La Congregación para el Culto Divino publica, a petición del Papa, las respuestas a las 'Dubia' planteadas Roma tumba definitivamente las pretensiones de los nostálgicos de la misa en latín

Misa en latín
Misa en latín

¿Qué hace ahora el Vaticano? Recordar, taxativamente, que no es posible celebrar los sacramentos con el misal antiguo, y que los sacerdotes que tiene permiso para hacerlo, sólo lo tienen para un lugar. Y tampoco podrán sustituir a otro sacerdote. Del mismo modo, Roma subraya que dicho permiso sólo se da "en las parroquias personales canónicamente erigidas". Es más: el obispo, para conceder nuevos permisos, deberá pedir permiso a Roma

"Como Pastores no debemos prestarnos a polémicas estériles, capaces sólo de crear división, en las que el hecho ritual es a menudo instrumentalizado por visiones ideológicas", señala Culto Divino

"Es triste ver cómo el vínculo más profundo de unidad [la Eucaristía] se convierte en motivo de
división: es tarea de los Obispos, cum Petro et sub Petro, salvaguardar la comunión, condición necesaria para poder participar en la mesa eucarística". La Congregación para el Culto Divino acaba de publicar las respuestas a las 'Dubia' planteadas por los 'nostálgicos' de la misa preconciliar, que han hecho de la publicación de 'Traditionis Custodes' caballo de batalla para volver a atacar al Papa. En esta ocasión, por las misas en latín y de espaldas al pueblo.

"Como Pastores no debemos prestarnos a polémicas estériles, capaces sólo de crear división, en las que el hecho ritual es a menudo instrumentalizado por visiones ideológicas", señala Culto Divino en sus respuestas, que han sido publicadas tras pasar el filtro del mismísimo Francisco. Las "aclaraciones para su correcta aplicación" buscan "salvaguardar el don de la comunión eclesial caminando juntos, con convicción de mente y corazón, en la línea indicada por el Santo Padre".

Misa en latín
Misa en latín

Permisos restringidos y excepcionales

¿Qué hace ahora el Vaticano? Recordar, taxativamente, que no es posible celebrar los sacramentos con el misal antiguo, y que los sacerdotes que tiene permiso para hacerlo, sólo lo tienen para un lugar. Y tampoco podrán sustituir a otro sacerdote. Del mismo modo, Roma subraya que dicho permiso sólo se da "en las parroquias personales canónicamente erigidas". Es más: el obispo, para conceder nuevos permisos, deberá pedir permiso a Roma.

Del mismo modo, afirma que "no es oportuno" que estas misas "sean incluidas en el horario de las misas habituales"  pues "se trata de una concesión para proveer a su bien (en vista del uso común de la única lex orandi del Rito Romano) y no de una oportunidad para promover el rito precedente".

De hecho, los curas que nieguen la "legitimidad de la concelebración" tampoco podrán oficiar bajo el rito excepcional. Tampoco "podrá ser autorizada ninguna publicación de Leccionarios en lengua vernácula que reproduzca el ciclo de lecturas del rito precedente".

Traditionis custodes
Traditionis custodes

¿Y qué dicen las respuestas? Esto

A la pregunta propuesta:

Donde no sea posible encontrar una iglesia u oratorio o capilla disponible para acoger a los fieles que celebran con el Missale Romanum (Editio tipyca 1962), ¿puede el Obispo diocesano pedir a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos la dispensa de la disposición del Motu Proprio Traditionis custodes (Art. 3 § 2), y, por tanto, permitir así la celebración en la iglesia parroquial?

Se responde:
Afirmativamente.

Nota explicativa.

El Motu Proprio Traditionis custodes en el art. 3 § 2 pide que el Obispo, en las diócesis en las que hasta ahora hay presencia de uno o más grupos que celebran según el Misal precedente a la
reforma de 1970 «indicar uno o varios lugares donde los fieles pertenecientes a estos grupos pueden
reunirse para la celebración de la Eucaristía (no en las iglesias parroquiales y sin erigir nuevas
parroquias personales)». La exclusión de la iglesia parroquial pretende afirmar que la celebración
eucarística según el rito precedente, al ser una concesión limitada a dichos grupos, no forma parte
de la vida ordinaria de la comunidad parroquial.
Esta Congregación, ejerciendo, para los asuntos de su competencia, la autoridad de la Santa
Sede (cf. TC 7), puede conceder, a petición del Obispo diocesano, que la iglesia parroquial sea
utilizada para la celebración según el Missale Romanum de 1962 sólo en el caso de comprobar la
imposibilidad de utilizar otra iglesia, u oratorio o capilla. La valoración de esta imposibilidad debe
hacerse con escrupulosa atención.
Además, dicha celebración no es oportuno que sea incluida en el horario de las Misas
parroquiales, ya que a ella sólo participan los fieles que forman parte del grupo. Por último, evítese
que coincidan con las actividades pastorales de la comunidad parroquial. Se entiende que, en el
momento que haya otro lugar disponible, se retirará esta licencia.
En estas disposiciones no hay ninguna intención de marginar a los fieles vinculados a la forma
celebrativa precedente: sólo pretenden recordarles que se trata de una concesión para proveer a su
bien (en vista del uso común de la única lex orandi del Rito Romano) y no de una oportunidad para
promover el rito precedente. 

