No se puede amar lo suficiente a María
Presidiendo las Vísperas, con las que concluyó la segunda jornada del encuentro en el Vaticano de los Representantes Pontificios, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al inicio de su homilía, se congratuló de que en el centro de la oración de esta noche estuviera "la Madre de Cristo según la carne y nuestra Madre espiritualmente". "No debemos tener miedo -continuó- de alimentar una tierna devoción filial hacia ella, de María nunca se puede decir lo suficiente, nunca se puede amar lo suficiente". El Purpurado citó una frase del cardenal Ratzinger que recuerda cuando de joven tenía reservas sobre algunas fórmulas antiguas relativas a María, "me parecían exageradas, ahora comprendo que son verdades que son más válidas hoy que nunca".
Un vínculo especial entre el nuncio y la Virgen
Si queremos ser cristianos debemos ser marianos, dice el cardenal Parolin, debemos reconocer la relación que une a María con Jesús. "María es todo relativo a Jesús. Si la devoción a María alejara a uno de Jesús, habría que rechazarla, dice, pero es lo contrario. Es necesario amar a Dios. San Luis de Montfort, tan querido por Juan Pablo II, estaba convencido de ello. Esta unidad de María con Jesús cobra especial relieve hoy, señala el cardenal, porque la celebración de hoy es en honor a la Natividad de María, pero su verdadero significado es la Encarnación del Verbo. Para esto, de hecho, nació María. Y "esta característica de la fiesta de hoy es especialmente importante para nosotros", subrayó el Secretario de Estado, "porque también nosotros, en nuestra misión, somos todos relativos a otro".
Confiemos a María nuestra oración por la paz
En 2019 el Papa Francisco había dicho, recuerda Parolin, que el nuncio no se representa a sí mismo, sino a la Iglesiay en particular al Sucesor de Pedro en una zona determinada. "Asemejándonos a María, estamos llamados a amarla e imitarla y a imitar sus virtudes", ella que es "modelo en la fe y en la caridad". Nos enseña a ser fuertes y misericordiosos.
A continuación, el cardenal Parolin invitó a todos los presentes a confiar a la intercesión de María la oración por la paz "en este mundo tan agitado, danos días de paz". Y también en esta preocupación por el mundo entero, el cardenal Parolin ve un vínculo especial entre los Representantes Pontificios y María porque, dice, el nuncio tiene en el corazón el bien de todo un pueblo. Recordando todas las situaciones de conflicto, dificultad y persecución que sabemos que hay en la actualidad, concluye el cardenal, repetimos a María: "danos días de paz".