Fittipaldi desvela que el secretario de Estado pidió al IOR un préstamo de 150 millones La caída en desgracia de Parolin: conoció y autorizó a Becciu la compra del inmueble en Londres

Cardenal Pietro Parolin
Cardenal Pietro Parolin

La posible participación de Parolin en el 'caso Becciu', causa del progresivo enfriamiento de sus relaciones con el Papa, y del final de los fondos propios de la Secretaría de Estado

La polémica carta se conoce una semana antes de que los tribunales italianos deban fallar, definitivamente, sobre la petición de extradición de la empresaria Cecilia Marogna, acusada de malversar fondos de la Santa Sede

"Es una inversión válida, pero necesitamos 150 millones de euros en préstamos". El secretario de Estado, Pietro Parolin, conoció, y aprobó, el polémico y opaco proceso de compraventa del palacio de Sloane Avenue, en Londres, uno de los capítulos del 'escándalo Becciu' que acabó con la defenestración del ex prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos y que, ahora, amenaza con poner en la picota al primer ministro del Papa.

En una exclusiva de Emiliano Fittipaldi en Domani, se publica la carta que Parolin escribió al IOR en marzo de 2019, en la que calificaba el palacio de Londres como una "sólida inversión". Según el periodista italiano, el secretario de Estado subrayaba que el edificio "es un buen negocio", por lo que solicitaba al Banco Vaticano una refinanciación del crédito por un total de 150 millones de euros.

Fittipaldi apunta a que ésta pudo ser la razón del progresivo distanciamiento entre el Papa y Parolin, y que se ha concretado en el cierre del grifo económico a la Secretaría de Estado. Desde el 1 de enero, el principal organismo vaticano no tiene fondos ni presupuesto propio, y todos sus activos han sido trasladados a la APSA, controlada por el nuevo superministro de Economía, el español Juan Antonio Guerrero, sj.

La polémica carta se conoce una semana antes de que los tribunales italianos deban fallar, definitivamente, sobre la petición de extradición de la empresaria Cecilia Marogna, acusada de malversar fondos de la Santa Sede y de haber construido, a petición de Becciu, una 'red diplomática paralela' que representaría extraoficialmente a Roma en la resolución de conflictos, como secuestros de misioneros. 

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