La misa tridentina, en horas bajas
La misa tridentina, en horas bajas

A la pregunta propuesta:

Según las disposiciones del Motu Proprio Traditionis Custodes, ¿es posible celebrar los sacramentos con el Rituale Romanum y el Pontificale Romanum precedentes a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II?

Se responde:

Negativamente.

Sólo las parroquias personales erigidas canónicamente que, según cuanto dispone el Motu Proprio
Traditionis Custodes, celebran con el Missale Romanum de 1962, están autorizadas por el Obispo
diocesano a conceder la licencia para hacer uso del Rituale Romanum (última editio typica 1952) y
no del Pontificale Romanum precedente a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.

Nota explicativa.

El Motu proprio Traditionis custodes pretende restablecer en toda la Iglesia de Rito Romano
una única e idéntica oración que exprese su unidad, según los libros litúrgicos promulgados por los
santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, conforme a los decretos del Concilio Vaticano II y en
línea con la tradición de la Iglesia.
El Obispo diocesano, como moderador, promotor y custodio de toda la vida litúrgica, ha de
trabajar para que en su diócesis se vuelva a una forma celebrativa unitaria (cf. Papa Francisco,
Carta a los Obispos de todo el mundo que acompaña el texto del Motu Proprio Traditionis
custodes).
Esta Congregación, ejerciendo, para los asuntos de su competencia, la autoridad de la Santa
Sede (cf. TC 7), retiene que, queriendo avanzar en la dirección indicada por el Motu Proprio, no se
deba conceder la licencia para hacer uso del Rituale Romanum y del Pontificale Romanum
precedentes a la reforma litúrgica, libros litúrgicos que, como todas las normas, instrucciones,
concesiones y costumbres anteriores, han sido abrogados (cf. TC 8).
Sólo en las parroquias personales canónicamente erigidas que, según las disposiciones del
Motu Proprio Traditionis Custodes, celebran con el Missale Romanum de 1962, el Obispo
diocesano está autorizado a conceder, según su discernimiento, la licencia para hacer uso sólo del
Rituale Romanum (última editio typica 1952) y no del Pontificale Romanum precedente a la
reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Hay que recordar que la fórmula para el Sacramento de
la Confirmación fue modificada para toda la Iglesia latina por san Pablo VI con la Constitución
apostólica Divinæ consortium naturae (15 de agosto de 1971).
Tal disposición pretende subrayar la necesidad de afirmar claramente la orientación indicada
por el Motu Proprio, que ve en los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI
y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, la única expresión de la
lex orandi del Rito Romano (cf. TC 1).
En la aplicación de cuanto ha sido dispuesto se ha de procurar acompañar a todos los
vinculados con la forma celebrativa precedente hacia una plena comprensión del valor de la
celebración en la forma ritual que nos ha sido entregada por la reforma del Concilio Vaticano II, por
medio de una formación adecuada que permita descubrir cómo es testimonio de una fe inalterada,
expresión de una eclesiología renovada, fuente primaria de espiritualidad para la vida cristiana.

Misas en latín, ¿el final?
Misas en latín, ¿el final?

A la pregunta propuesta:

Si un presbítero, al que se le ha concedido el uso del Missale Romanum de 1962, no reconoce la validez y la legitimidad de la concelebración – negándose a concelebrar, en particular, en la Misa Crismal – ¿puede seguir beneficiándose de esta concesión?

Se responde:

Negativamente.

Sin embargo, antes de revocar la concesión de hacer uso del Missale Romanum de 1962, el Obispo
procure entablar un diálogo fraterno con el presbítero; asegurarse que tal actitud no excluya la
validez y la legitimidad de la reforma litúrgica, de los dictados del Concilio Vaticano II y del
Magisterio de los Sumos Pontífices; y acompañarlo hacia la comprensión del valor de la
concelebración, especialmente en la Misa Crismal.

