El ex-cardenal representó al Vaticano en viajes al extranjero durante el pontificado de Ratzinger La Curia de Benedicto XVI ignoró las sanciones impuestas a McCarrick

El ex cardenal McCarrick
El ex cardenal McCarrick

Anthony Figueiredo, asistente en Roma del ex-purpurado apartado por abusos, publica extractos de cartas y correos de McCarrick con oficiales de la Santa Sede, entre ellos, "pruebas" de que el cardenal Re intentó prohibirle representar a Roma

El ex-arzobispo de Washington, sin embargo, iba y venía al Vaticano a su antojo, y hasta Obama le consideraba, en 2012, un representante de la Santa Sede

Las famosas sanciones impuestas al ya ex-cardenal Theodore McCarrick por el Papa Benedicto XVI en 2008 no fueron levantadas por el Papa Francisco, tal y como alegó Carlo Maria Viganò en su panfleto anti-Francisco.

Nada más lejos de la realidad: fueron altos cargos tanto en el Vaticano como en Estados Unidos quienes empezaron a burlarse de ellas durante el papado de Ratzinger, escasos meses después de que fueran comunicadas al ex-purpurado estadounidense.

Esa es la conclusión clave del informe publicado hoy por un ex-asistente de McCarrick en Roma, monseñor Anthony Figueiredo, en el que extractos de la correspondencia que mantuvo McCarrick con altos cargos eclesiásticos en el Vaticano revelan que, aunque el ex-cardenal confesó haber mantenido comportamientos sexuales indebidos, nunca hubo una verdadera voluntad en la Curia de Benedicto de apartarle ni del ministerio activo ni del servicio diplomático de la Santa Sede.

El primer extracto clave que publica hoy Figueiredo en una nueva página web es de una carta de McCarrick fechada el 25 de agosto de 2008 y dirigida al arzobispo Pietro Sambi, entonces Nuncio en los Estados Unidos. La semana anterior -el 22 de agosto- Sambi había entregado a McCarrick una carta del cardenal Giovanni Battista Re, entonces Prefecto de la Congregación para los Obispos, comunicándole una serie de "sanciones" que Re pretendía imponerle, tal y como confirma McCarrick en su misiva al Nuncio:

"No obstante, habiendo estudiado la carta del cardenal Re y habiéndola compartido con mi arzobispo [el cardenal Donald Wuerl], me comprometo de nuevo a intentar ser siempre un siervo bueno de la Iglesia, aún cuando no entiendo sus deseos en mi vida. Por supuesto, estoy dispuesto a aceptar la voluntad del Santo Padre a lo que se me refiere a mí".

"Podría buscar un sitio donde vivir en alguna de las parroquias de la archidiócesis de Washington. El arzobispo está dispuesto a organizarlo en el área que desee la Santa Sede".

"En resumen, en el futuro me comprometeré a no aceptar ninguna aparición ni intervención pública sin el permiso expreso del Nuncio Apostólico o de la misma Santa Sede".

Estos extractos de la carta de McCarrick son pruebas de que el cardenal Re intentó en 2008 hacer dos cosas respecto a McCarrick: cambiar su lugar de residencia, por un lado, y prohibirle que representara a la Santa Sede en ninguna capacidad, por otro.

¿Equivalieron, no obstante, a "sanciones" debidamente impuestas con el peso de la ley canónica, tal y como sugirió el arzobispo Viganò? ¿O fueron más bien castigos ad hoc diseñados para quitar de en medio a un purpurado de cuyo comportamiento sexual se había sospechado, sin que hubiera pruebas convincentes contra él?

McCarrick
McCarrick

La autodefensa de McCarrick a Bertone

Según Figueiredo, una semana después de que escribiera a Sambi, McCarrick envió otra carta en defensa propia tras la comunicación de las "sanciones" impuestas por Re al cardenal Tarcisio Bertone, entonces Secretario de Estado del Vaticano. Aunque en es misiva McCarrick admite haber compartido cama en ocasiones con seminaristas, protesta que "nunca he tenido relaciones sexuales con nadie, hombre, mujer o niño, como tampoco jamás he buscado tales actos".

"El cardenal Re con razón está preocupado por el bien de la Iglesia y yo, desde luego, estoy dispuesto a hacer lo que me pida la Santa Sede, lo piense yo justo o injusto", prosigue McCarrick respecto a las "sanciones" pretendidas por el Prefecto de la Congregación para los Obispos, a la vez que reitera a Bertone su disposición a pasar a ser una figura "menos pública".

Aunque Figueiredo admite no tener constancia de que la carta de McCarrick a Bertone llegara o no al entonces Secretario de Estado, lo que sí está claro es que la autodefensa de McCarrick empezó a surtir efecto casi de inmediato, o que los cargos curiales no tenían ningún deseo de implementar las "sanciones" realmente.

McCarrick
McCarrick

Las "sanciones", en el aire solo nueve meses después

Ya el 28 de mayo de 2009 -es decir, solo nueve meses después de que tuvo conocimiento de las "sanciones" de Re- McCarrick escribe a Figueiredo para comunicarle que ha buscado el permiso de Roma para venir al Vaticano para una reunión de la cúpula de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y las imposiciones de los palios a los arzobispos metropolitanos, autorización que le fue concedida dos semanas después, según otro correo del ex-cardenal a su asistente en Roma. Otro email de McCarrick a Figueiredo en abril 2010 da fe de cómo acababa en estas fechas de volver a los Estados Unidos tras una audiencia con el Papa Benedicto XVI.

Theodore McCarrick
Theodore McCarrick

Viajes oficiales a  Líbano, Jordán, Egipto, Tailandia, Myanmar, Cambodia, Hong Kong, Tierra Santa, Bielorrusia...

Pero en los años de Ratzinger no es que McCarrick fuera y viniera a su antojo a Roma, solamente. Otras correspondencias publicadas hoy por Figueiredo reflejan cómo el ex-cardenal viajó en 2012 a Bosnia-Herzegovina a invitación de los Catholic Relief Services, el brazo humanitario de la Iglesia estadounidense, ya en los años de Nuncio de Viganò. O cómo estuvo también en 2012 en una capacidad oficial en países como el Líbano, Jordán, Egipto, Tailandia, Myanmar, Cambodia, Hong Kong, Tierra Santa o Bielorrusia. En 2012, también, hasta el entonces Presidente de los EEUU, Barack Obama, considera a McCarrick un representante oficial de la Santa Sede, hasta el punto en el que, según los documentos de Figueiredo, le pide hacer entrega una carta suya al Papa Benedicto.

Lo cierto es que McCarrick siguió viajando y representando a la Santa Sede después de la elección del Papa Francisco, con toda probabilidad hasta que fue destituido del ministerio público tras las revelaciones de sus abusos en junio de 2018. Pero tal y como prueban los extractos publicados hoy por Figueiredo, sería injusto achacar la laxitud que el Vaticano tuvo con él al Papa Francisco en exclusiva y poner en entredicho, de esta forma, la política de "tolerancia cero" con los abusos que ha marcado este pontificado, tal y como hizo Viganò. Está claro que si hubo "sanciones" contra el ex-cardenal en algún momento, no significaron mucho a cargos importantes en el Vaticano, que seguían dialogando con McCarrick y dejando viajar en capacidad de representante de la Santa Sede solo meses después de que estas "sanciones" fueron impuestas.

El ex-cardenal McCarrick
El ex-cardenal McCarrick

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