Los restos de los fragmentos óseos datan de más de un siglo El Vaticano archiva el 'caso Orlandi' tras la búsqueda sin resultados de sus restos en el Cementerio Teutónico

E. Orlandi, desaparecida en el Vaticano
E. Orlandi, desaparecida en el Vaticano

Autorizó a la familia a proceder en privado "a cualquier investigación adicional sobre algunos fragmentos ya encontrados y conservados en contenedores sellados en la Gendarmería"

Prosigue el misterio sobre la desaparición, en 1983, de la joven al salir de la escuela de San Apolinar

La Justicia vaticana ordenó hoy el cierre de la investigación sobre la búsqueda en el cementerio alemán del Estado pontificio de los restos de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de un empleado vaticano que desapareció en 1983 y cuyo caso es uno de los grandes misterios de la reciente historia italiana.

Pero, por otro lado, autorizó a la familia a proceder en privado "a cualquier investigación adicional sobre algunos fragmentos ya encontrados y conservados en contenedores sellados en la Gendarmería".

La oficina de prensa del Vaticano comunicó hoy que el Juez Único del Estado de la Ciudad del Vaticano aceptó la solicitud de la Oficina del Promotor de Justicia (fiscal) de archivar el caso, que se abrió el verano pasado después de la petición de los familiares de la joven.

Dos tumbas sin restos

La fiscalía había abierto entonces la investigación y había permitido el acceso a dos tumbas ubicadas dentro del cementerio teutónico en el interior de los muros vaticanos a las que se había referido la familia Orlandi y que luego resultaron estar vacías.

Cementerio Teutónico
Cementerio Teutónico

Durante la investigación también se analizaron los fragmentos óseos que se encontraron en una sala subterránea dentro del complejo del cementerio.

Los controles de estos hallazgos, realizados por Giovanni Arcudi concluyeron que los fragmentos encontrados eran de una fecha anterior a la desaparición de la joven y que la fecha más reciente se remonta al menos a hace cien años.

"De ahí la solicitud de cierre de la investigación que cierra uno de los capítulos de esta triste historia, en la que desde el principio, las autoridades del Vaticano ofrecieron la más amplia colaboración", afirmó el portavoz, Matteo Bruni.

Tras el análisis de los fragmentos, el perito de la familia, Giorgio Portera, solicitó "un control de laboratorio sobre unos setenta restos" pero el profesor Arcudi y su equipo no respaldaron la solicitud al considerar que estos tienen características de datación muy antiguas.

Los expertos analizando los huesos
Los expertos analizando los huesos

Ahora la familia podrá analizar estos restos óseos, lo que para Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, "es un paso más", ya que explico que desde el pasado enero había presentado insistentemente una solicitud para analizarlos.

Desde hace más de 36 años la familia Orlandi busca respuestas, sobre todo en el Vaticano, de lo que le ocurrió a Emanuela cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro tras salir de su clase de flauta en la escuela de música de San Apolinar, en Roma.

Teorías sobre la desaparición

La desaparición de Emanuela Orlandi, uno de los grandes misterios de Italia, siempre ha estado rodeada por varias teorías, desde la implicación de hombres de la curia vaticana - el padre de la joven era empleado de la Santa Sede - hasta la "Banda de la Magliana" (la mafia de Roma) o incluso la relación con el atentado contra el papa Juan Pablo II del turco Ali Agca.

En 2012, la familia pidió una investigación cuando se encontraron restos óseos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico De Pedis, el jefe de la "Banda de la Magliana", la mafia de Roma durante las décadas de 1970 y 1980.

Investigación forense en el Vaticano
Investigación forense en el Vaticano

Hace algunos meses, el hallazgo de unos huesos en el sótano de la nunciatura de la Santa Sede en Roma también hizo que se volviese a hablar del caso, pero finalmente se determinó que eran anteriores a 1964.

La familia recibió una carta anónima en la que se aseguraba que la joven había sido enterrada en el cementerio alemán del Vaticano, por lo que pidió al Vaticano poder reabrir las tumbas indicadas.

Con las investigaciones de la Justicia italiana archivadas, la pista de la tumba en el Vaticano era la única a la que se aferraba la familia.

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