Francisco reza por los ucranianos "que hoy sufren el martirio de la agresión" El Papa saluda al mundial de Qatar y pide que sea "una oportunidad de encuentro, diálogo y armonía entre las naciones"

Qatar 2022
Qatar 2022

"La consolación es una experiencia profunda de alegría interior, que consiente  ver la presencia de Dios en todas las cosas"

"La persona que vive la consolación no se rinde frente a las dificultades, porque experimenta  una paz más fuerte que la prueba"

"La consolación tiene que ver sobre todo con la esperanza, mira hacia el futuro, pone en camino"

"Corremos el riesgo  de vivir la relación con Dios de forma infantil, de reducirlo a un objeto para nuestro uso y consumo"

Papa: “Lo esencial en nuestra vida no es buscar los consuelos de Dios sino al Dios de los consuelos”

El Papa Francisco prosigue con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento y, hoy, se detiene, en otro de sus elementos importantes: la consolación. Se trata, según el Papa, de “una experiencia profunda de alegría interior, que consiente  ver la presencia de Dios en todas las cosas”. Por eso, “la persona que vive la consolación no se rinde frente a las dificultades, porque experimenta  una paz más fuerte que la prueba” y se abre “a la esperanza” e impide “vivir la relación con Dios de forma infantil, de reducirlo a un objeto para nuestro uso y consumo”. Porque, como nos enseñan los santos, “lo esencial en nuestra vida no es buscar los consuelos de Dios sino al Dios de los  consuelos”

En los saludos en italiano, el Papa recordó a las víctimas del terremoto de Java (Indonesia) y envió su saludo al polémico mundial de Qatar, deseando que este evento "sea una oportunidad de encuentro, diálogo y armonía entre las naciones, favoreciendo la fraternidad y la paz entre los pueblos".

Por último y como viene siendo habitual desde el inicio de la guerra en Ucrania, el Papa recordó "el terrible sufrimiento del querido y martirizado pueblo ucraniano" y tuvo un recuerdo especial para "el aniversario del terrible genocidio del Holodomor, el exterminio por hambre de 1932-33, causado artificialmente por Stalin". Y concluyó pidiendo oraciones por los ucranianos "que hoy sufren el martirio de la agresión"

Holodomor en Ucrania

Texto íntegro de la catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!  

Después de haber considerado algunos aspectos de la desolación, hablamos hoy de la consolación,  otro elemento importante para el discernimiento, y que no debe darse por descontado, porque se puede  prestar a equívocos.  

¿Qué es la consolación espiritual? Es una experiencia profunda de alegría interior, que consiente  ver la presencia de Dios en todas las cosas; esta refuerza la fe y la esperanza, y también la capacidad de  hacer el bien. La persona que vive la consolación no se rinde frente a las dificultades, porque experimenta  una paz más fuerte que la prueba. Se trata por tanto de un gran don para la vida espiritual y para la vida en  su conjunto.  Vivir la alegría interior.

La consolación es un movimiento íntimo, que toca lo profundo de nosotros mismos. No es  llamativa sino suave, delicada, como una gota de agua en una esponja (cfr S. Ignacio de L., Ejercicios espirituales, 335): la persona se siente envuelta en la presencia de Dios, siempre de una forma respetuosa  con la propia libertad. Nunca es algo desafinado, que trata de forzar nuestra voluntad, tampoco es una  euforia pasajera: al contrario, como hemos visto, también el dolor -por ejemplo, por los propios pecados- puede convertirse en motivo de consolación.  

Consolación

Pensemos en la experiencia vivida por san Agustín cuando habla con la madre Mónica de la  belleza de la vida eterna; o en la perfecta leticia de san Francisco -además asociada a situaciones muy  difíciles de soportar-; y pensemos en tantos santos y santas que han sabido hacer grandes cosas, no porque  se consideraban buenos y capaces, sino porque fueron conquistados por la dulzura pacificante del amor de  Dios. Es la paz que san Ignacio notaba en sí con estupor cuando leía las vidas de los santos. Es la paz que  siente Edith Stein después de la conversión; un año después de haber recibido el Bautismo, ella escribe:  «Cuando me abandono a este sentimiento, me invade una vida nueva que, poco a poco, comienza a  colmarme y que, sin ninguna presión por parte de mi voluntad, va a impulsarme hacia nuevas  realizaciones. Este aflujo vital me parece ascender de una actividad y de una fuerza que no me  pertenecen, pero que llegan a hacerse activas en mí» (Psicología y ciencias del espíritu, ciudad Nueva,  1996, 116)  Una paz genuina.

La consolación tiene que ver sobre todo con la esperanza, mira hacia el futuro, pone en camino,  consiente tomar iniciativas hasta ese momento siempre postergadas, o ni siquiera imaginadas, como el  Bautismo para Edith Stein. La consolación da paz, atrae hacia el Señor y te pone en camino para hacer cosas buenas y ponerse al servicio de los otros.

