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(Vatican News).- "Los avances en las tecnologías de la información, en particular en el ámbito digital, ofrecen oportunidades para la erradicación de la pobreza, el crecimiento económico, el desarrollo social y la sostenibilidad. Sin embargo, hay que reconocer que estos avances no están exentos de riesgos significativos, que dependen de las decisiones que se tomen durante su desarrollo". Así lo destacó el arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, al intervenir este miércoles 17 de diciembre, en la reunión sobre la revisión integral de la implementación de los resultados de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, celebrada en la sede de la ONU en Nueva York.
Los riesgos para la humanidad surgen principalmente de los avances en inteligencia artificial (IA), afirmó monseñor Caccia, citando un pasaje de un discurso reciente del Papa León XIV a los participantes de la conferencia "Inteligencia artificial y cuidado de la casa común". La IA "sin duda ha abierto nuevos horizontes a la creatividad", advirtió el Pontífice el pasado 5 de diciembre desde el Aula del Consistorio, "pero también plantea inquietantes preguntas sobre sus posibles repercusiones en la apertura de la humanidad a la verdad y la belleza, en nuestra capacidad de asombro y contemplación".
El documento de revisión para la implementación de los resultados, elaborado por la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, contiene una sección sobre los derechos humanos y las "dimensiones éticas de la sociedad de la información", que "la Santa Sede aprecia", afirmó el Observador Permanente de la Santa Sede. Esto incluye, en particular, la intención de proteger legislativamente a los usuarios más jóvenes y vulnerables de estas tecnologías. "Esta sección", señaló el Arzobispo, "enfatiza la necesidad de una gobernanza ética y marcos regulatorios eficaces para garantizar la protección de todos los usuarios, especialmente los niños, de los posibles daños asociados con el uso indebido de las tecnologías de la información y la comunicación".
La Santa Sede se preocupa no solo por la protección de los más vulnerables, sino también por el acceso más amplio posible a estas nuevas tecnologías. "Reducir la brecha digital actual", enfatizó el Arzobispo, "requiere mayor cooperación internacional, condiciones y políticas que fomenten el crecimiento económico y el desarrollo facilitando la inversión, la innovación y una gobernanza eficaz, así como recursos financieros y tecnológicos".
Finalmente, monseñor Caccia expresó la esperanza de la Santa Sede de que "en diez años, el impacto de estos avances tecnológicos haya servido a los intereses de toda la humanidad". Este objetivo solo puede lograrse defendiendo el principio de que "las tecnologías emergentes deben seguir orientadas a la dignidad de la persona humana y al bien común", concluyó el Arzobispo, citando el mensaje del Papa León XIV a los participantes del Foro de IA para Constructores.
El documento final de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el examen amplio de la aplicación de los resultados de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información fue aprobado por unanimidad.
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