesús lo atrae, lo empuja a salir de sí mismo y a confiarle a Él su historia de dolor.

Permitidme un pensamiento a tantos bravos sacerdotes confesores, que tienen esta actitud de atraer a la gente. Gente que se siente nadie, pero con ternura y compasión. Bravo por los confesores que no están con el látigo en la mano, sino para escuchar y recordar que Dios no se cansa de perdonar. Para todos los confesores misericordiosos pido un aplauso en la plaza todos juntos.

La segunda transgresión es la de Jesús: mientras la Ley prohibía tocar a los leprosos, Él se conmueve, extiende su mano y lo toca para curarlo. No se limita a las palabras, sino que lo toca. Tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus heridas. Con este gesto, Jesús muestra que Dios no es indiferente, que no se mantiene a una "distancia segura"; al contrario, se acerca con compasión y toca nuestra vida para sanarla. Es el estilo de Dios. Dios es un gran transgresor en este sentido.

El Papa y el enfermo
El Papa y el enfermo

Hermanos y hermanas, aún hoy en el mundo tantos de nuestros hermanos y hermanas sufren de esta enfermedad, o de otras enfermedades y condiciones a las que, lamentablemente, se asocian prejuicios sociales. En algunos casos hay incluso discriminación religiosa. Pero a cada uno de nosotros nos puede ocurrir experimentar heridas, fracasos, sufrimientos, egoísmos que nos cierran a Dios y a los demás. El pecado nos encierra en nosotros mismos y Dios quiere abrir el corazón. Frente a todo esto, Jesús nos anuncia que Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino Aquel que se "contamina" con nuestra humanidad herida y que no teme entrar en contacto con nuestras heridas. ¿Dios se contamina? LO dice San Pablo: 'Se hizo pecado',para acercarse a nosotros.

Para cumplir con las reglas de la buena reputación y las costumbres sociales, a menudo silenciamos nuestro dolor o usamos máscaras para disimularlo. Con el fin de conciliar los cálculos de nuestro egoísmo o las leyes internas de nuestros temores, no nos implicamos demasiado en los sufrimientos de los demás. Por el contrario, pidamos al Señor la gracia de vivir estas dos "transgresiones" del Evangelio. La del leproso, para que tengamos la valentía de salir de nuestro aislamiento y, en lugar de quedarnos allí a lamentarnos o a llorar por nuestros fracasos, vamos a Jesús tal como somos. Sentiremos el abrazo de Jesús. Y luego la transgresión de Jesús: un amor que nos hace ir más allá de las convenciones, que nos hace superar los prejuicios y el miedo a mezclarnos con la vida del otro. Aprendamos a ser transgresores como el leproso y como Jesús.

Que en este camino nos acompañe la Virgen María, a la que ahora invocamos en la oración del Ángelus.

Venezolanos en Colombia

Saludos después del ángelus

Siempre miro con gratitud el empeño de los que colaboran en favor de los emigrantes. A todos les agradezco lo que hacen por los emigrantes. Hoy, en particular, me asocio a los obispos de Colombia, expresando mi reconocimiento por la decisión de las autoridades colombianas de implementar el estatuto de protección temporal para los emigrantes venezolanos presentes en el país, favoreciendo su acogida, su protección y su integración.

Y esto no lo hace un país riquísimo, superdesarrollado, sino un país con muchos problemas de desarrollo, de pobreza, de paz, con casi setenta años de guerrilla. Pero, con estos problemas tuvo la valentía de mirar a esos emigrantes y hacer este Estatuto.

Gracias a Colombia, gracias.

Santos Cirilo y Metodio

Hoy, fiesta de Santos Cirilo y Metodio, nombrados por San Juan Pablo II, copatronos de Europa...Que su intercesión ayude a encontrar vías nuevas para comunicar el Evangelio. Estos dos no tuvieron miedo de encontrar vías nuevas para comunicar el Evangelio. Y que su intercesión acreciente en las Iglesias cristianas el deseo de caminar hacia la plena unidad en el respeto de las diferencias.

No puedo dejar hoy, día de San Valentín, de dirigir un pensamiento a los novios y enamorados. Les acompaño con mi oración y les bendigo.

El próximo miércoles, comenzaremos la Cuaresma, tiempo favorable, para dar un sentido de fe y esperanza a la crisis que estamos viviendo.

No puedo olvidar las tres palabras que hacen comprender el estilo de Dios: Cercanía, compasión y ternura. ¿Lo decimos juntos?"

Jesús y el leproso
Jesús y el leproso

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