"Cuando Dios viene al mundo, se ve" El Papa anima a los fieles a "compartir con los pobres el pan y el Evangelio"

León XIV, durante el Angelus
León XIV, durante el Angelus

"La profecía, aunque esté encadenada, sigue siendo una voz libre en busca de la verdad y la justicia"

Domingo de Gaudete, de alegría, a la espera de la cada vez más próxima Navidad. El Papa saludó a los fieles presentes en la plaza de San Pedro para el tradicional Angelus, en el que invitó a los fieles a "compartir con los pobres el pan y el Evangelio".

Creemos. Crecemos. Contigo

En su reflexión inicial, Prevost, recuerda el encarcelamiento de Juan el Bautista, como "signo de que la profecía, aunque esté encadenada, sigue siendo una voz libre en busca de la verdad y la justicia". Desde la cárcel, como muchos de los que han participado este fin de semana en el Jubileo de los Presos, el Bautista puede escuchar a Jesús, y preguntarse si "¿es Él realmente el Mesías, es decir, el Salvador prometido por Dios a  través de los profetas?". 

Cuando se encuentra a Jesús, la vida carente de luz, de palabra y de sabor recupera su sentido. Los ciegos ven, los mudos hablan, los sordos oyen

La respuesta, como pasa siempre en el Evangelio, está "en los últimos, los pobres, los enfermos", que son "quienes hablan por Él". "Cristo anuncia quién es a través de lo que hace. Y lo que hace es un signo de salvación para todos nosotros. En efecto, cuando se encuentra a Jesús, la vida carente de luz, de palabra y de sabor recupera su sentido. Los ciegos ven, los mudos hablan, los sordos oyen", recordó. "Este es el Evangelio de Jesús, la buena nueva anunciada a los pobres. Cuando Dios viene al mundo, se ve". 

Fieles esperando al Papa
Fieles esperando al Papa

Porque "la palabra de Jesús nos libera de la prisión del desánimo y el sufrimiento, toda profecía encuentra en Él el cumplimiento esperado", glosó León XIV. "Él da la palabra a los oprimidos, a quienes la violencia y el odio les han quitado la  voz; Él vence la ideología, que nos hace sordos a la verdad; Él cura las apariencias que deforman el cuerpo".

Nosotros, "como discípulos del Señor", y especialmente en este tiempo de Adviento, "estamos llamados a unir la espera del Salvador a la atención de lo que Dios hace en el mundo. Sólo así podremos experimentar la alegría de la libertad que encuentra a su Salvador".

"Alegrémonos, pues, porque Jesús es nuestra esperanza, sobre  todo en la hora de la prueba, cuando la vida parece perder sentido y todo se ve más oscuro, nos faltan las palabras y nos cuesta escuchar al prójimo", concluyó, antes del rezo de la oración mariana.

Fieles en la plaza de San Pedro
Fieles en la plaza de San Pedro

En sus saludos posteriores, León XIV recordó la beatificación de 124 mártires de la Guerra Civil, celebrada ayer en Jaén, y la ceremonia llevada a cabo en Notre Dame y que elevó a los altares a otros 50 mártires franceses, víctimas de los nazis. "Alabamos al Señor por estos valientes testigos del Evangelio, perseguidos y asesinados por haber permanecido junto al pueblo y fieles a la Iglesia".

"Sigo con viva preocupación la continuación de los enfrentamientos en el Congo", subrayó el Papa, quien pidió "acabar con toda violencia" y un diálogo renovado para alcanzar, por fin, la paz, en el centro de África. 

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