Francisco podría ser el encargado de anunciar su fallecimiento Ratzinger será enterrado en el lugar que antes ocuparon Juan XXIII y Juan Pablo II

Ratzinger será enterrado en el lugar que antes ocuparon Juan XXIII y Juan Pablo II
Ratzinger será enterrado en el lugar que antes ocuparon Juan XXIII y Juan Pablo II

Bergoglio tomará todas las decisiones relativas a la exequias del Papa emérito, excepto aquellas que se incluyan, expresamente, en su testamento

Il sismógrafo apunta a que Francisco podría declarar, en breve, al papa alemán como 'Doctor de la Iglesia'

Así será el funeral de Benedicto XVI

Cuando fallezca, y salvo que expresamente haya indicado lo contrario, Benedicto XVI será sepultado en las grutas vaticanas, en la tumba que, con anterioridad, ocuparon dos de sus antecesores, hoy en los altares de la Iglesia, y de la basílica de San Pedro: San Juan XXIII y San Juan Pablo II. Así lo pidió Ratzinger en su día al entonces arcipreste de San Pedro, cardenal Angelo Comastri.

Tal y como adelanta Il Sismógrafo, todos los extremos de las exequias del emérito serán decididos por el Papa Francisco, quien no obstante respetará las apreciaciones que aparezcan en el testamento de Ratzinger que, según distintas fuentes, existe, y tiene detalles acerca de su enterramiento. La web dirigida por Luis Badilla apunta a que Bergoglio podría declarar, en breve, a su antecesor como Doctor de la Iglesia.

Lugar donde fueron enterrados Juan XXIII y Juan Pablo II

"En caso de fallecimiento del obispo emérito de Roma, Joseph Ratzinger, cada detalle será decidido por el Santo Padre", ha sido la respuesta de la Curia al portal especializado, que añade que lo más probable es que el funeral esté presidido por el mismo Papa Francisco, dándose una situación inédita: que un Papa entierre a otro.

"Está claro que el Santo Padre pedirá que los funerales de Benedicto XVI sean como los de un Pontífice que aún reina desde el Trono de Pedro", añade la web, que recuerda cómo los funerales de los últimos cinco pontífices siguieron los mecanismos protocolarios, diplomáticos y litúrgicos activos. Nada parece indicar que se haga lo contrario en el caso del emérito. Salvo, quizá, que en lugar del cardenal camarlengo, sea el propio Bergoflio quien comunique la noticia del fallecimiento de Ratzinger.

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