Tras la celebración de la eucaristía y la elevación a los altares de cinco nuevos santos, el Papa Francisco, antes del Ángelus, quiso dar las gracias a los cardenales, a las autoridades y a los fieles presentes. Con especial mención al presidente de Italia, Matarella, y al Príncipe de Gales. Pero también aprovechó para
“Mi pensamiento va, una vez más, al Oriente Medio. En particular, a la amada y martirizada Siria, desde donde nos llegan nuevamente noticias dramáticas sobre la suerte de las poblaciones del noroeste del país, obligadas a abandonar sus propias casas a causa de acciones militares. Entre estas poblaciones, hay también muchas familias cristianas. A todos los actores implicados y a la Comunidad Internacional renuevo el llamamiento a empeñarse con sinceridad por el camino del diálogo, para buscar soluciones eficaces”
“Junto a todos los miembros del Sínodo, especialmente a los procedentes de Ecuador, sigo con preocupación lo que está sucediendo en las últimas semanas en aquel país. Lo confío a la oración común y a la intercesión de los nuevos santos, y me uno al dolor por los muertos y heridos. Invito a buscar la paz social, con especial atención a las poblaciones más vulnerables y a los derechos humanos”.