¿Quiso responder el Papa indirectamente a la condena de las bendiciones a los gays de Doctrina de la Fe? El Papa llama a "sembrar semillas de amor, no con condenas teóricas, sino con gestos de amor"

La cruz, el árbol de la vida y del amor
La cruz, el árbol de la vida y del amor

El Papa condena "estructuras mafiosas, que son estructuras de pecado y cambian la fe por la idolatría"

Pide "asegurar a todos agua potable y servicios higiénicos"

Da las garcias a "la Universidad del Agua de mi patria y a aquellos que trabajan por llevarla adelante. Gracias a vosotros, argentinos que trabajáis en esta universidad del agua"

"La cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el 'árbol de la vida'"

"e trata de sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes"

En la catequesis del ángelus (de nuevo, por la pandemia, desde la biblioteca pontificia y no desde la cátedra de la ventana), el Papa Francisco explica la célebre frase de los griegos a los discípulos: “Queremos ver a Jesús”. Y el Papa explica que la respuesta de Jesús es la cruz, “el emblema por excelencia de los cristianos”, y que sólo es auténtico si expresa “amor, servicio y entrega sin reservas”. Por eso, Francisco invitó a "sembrar semillas de amor, no con condenas teóricas, sino con gestos de amor", evitando "las pretensiones de legalismo o moralismo clericales". ¿Quiso responder el Papa co n esas palabras indirectamente a la reciente condena de las bendiciones a los gays por parte de Doctrina de la Fe?

En los saludos, Bergoglio condenó "las mafias", que son "estructuras de pecado y cambian la fe por la idolatría". Por otra parte, ante la Jornada mundial del agua, que se celebra mañana, Francisco pide "asegurar a todos agua potable y servicios higiénicos" y da las garcias a "la Universidad del Agua de mi patria y a aquellos que trabajan por llevarla adelante. Gracias a vosotros, argentinos que trabajáis en esta universidad del agua"

Cruz y vida

Texto completo de la catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

La liturgia de este quinto domingo de Cuaresma proclama el Evangelio en el que san Juan relata un episodio que ocurrió en los últimos días de vida de Cristo, poco antes de su Pasión (cf. Jn12,20-33). Mientras Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta de pascua, algunos griegos, llenos de curiosidad por lo que estaba haciendo, expresaron su deseo de verlo. Se acercaron al apóstol Felipe y le dijeron: «Queremos ver a Jesús» (v.21).

Felipe se lo dice a Andrés y luego juntos van a decírselo al Maestro. En la petición de aquellos griegos podemos ver la súplica que muchos hombres y mujeres, en todo lugar y tiempo, dirigen a la Iglesia y también a cada uno de nosotros: “Queremos ver a Jesús”.

¿Cómo responde Jesús a esta petición? De un modo que lleva a reflexionar. Dice así: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre [...] Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto»(vv. 23.24). Estas palabras no parecen responder a la petición que habían hecho aquellos griegos. En realidad, van más allá. De hecho, Jesús revela que Él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto. Como diciendo: si queréis conocerme y comprenderme, mirad el grano de trigo que muere en la tierra, mirad la cruz.

Cabe pensar en el signo de la cruz, que a lo largo de los siglos se ha convertido en el emblema por excelencia de los cristianos. Quien también hoy quiere “ver a Jesús”, tal vez proveniente de países y culturas donde el cristianismo es poco conocido, ¿qué ve en primer lugar? ¿Cuál es el signo más común que encuentra? El crucifijo. En las iglesias, en los hogares de los cristianos, incluso en el propio cuerpo. Lo importante es que el signo sea coherente con el Evangelio: la cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el “árbol de la vida”, de la vida sobreabundante.

Papa, en la audiencia

También hoy mucha gente, a menudo sin decirlo explícitamente, quisiera “ver a Jesús”, encontrarlo, conocerlo. Esto nos hace comprender la gran responsabilidad de los cristianos y de nuestras comunidades. Nosotros también debemos responder con el testimonio de una vida que se entrega en el servicio. Se trata de sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes. No con condenas teóricas, sino con gestos de amor. Entonces el Señor, con su gracia, nos hace fructificar, incluso cuando el terreno es árido por incomprensiones, dificultades o persecuciones o pretensiones de legalismo o moralismo clericales. Precisamente entonces, en la prueba y en la soledad, mientras muere la semilla, es el momento en que brota la vida, para dar fruto maduro en su momento. Es en esta trama de muerte y de vida que podemos experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del amor.

Que la Virgen María nos ayude a seguir a Jesús, a caminar fuertes y felices por el camino del servicio, para que el amor de Cristo brille en todas nuestras actitudes y se convierta cada vez más en el estilo de nuestra vida diaria.

Saludos tras el ángelus (sin completar)

Queridos hermanos y hermanas

Hoy en Italia se celebra el Día del Recuerdo y del Compromiso en memoria de las víctimas inocentes de la Mafia. Las mafias están presentes en varias partes del mundo y, aprovechando la pandemia, se están enriqueciendo con la corrupción. San Juan Pablo II denunció su "cultura de la muerte" y Benedicto XVI los condenó como "caminos de la muerte". Estas estructuras de pecado, estructuras mafiosas, contrarias al Evangelio de Cristo, cambian la fe por la idolatría. Hoy recordamos a todas las víctimas y renovamos nuestro compromiso contra las mafias.

Papa, contra la magia

Mañana es el Día Mundial del Agua, que nos invita a reflexionar sobre el valor de este maravilloso e insustituible regalo de Dios. Para nosotros, los creyentes, la "hermana agua" no es una mercancía: es un símbolo universal y una fuente de vida y salud. Demasiados hermanos y hermanas tienen acceso a poca agua y quizás a agua contaminada. Es necesario garantizar agua limpia y saneamiento para todos. Doy las gracias y animo a todos los que, con diferentes competencias y responsabilidades profesionales, trabajan por este objetivo tan importante. Pienso, por ejemplo, en la Universidad del Agua, en mi tierra, en los que trabajan para sacarla adelante y hacer comprender la importancia del agua. Muchas gracias a los argentinos que trabajan en esta Universidad del Agua.

Os saludo a todos los que estáis conectados a través de los medios de comunicación, con un recuerdo especial para los enfermos y los que están solos. Le deseo un buen domingo. Por favor, no olvides rezar por mí. Que coman bien y que se despidan.

Día mundial del agua

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