La consolación espiritual no es “controlable”, no es programable a voluntad, es un don del  Espíritu Santo: permite una familiaridad con Dios que parece anular las distancias. Santa Teresa del Niño  Jesús, visitando la basílica de Santa Cruz en Jerusalén a la edad de catorce años en Roma, intenta tocar el  clavo allí venerado, uno de aquellos con los que Jesús fue crucificado. Teresa siente esta osadía suya  como un arranque de amor y confianza. Y luego escribe: «Fui realmente demasiado audaz. Pero el Señor  ve el fondo de los corazones, sabe que mi intención era pura […]. Actuaba con él como niña que se cree  todo permitido y considera como propios los tesoros del Padre» (Manuscrito autobiográfico, 183). La consolación es espontánea.

Santa Teresita

Una chica de catorce años nos da una descripción espléndida de la consolación espiritual: se advierte un  sentido de ternura hacia Dios, que nos hace audaces en el deseo de participar de su misma vida, de hacer  lo que le agrada, porque nos sentimos familiares con Él, sentimos que su casa es nuestra casa, nos  sentimos acogidos, amados, descansados. Con esta consolación no nos rendimos frente a las dificultades:  de hecho, con la misma audacia, Teresa pedirá al Papa el permiso para entrar en el Carmelo, aunque sea demasiado joven, y le será concedido.  La consolación nos hace audaces.

Pero hay también falsas consolaciones. En la vida espiritual sucede algo similar a lo que sucede en  las producciones humanas: están los originales y están las imitaciones. Si la consolación auténtica es  como una gota en una esponja, es suave e íntima, sus imitaciones son más ruidosas y llamativas, son  fuego de paja, sin consistencia, llevan a plegarse sobre uno mismo, y a no cuidar de los otros. La falsa  consolación al final nos deja vacíos, lejos del centro de nuestra existencia.  

Por eso se debe hacer discernimiento, también cuando uno se siente consolado. Porque la falsa  consolación puede convertirse en un peligro, si la buscamos como fin en sí misma, de forma obsesiva, y  olvidándonos del Señor. Como diría san Bernardo, se buscan las consolaciones de Dios y no se busca al  Dios de las consolaciones. Es la dinámica del niño de la que hablábamos la vez pasada, que busca a los  padres solo para obtener cosas de ellos, pero no por ellos mismos. Por interés sólo. También nosotros corremos el riesgo  de vivir la relación con Dios de forma infantil, de reducirlo a un objeto para nuestro uso y consumo,  perdiendo el don más hermoso que es Él mismo. Distinguir la consolación de Dios del entusiasmo pasajero.

Consolación

Saludo en español

Queridos hermanos y hermanas: 

En nuestras catequesis sobre el discernimiento hemos hablado anteriormente de la desolación,  y hoy reflexionamos sobre otro elemento importante: la consolación. La consolación espiritual es un  don del Espíritu Santo que nos hace experimentar la presencia de Dios en nuestro interior, nos da  alegría y paz, y refuerza en nosotros la fe, la esperanza y el deseo de hacer el bien. También nos da  fortaleza en los momentos de prueba y nos impulsa a buscar a Dios sobre todas las cosas.  

El discernimiento nos ayuda a distinguir la consolación auténtica de otras falsas consolaciones que en realidad nos alejan de Dios y nos dejan vacíos. La vida de los santos nos brinda hermosos  ejemplos de verdadera consolación espiritual. Su “secreto” fue abandonarse con confianza en las  manos de Dios y dejarle que sea Él quien haga su obra en ellos y por medio de ellos. Los santos nos enseñan que lo esencial en nuestra vida no es buscar los consuelos de Dios sino al Dios de los  consuelos.  

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. El próximo domingo comenzamos  el tiempo de Adviento. Pidamos al Señor que nos ayude a mantener encendida en nuestra vida la  lámpara de la fe y a estar preparados para recibir su visita, que nos llena de paz y alegría. Que Jesús  los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.  

Espíritu Santo consolador

Saludo en italiano

"En Java (Indonesia) ha sido golpeada por un fuerte terremoto. Expreso mi cercanía a aquella querida población y rezo por los muertos y por los heridos.

Deseo enviar mi saludo a los jugadores, a los aficionados y a los expectadores que siguen desde los cinco continentes el campeonato mundial de fútbol que se está jugando en Qatar. Pueda este importante evento sea una oportunidad de encuentro y de diálogo y armonía entre las naciones, favoreciendo la fraternidad y la paz entre los pueblos.

Recemos por la paz en el mundo y por el final de todos los conflictos, con un pensamiento especial para el terrible sufrimiento del querido y martirizado pueblo ucraniano. Pensemos en la martirizada Ucrania que, este sábado, recuerda el aniversario del terrible genocidio del Holodomor, el exterminio por hambre de 1932-33, causado artificialmente por Stalin. Recemos por las víctimas de este genocidio y recemos portantos ucranianos, niños, mujeres y ancianos, que hoy sufren el martirio de la agresión".

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