Francisco pIde a la Comunidad Emmanuel no convertirse en "una agencia de asistencia o una empresa" "El Señor llama a la puerta con el rostro de los hermanos y hermanas que viven en la pobreza, el abandono, la esclavitud..."

Francisco juega con aviones de papel de unos niños de la Comunidad Emanuel
Francisco juega con aviones de papel de unos niños de la Comunidad Emanuel

El Papa les invita a “acoger, acompañar y trabajar”

"Lo más importante es perseverar, es avanzar"

"Estar juntos sin herirse; tirar nuevas redes después de desilusiones y fracasos; para continuar a trabajar con alegría a pesar del cansancio y para permanecer fieles al espíritu originario de la vocación y la misión”

“Acoger, acompañar y trabajar”. Estas fueron las claves que el Papa Francisco dio este mediodía a la Comunidad Emanuel, a quienes recibió en el Vaticano. Este movimiento, nacido en 1980 en Lecce de la mano del jesuita Mario Marafioti, trabaja con familias, discapacitados, dependientes y migrantes en dificultad, abriendo puertas de acogida y esperanza para miles de personas.

“El Señor llama a la puerta con el rostro de los hermanos y hermanas que viven en la pobreza, el abandono, la esclavitud. Y ustedes abrieron y respondieron y siguen respondiendo, porque lo más difícil es perseverar, es avanzar”, agradeció el Papa a 400 miembros de esta comunidad, a quienes invitó a seguir alimentando el “hacer” con el “ser”, para evitar convertirse “en una agencia de asistencia o una empresa”.

Estar con Cristo y con los hermanos

Así, Bergoglio habló de “un doble estar: estar con Cristo y estar con los hermanos en dificultad, esta es la clave”, y lo que la comunidad lleva haciendo desde hace 40 años de “acogida, acompañamiento y trabajo”, desde la fraternidad.

Francisco, con la comunidad Emanuel

La comunidad nació un día de la Navidad de 1980 con un “gesto de acogida”, como “sucede siempre en las obras de caridad de la Iglesia”, subrayó el Papa, quien les recordó que “es Dios quien nos muestra el camino: Él, que es Amor, es ‘Dios con nosotros’. No como una idea o peor, una ideología, sino como una ‘vida’, la vida de Jesús”.

Y es de esta fuente de donde “tomamos el agua viva para seguir adelante”, para no dejarse robar la alegría, la esperanza y el coraje de donarse. “Estar juntos sin herirse; tirar nuevas redes después de desilusiones y fracasos; para continuar a trabajar con alegría a pesar del cansancio y para permanecer fieles al espíritu originario de la vocación y la misión”, concluyó.

Los regalos de la comunidad al Papa

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