"El Sínodo va a marcar un antes y un después en la Iglesia, en el pontificado y en el pueblo" Rafael Cob, obispo de Puyo, ante la crisis de Ecuador: "No nos dejemos llevar por la violencia, que solo genera violencia"

Rafael Cob García (Burgos, 1951) lleva más de 20 años como vicario apostólico de Puyo, en la selva amazónica ecuatoriana. Lo entrevistamos en Roma, donde asiste al Sínodo sobre la Amazonía. Como es lófico, está muy preocupado por la situación de su país y, aunque entiende los motivos de la revuelta (él mismo participó en una manifestación junto a los indígenas), pide no "dejarse llevar por la violencia, que sólo genera violencia".

¿Cómo ve monseñor Rafael Cob, la situación que está atravesando Ecuador? ¿Está preocupado?

Estamos muy preocupados. Acabo de ver en los medios que nos han enviado a través de wasap y de las redes digitales, y ciertamente vemos que todavía no hay humo blanco para ese diálogo que se está estableciendo entre el Gobierno y las partes implicadas. La Iglesia está, también, como intermediadora de este diálogo, y esperemos que se llegue pronto a un acuerdo porque ciertamente se está tomando las gobernaciones. Concretamente en mi jurisdicción, en Pastaza, me comunicaban que habían tomado la Gobernación, que algunos grupos también indígenas estaban llegando de los distintos lugares a la ciudad. Que se estaban destruyendo medios públicos de las juntas parroquiales o de otras instituciones públicas, y eso perjudica a todos. Así, que estamos un poco en tensión y preocupados por dónde pueda desembocar todo esto.

Antes de viajar a Roma, para participar en el Sínodo de la Amazonía, participó en una manifestación con los indígenas

Sí, justamente unas semanas antes de venir para el Sínodo amazónico estuve participando en una marcha que protagonizaron los pueblos indígenas en defensa del agua y de los territorios donde quieren hacer explotación petrolera y, justamente, como Iglesia estamos en defensa de la vida y, por ello, también con todos aquellos que quieren defender el agua, la tierra; lo que es vida para estos pueblos que vivimos en la Amazonía.

¿Espera que la cosa no vaya a más, que se tranquilice y que vuelva a reinar la paz?

Exactamente. Eso le pedimos a Dios; que dé a cada uno de nosotros la sabiduría para saber discernir qué es lo importante. Porque lo importante es la vida que Dios nos ha dado. Tenemos que cuidarla, tenemos que respetarla y defenderla, y todo ello sin dejarnos llevar por la violencia, que solo genera violencia. Llenar el corazón de odio y de rencor por ciertas injusticias que verdaderamente sufrimos, no es el mejor camino. Tenemos que intentar, a través de la calma, del diálogo hacer valer nuestros derechos. Y hay que poner también la constancia y el coraje para mantenernos firmes, pero a la vez también en calma, en serenidad y en armonía.

¿Espera que el Sínodo diga una palabra sobre conflicto ecuatoriano?

Ciertamente, ya ha habido un pequeño pronunciamiento del presidente de la Conferencia Episcopal en una noticia al Vaticano. Pero hoy vamos a compartirlo una vez más con toda la asamblea, dando a conocer esta tensión que tenemos en Ecuador.

El Sínodo parece haber empezado con viento en popa...

Sí. Hay grandes aportaciones y estamos en tiempo de escucha. Esa escucha traerá también sus frutos y esperamos que sean muy buenos. Como decíamos, todos tenemos muchas esperanzas y expectativas de que este Sínodo va a marcar un antes y un después.

¿En la Iglesia y en el pontificado?

En todo. En la Iglesia, en el pueblo y en todo lugar.