Nota explicativa.

El art. 3 § 1 del Motu Proprio Traditionis custodes pide al obispo diocesano comprobar que los
grupos que solicitan celebrar con el Missale Romanum de 1962 “no excluyan la validez y la
legitimidad de la reforma litúrgica, de los dictados del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los
Sumos Pontífices”.
San Pablo recuerda con fuerza a la comunidad de Corinto que debe vivir la unidad como
condición necesaria para poder participar en la mesa eucarística (cf. 1Cor 11, 17-34).
En la Carta enviada a los Obispos de todo el mundo para acompañar el texto del Motu Proprio
Traditionis custodes el Santo Padre se expresa así: «Dado que “las acciones litúrgicas no son
acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es sacramento de unidad” (cf. Sacrosanctum
Concilium, n. 26), deben realizarse en comunión con la Iglesia. El Concilio Vaticano II, al tiempo
que reafirmó los vínculos externos de incorporación a la Iglesia – la profesión de fe, los
sacramentos, la comunión –, afirmó con san Agustín que es condición para la salvación permanecer
en la Iglesia no sólo “con el cuerpo”, sino también “con el corazón” (cf. Lumen Gentium, n. 14)».
El deseo explícito de no participar en la concelebración, especialmente en la Misa Crismal,
parece expresar una falta, tanto de aceptación de la reforma litúrgica, como de comunión eclesial
con el Obispo, requisitos necesarios para la concesión para celebrar con el Missale Romanum de
1962.
Sin embargo, antes de revocar la concesión de uso del Missale Romanum de 1962, el Obispo
ofrezca al presbítero el tiempo necesario para un diálogo sincera sobre las motivaciones más
profundas que le llevan a no reconocer el valor de la concelebración, especialmente en la Misa
presidida por el Obispo, invitándolo a vivir en el gesto elocuente de la concelebración esa
comunión eclesial que es condición necesaria para poder participar en la mesa del sacrificio
eucarístico.

¿Adiós a las misas en latín?
¿Adiós a las misas en latín?

A la pregunta propuesta:

En la celebración eucarística que hace uso del Missale Romanum de 1962, ¿es posible utilizar para las lecturas el texto íntegro de la Biblia, eligiendo las perícopas indicadas en dicho Misal?

Se responde:
Afirmativamente.

Nota explicativa.
El art. 3 § 3 del Motu Proprio Traditionis Custodes establece que las lecturas sean proclamadas
en lengua vernácula, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura para uso litúrgico,
aprobadas por las respectivas Conferencias Episcopales.
Dado que los textos de las lecturas están contenidos en el propio Misal, y no existiendo, por lo
tanto, el libro del Leccionario, para observar cuanto ha sido dispuesto en el Motu Proprio, se ha de
recurrir necesariamente al libro de la Sagrada Escritura en la traducción aprobada por las
Conferencias Episcopales para uso litúrgico, eligiendo las perícopas indicadas en el Missale
Romanum de 1962.
No podrá ser autorizada ninguna publicación de Leccionarios en lengua vernácula que
reproduzca el ciclo de lecturas del rito precedente.
Hay que recordar que el actual Leccionario es uno de los frutos más preciados de la reforma
litúrgica del Concilio Vaticano II. La publicación del Leccionario, además de superar la forma
“plenaria” del Missale Romanum de 1962 para volver a la antigua tradición de un libro
correspondientes a cada ministerio, cumple el deseo expresado en Sacrosanctum Concilium, n. 51:
«Para que la mesa de la palabra de Dios se prepare más abundantemente para los fieles, los tesoros
de la Biblia deben abrirse más ampliamente para que, en un número determinado de años, la mayor
parte de la Sagrada Escritura sea leída al pueblo».


A la pregunta propuesta:

El Obispo diocesano, para poder conceder a los presbíteros ordenados después de la publicación del Motu Proprio Traditionis custodes celebrar con el Missale Romanum de 1962, ¿debe ser autorizado por la Sede Apostólica (cf. Traditionis custodes, n. 4)?

Se responde:

Afirmativamente.

Nota explicativa.

