Ruega “especialmente por los niños del Yemen, que sufren a causa de la gravísima crisis humanitaria” El Papa pide que la cumbreUE-ONU “mejore la dramática situación del pueblo sirio” y libanés

Ángelus del Papa
Ángelus del Papa

Tiene presentes a “los afectados por las graves inundaciones en Ucrania occidental”

"No hay amor verdadero sin una cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona"

"Llevada con Jesús, la cruz no da miedo, porque Él siempre está a nuestro lado para apoyarnos en la hora de la prueba más dura, para darnos fuerza y coraje"

El Papa Francisco hizo un repaso de las situaciones actuales más críticas en el mundo, además de  recordar a los que "está llevando cruces y se sacrifican por ayudar a los demás en esta pandemia". Primero pidió  que la cumbre UE-ONU del próximo martes “mejore la dramática situación del pueblo sirio” y libanés. Después, recordó el Yemen, especialmente a los niños de este país, que "pasan hambre" y están "sufriendo a causa de la gravísima crisis humanitaria". Y por último, tuvo presentes a “los afectados por las graves inundaciones en Ucrania occidental”.

Las palabras del Papa en la oración del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En este domingo, el Evangelio (cf. Mateo 10, 37-42) expresa con fuerza la invitación a vivir plenamente y sin vacilación nuestra fidelidad al Señor. Jesús pide a sus discípulos que tomen en serio las exigencias del Evangelio, incluso cuando esto requiere sacrificio y esfuerzo.

La primera demanda que dirige a los que le siguen es situar el amor por Él por encima del amor familiar. Dice: «El que ama a su padre o a su madre, [...] a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí» (v. 37). Jesús ciertamente no pretende subestimar el amor a los padres y a los hijos, pero sabe que los lazos de parentesco, si se ponen en primer lugar, pueden desviarse del verdadero bien. La corrupción en la vida política, a veces, procede de que el amor a los parientes es mayor que el amor a la patria. Todos podríamos dar muchos ejemplos a este respecto. Sin mencionar las situaciones en las que los lazos familiares se mezclan con elecciones opuestas al Evangelio. Cuando, por el contrario, el amor a los padres y a los hijos está animado y purificado por el amor del Señor, entonces se hace plenamente fecundo y produce frutos de bien en la propia familia y mucho más allá de ella. El autentico amor a Jesus exige un verdadero amor a los padres y a los hijos.

Oración en el coronavirus
Oración en el coronavirus

Luego dice Jesús a sus discípulos: «El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí» (v. 38). Se trata de seguirlo por el camino que Él mismo ha recorrido, sin buscar atajos. No hay amor verdadero sin una cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona. Que lo digan tantas madres y tantos padres, que se sacrifican tanto por sus hijos, porque los aman. Llevada con Jesús, la cruz no da miedo, porque Él siempre está a nuestro lado para apoyarnos en la hora de la prueba más dura, para darnos fuerza y coraje. Tampoco es necesario inquietarse para preservar la vida, con una actitud temerosa y egoísta. Jesús amonesta: «El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará» (v. 39). Es la paradoja del Evangelio. Pero también tenemos, gracias a Dios, muchos ejemplos. Lo estamso viendo estos días. ¡Cuánta gente está llevando cruces y se sacrifica por ayudar a los demás en esta pandemia!

La plenitud de la vida y la alegría se encuentra al entregarse por el Evangelio y por los hermanos, con apertura, aceptación y benevolencia.

De este modo, podemos experimentar la generosidad y la gratitud de Dios. Nos lo recuerda Jesús: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, [...]. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños [...] no perderá su recompensa» (vv. 40; 42). La generosa gratitud de Dios Padre tiene en cuenta hasta el más pequeño gesto de amor y servicio a nuestros hermanos y hermanas. Estos días escuché a un sacerdote conmovido porque se le acercó un niño y le dijo: 'Padre, estos son mis ahorros, poco cosa, para los pobres por la pandemia”. Pequeña y grande cosa. Es una gratitud contagiosa que nos ayuda a cada uno de nosotros a mostrar gratitud hacia aquellos que se preocupan por nuestras necesidades. Cuando alguien nos ofrece un servicio, no debemos pensar que todo se debe a nosotros. El voluntariado es una de las mayores cosas que tiene la sociedad italiana. Se hace por amor, pro servicio. La gratitud, el reconocimiento, es en primer lugar un signo de buenos modales, pero también es un distintivo del cristiano. Es un simple pero genuino signo del reino de Dios, que es el reino del amor gratuito y generoso.

Que María Santísima, que amó a Jesús más que a su propia vida y lo siguió hasta la cruz, nos ayude a situarnos siempre ante Dios con un corazón abierto, dejando que su Palabra juzgue nuestro comportamiento y nuestras elecciones.

Niña siria

Saludo después del ángelus

Queridos hermanos y hermanas, el próximo martes 30 de junio, se celebrará la Cuarta Conferencia de la Unión Europea y las Naciones Unidas para "apoyar el futuro de Siria y de la región". Rezamos por esta importante reunión, para que mejore la dramática situación del pueblo sirio y los pueblos vecinos, en particular el Líbano, en el contexto de las graves crisis sociopolíticas y económicas que la pandemia ha hecho aún más difícil. Pensad que hay niños que pasan hambre, que no tienen que comer. Que los dirigentes sean capaces de hacer la paz.

Pido que se recen también por el pueblo del Yemen, especialmente también aquí por los niños, que sufren a causa de la gravísima crisis humanitaria. Así como por los afectados por las graves inundaciones en Ucrania occidental: que experimenten el consuelo del Señor y la ayuda de sus hermanos.

Dirijo mis saludos a todos ustedes, romanos y peregrinos de Italia y otros países. En particular, saludo a todos los que han participado esta mañana aquí en Roma en la misa de rito congolés, rezando por la República Democrática del Congo. Saludos a la delegación congoleña. Son valientes.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Que tengas un buen almuerzo! Y nos vemos mañana para la fiesta de los Santos Pedro y Pablo.

Niños hambrientos en Yemen

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