El cardenal incumplió el 'juramento de fidelidad' al Papa, asegura Austen Ivereigh El biógrafo de Francisco pide la renuncia de Sarah por acusar al Papa de "herejía"

Cardenal Robert Sarah
Cardenal Robert Sarah

"Si está convencido en conciencia, debe permanecer en silencio, confiando en que la historia y Dios le reivindiquen. Eso es profecía. Todo lo demás es política de poder", recalca Austen Ivereigh

El purpurado guineado ya fue uno de los cinco cardenales (junto a Burke, Brandmuller, Zen o Sandoval) que planteó las nuevas 'Dubia' al Papa, contestadas en los últimos meses por Francisco y que son consideradas por muchos como la punta de lanza de la oposición al pontificado de Bergoglio, y ahora tildó Fiducia Supplicans como  "una herejía que socava gravemente a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas"

"El cardenal Sarah ha acusado al Papa de herejía, violando el juramento solemne ante Dios que hizo como cardenal. Ahora debe devolver su sombrero rojo". El periodista, escritor y biógrafo del Papa Francisco, Austen Ivereigh, ha salido al paso de las declaraciones del prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino, en la que tildaba 'Fiducia supplicans', declaración de Doctrina de la Fe suscrita por Francisco, de "una herejía que socava gravemente a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas".

"Si está convencido en conciencia, debe permanecer en silencio, confiando en que la historia y Dios le reivindiquen. Eso es profecía. Todo lo demás es política de poder", asegura el periodista británico en su cuenta de 'X', a la que acompaña una imagen con el texto del juramento de fidelidad al Papa que los cardenales hacen al recibir la birreta.

¿Y cuál es el juramento de fidelidad de un cardenal? Este:

“Yo, N., Cardenal de la Santa Iglesia Romana, prometo y juro, de hoy en adelante y mientras yo viva, permanecer fiel a Cristo ya su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana, al Sumo Pontífice Francisco y  sus sucesores canónicamente elegidos; mantenerme siempre en comunión con la Iglesia Católica en mis palabras y en mis obras; no expresar ninguna de las cuestiones que me confíen para protegerse y cuya divulgación podría causar daño o deshonra a la Santa Iglesia; llevar a cabo con gran diligencia y fidelidad las tareas en las que necesite mi servicio la Iglesia, de acuerdo con las normas de la ley. Así me ayude Dios Todopoderoso”

En puridad, habría que decir que Sarah fue elevado al cardenalato por Benedicto XVI en 2010, así que no pudo pronunciar el nombre de Francisco, pero sí el de "sucesores canónicamente elegidos". En cuanto a la comunión en palabras y obras, o expresiones pública que pudieran hacer daño a la Iglesia católica, resulta casi evidente.

Lo que sí hizo Francisco fue nombrarle prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en 2014, cargo que ocupó hasta 2021. Como se recordará, el purpurado guineado fue uno de los cinco cardenales (junto a Burke, Brandmuller, Zen o Sandoval) que planteó las nuevas 'Dubia' al Papa, contestadas en los últimos meses por Francisco y que son consideradas por muchos como la punta de lanza de la oposición al pontificado de Bergoglio. El único de los 'líderes' de la revuelta cardenalicia contra el Papa que no suscribió dichas dubia fue Müller.

Volver arriba