Il texto latino (que texto oficial de referencia), en el artículo 4, dice lo siguiente: «Presbyteri
ordinati post has Litteras Apostolicas Motu Proprio datas promulgatas, celebrare volentes iuxta
Missale Romanum anno 1962 editum, petitionem formalem Episcopo dioecesano mittere debent,
qui, ante concessionem, a Sede Apostolica licentiam rogabit».
No se trata de un mero parecer consultivo, sino de una autorización necesaria dada al Obispo
diocesano por parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
que ejerce, para los asuntos de su competencia, la autoridad de la Santa Sede (cf. Traditionis
custodes, n. 7).
Sólo después de recibir esta licencia, el Obispo diocesano podrá autorizar a los presbíteros
ordenados después de la publicación del Motu Proprio (16 de julio de 2021) a celebrar con el
Missale Romanum de 1962.
Esta norma pretende ayudar al Obispo diocesano a fin de evaluar dicha solicitud: su
discernimiento será debidamente tenido en cuenta por parte de la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
El Motu Proprio expresa claramente la voluntad de reconocer como única expresión de la lex
orandi del Rito Romano la contenida en los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices
Pablo VI y Juan Pablo II, conforme a los decretos del Concilio Vaticano II: es por tanto
absolutamente deseable que los presbíteros ordenados después de la publicación del Motu Proprio
compartan este deseo del Santo Padre.
Deseando caminar con solicitud en la dirección indicada por el papa Francisco, se anima a
todos los formadores de los Seminarios a acompañar a los futuros diáconos y presbíteros en la
comprensión y en la experiencia de la riqueza de la reforma litúrgica deseada por el Concilio
Vaticano II: ésta ha sabido valorar todos los elementos del Rito Romano y ha favorecido –como
esperaban los Padres Conciliares – esa participación plena, consciente y activa de todo el Pueblo de
Dios en la liturgia (cf. Sacrosanctum Concilium, n. 14), fuente primaria de la auténtica
espiritualidad cristiana.

Sarah, Müller, Becciu, Burke, Viganò... la pelea de un grupo de cardenales contra el Papa
Sarah, Müller, Becciu, Burke, Viganò... la pelea de un grupo de cardenales contra el Papa

A la pregunta propuesta:

La facultad de celebrar haciendo uso del Missale Romanum de 1962, ¿puede concederse ad tempus?

Se responde:

Afirmativamente.

Nota explicativa.

La opción de conceder el uso del Missale Romanum de 1962 por un tiempo definido – con la
duración que el Obispo diocesano considerará oportuna – no sólo es posible sino también
recomendable: la finalización del período definido ofrece la posibilidad de verificar que todo esté en
armonía con la orientación establecida por el Motu Proprio. El resultado de esta verificación podrá
proporcionar motivos para prolongar o suspender la concesión.

A la pregunta propuesta:

La facultad concedida por el Obispo diocesano para celebrar haciendo uso del Missale Romanum de 1962, ¿vale sólo para el territorio de su diócesis?

Se responde:

Afirmativamente.

A la pregunta propuesta:

En caso de ausencia o imposibilidad del sacerdote autorizado, ¿debe tener también una autorización
formal quien lo sustituye?

Se responde:

Afirmativamente.

A la pregunta propuesta:

Los diáconos y ministros instituidos que participan en la celebración haciendo uso del Missale Romanum de 1962, ¿tienen que tener la autorización del obispo diocesano?

Se responde:

Afirmativamente.

Cardenal Burke.
Cardenal Burke.

A la pregunta propuesta:

Un presbítero que está autorizado para celebrar con el Missale Romanum de 1962 y que, a causa de su oficio (párroco, capellán, ...), celebra también los días feriales con el Missale Romanum de la reforma del Concilio Vaticano II, ¿puede binar haciendo uso del Missale Romanum de 1962?


Se responde:

Negativamente.

Nota explicativa.

El párroco o capellán que – en cumplimiento de su oficio – celebra los días feriales con el
actual Missale Romanum, única expresión de la lex orandi del Rito Romano, no puede binar
celebrando con el Missale Romanum de 1962, ni con un grupo ni privadamente.
No es posible conceder la binación dado que no existe “causa justa” o “necesidad pastoral”
exigidos por el canon 905 § 2: no se niega en absoluto el derecho de los fieles a celebrar la
Eucaristía, ya que se les ofrece la posibilidad de participar en la Eucaristía su forma ritual actual.

A la pregunta propuesta:

Un presbítero que está autorizado a celebrar con el Missale Romanum de 1962, ¿puede celebrar el mismo día con el mismo Misal para otro grupo de fieles que ha recibido autorización?

Se responde:

Negativamente.

Nota explicativa.

No es posible conceder la binación dado que no existe “causa justa” o “necesidad pastoral”
exigidos por el canon 905 § 2: no se niega en absoluto el derecho de los fieles a celebrar la
Eucaristía, ya que se les ofrece la posibilidad de participar en la Eucaristía en su forma ritual actual.

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